Un emocionadísimo Antonio Banderas recogió ayer noche el premio Donostia de la 56 edición del Festival de San Sebastián de manos de Pedro Almodóvar, y se lo dedicó a Javier Bardem, a su esposa, Melanie Griffith y a su padre, fallecido hace unos meses.Banderas, frente a un teatro en pie y ante una gran ovación, mostró su agradecimiento al Festival por un premio que le han concedido, en su opinión, porque en algún momento de su vida puso “un granito de arena para romper algunas murallas que parecían imposibles de saltar”.
Tras leer un texto del ‘Manual del Guerrero de la Luz’, de Paulo Coelho, sobre la gratitud y la amistad, Banderas quiso dedicar el galardón a tres personas.
A Javier Bardem, a pesar de no conocerle en profundidad, por ser “una persona que simplemente no está en venta, un hombre comprometido con su tiempo, su profesión y su vida personal”.
A Melanie Griffith, por haber abandonado prácticamente su carrera “como actriz por otra carrera que se llama familia y en la que ha tenido un gran éxito. La admiré antes de quererla”.
Y, de forma más especial, se lo dedicó a su padre, fallecido el pasado mes de febrero, y de quien dijo que es el hombre al que más ha querido, con el que más se ha reído y que más le ha ayudado.