Según las notas del director” LA PUNTA DEL ICEBERG es un largometraje de ficción basado en la obra teatral del mismo título, escrita por Antonio Tabares y ganadora del premio Tirso de Molina en su XXXVII edición. La estructura del guión está conformada de tal manera que el espectador esté constantemente de la mano de Sofía y vaya descubriendo junto a ella toda la información relevante. El espectador se convierte en investigador junto a ella, vive lo que ella vive y siente lo que ella siente. Para lograr que esta atmósfera se transmita y sea atractiva al espectador es importantísimo el tratamiento de la luz: el transcurrir cronológico de la luz que entra por las ventanas, el despacho de entrevistas a media luz, la claustrofobia de Sofía que permanece un día entero sin salir apenas del recinto. La apuesta por los tonos fríos en la dirección artística (que se mueve en dominantes azules y blancas en lo que respecta al Tecnocentro) junto a una fotografía que se integra con este concepto al igual que los tonos del vestuario, y una música atmosférica que aporta sensaciones iniciales de oscuridad asociadas al sonido más sintetizado y que evoluciona hacia las emociones a través de la cuerda, buscan introducir al espectador en una historia que podría ocurrir en cualquier empresa del mundo.” Y lo cierto es que, una vez visionada la película, David Canovas ha conseguido transmitir esa sensación estupendamente, ante un thriller muy entretenido y bien manejado.
Una gran empresa multinacional se ve sacudida por el suicidio de tres de sus empleados. Sofía Cuevas (Maribel Verdú), alto cargo de la compañía, es la encargada de llevar a cabo un informe interno que trate de aclarar lo sucedido. En sus encuentros con los trabajadores irá descubriendo abusos de poder, mentiras encubiertas y un ambiente laboral enfermizo…
Lo más interesante de un relato como La Punta del Iceberg es su manejo del tempo narrativo…directo y conciso. La película no quiere perder el tiempo, y, desde luego, consigue manejar una historia que podría haber resultado bastante densa por el tema a tratar, y que, por fortuna, resulta todo lo contrario. Sin ser ligera (desde luego, lo que trata no tiene absolutamente nada de ligero), el film consigue manejar unos diálogos estupendos, llenos de un ritmo ágil y un interés constante del que se nota, sin duda, el origen teatral del que proviene. Todos los diálogos del film tienen algo que aportar, bien para los personajes, bien por la situación de la sociedad, o bien para desarrollar la trama, y en cada uno de ellos, da en el punto correcto y justo que el film pide. En ese sentido, su director David Cánovas ha sabido dar con el tono justo y necesario para imprimir un interés constante a la película, con una propuesta que, a simple vista, puede parecer muy fría (por los ambientes empresariales en los que se mueve) , pero, repito, está repleta de interés y no hay momento en la que el ritmo creado decaiga, resultando así un thriller muy entretenido.
Pero, sin duda, uno de los valores mas favorables de La punta del iceberg es un reparto espléndido y perfectamente medido, donde todos y cada uno de ellos aportan su granito de arena al proyecto: Maribel Verdú es la protagonista absoluta del proyecto, y lleva sobre sus hombros toda la responsabilidad de la cinta, con una templanza y un buen hacer maravillosos en un personaje que no es fácil de manejar (su personaje es poco empático por su carácter frío y distante con los compañeros); Fernando Cayo está estupendo, y con solo dos escenas en las que aparece, nos deja muy bien clara su posición (especialmente su primera entrada…atención al detalle del móvil); Barbara Goenaga resulta correcta, con el personaje, probablemente, más emotivo de todos; un estupendo y carismático Alex García (cuan alejado está de su papel en La Novia), consigue transmitir a la perfección ese mundo empresarial como empleado activo (y su última escena la cara transmite a la perfección lo que no dice con palabras); y un maravilloso Carmelo Gómez pone la guinda al pastel, cuyas escenas con Verdú son, sin duda, las mejores escenas de la cinta por la irresistible química que desbordan ambos en pantalla (su primera escena es magnífica en toda su ejecución).
También es cierto que el film subraya en exceso algunos momentos que no eran necesarios (los momentos oníricos, o el discurso del final), ya que el libreto ya explica lo justo y necesario como para que el espectador sepa de lo que le están hablando, con elegancia, concisión y buen hacer, y que algunos espectadores esperen algún giro argumental en la trama que, decepcionado, no van a encontrar, pues La punta del iceberg, tiene muy claras sus intenciones: transmitir ese mundo frío y gris de las empresas multinacionales. No le hace falta giros inesperados ni una forma de acelerar su trama a toda pastilla, porque la manera en la que tratan su historia resulta muy sólida y compacta, sin necesidad de recurrir a recursos gratuitos para contentar al mayor público posible. Lo mejor que se puede decir de una película como La Punta del Iceberg, es que sus creadores han sido consecuentes con el material que trataban, centrándose primordialmente en la importancia de su historia y de mantener al espectador atento y entretenido, mientras nos dan una bofetada de realidad, que de vez en cuando, nunca viene mal. Una cinta bastante recomendable, desde luego.
Nota El Blog de Cine Español: 6,5.
Manu Monteagudo
Empiezo a pensar que lo mío con Fernando Cayo es una especie de fobia personal. Me pareceel único lastre de la función, repitiendo rol, aunque no llega al grado de esperpento de El Desconocido o Mataharis.
Hombre Oscar, creo que será fobia por que en esta película resulta convincente en el rol que le toca (en El Desconocido…apenas se le aprovecha) jejejejej