Vamos con una de esas noticias ilusionantes para los amantes del cine español.
El realizador Víctor Erice tiene entre manos un nuevo proyecto cinematográfico de relevancia, junto a la estrella internacional Benicio del Toro.
Así lo ha declarado el propio actor portorriqueño durante una entrevista al portal XLSemanal, donde afirma ser amigo del director, al que considera uno de los grandes maestros del cine. Al parecer, la pelota estaría en el tejado del realizador vasco, quien -como afirma Del Toro- “tiene su propio ritmo”.
Y, por desgracia, los proyectos frustrados son una constante en la filmografía de Erice. Sus 23 años sin rodar un largometraje son, sin duda, uno de los grandes dramas de nuestro cine.
De hacerse realidad este proyecto (del que no tenemos más datos), estaríamos ante la vuelta a los ruedos de uno de los autores más venerados por el público cinéfilo, con una obra tan escasa como hermosa.
Tras vivir un enorme éxito crítico en 1973 con su presentación en solitario, ‘El espíritu de la colmena’, Erice tardó diez años en desarrollar ‘El Sur’, una obra que Erice define como incompleta: por cuestiones económicas, se habría realizado un montaje sin concluir su rodaje. La cinta fue aclamada en enclaves como Cannes y recibió varios galardones internacionales.
Una retahíla de proyectos frustrados dieron paso a dos décadas de ausencia de largometrajes, hasta que en 1992 estrenó su última pieza, ‘El sol del membrillo’, un retrato documental del pintor Antonio López. Se trata de una obra surgida tras una conversación con el artista, rodada de forma casi improvisada y para muchos de resultado genial, reconocido con premios en Cannes o Chicago. En cualquier caso, hoy es una película de culto y que figura en listas cinéfilas de todo el mundo.
Fue el último largometraje del genio de Carranza.
Por su parte, Benicio del Toro estrena el próximo 28 de agosto la producción española ‘Un día perfecto’ (Fernando León de Aranoa).
No me creo nada, pasará como con El embrujo de Sanghai. Erice a tenido la oportunidad de hacer las películas que le de la gana, cualquier productor del mundo consideraría un honor financiarlo pero el esta muy cómodo en su papel de “cineasta maldito odidado por los productores”, “poeta cinematográfico al que nadie quiere financiar” etc etc. Para mí, por su odioso victimismo y su vagancia, merece el mayor de los desprecios.
pues la verdad es que con ese curriculum, si no ha rodado mas es por que no ha querido, eso lo tengo bastante claro.
Díaz Yanes ‘Oro’ peli histórica (siglo XVI) protagonizada por Jaenada.
Al que dice que Erice no ha rodado por vagancia, le recuerdo que no ha parado de trabajar en colaboraciones, cortos, publicidad (a veces de forma anónima).
La producción no es un terreno tan sencillo como veis. Él hubiese podido rodar un tipo de película determinado que probablemente no le interese y a la vista está la cantidad de proyectos que no han salido por pasta. De hecho, “el sol del membrillo” se la tuvo que financiar él mismo.
Benicio del Toro le ha pillado el gusto de rodar con directores españoles. Ojalá hagan una peli puede ser algo muy potente. Igual hasta él mismo produce la peli a medias con alguien…
Karnisovas, das pena. Despreciar al director de “El espíritu de la colmena”, “El sur” o “El sol del membrillo”… Sólo esas tres películas valen prácticamente por la filmografía de cualquier director español que no se llame Buñuel o Berlanga. Y si lo que no soportas son sus películas, dilo claramente. No te escondas en argumentos estúpidos.
“A primeros de junio de 1998, a ocho semanas de la fecha establecida para iniciar el rodaje, de la noche a la mañana, el productor, Andrés Vicente Gómez, despidió al equipo de profesionales implicados en las labores de preparación, poniendo punto final a la misma. No supe, al menos en ese primer momento, con exactitud, la razón que le llevó a tomar esa decisión. El caso es que unas semanas después me comunicó que la película de tres horas era inviable. No me quedaban más que dos alternativas: decir adiós al proyecto o bien acortar el desarrollo del guión. Tratando de sacar adelante al menos una parte de mi trabajo, opté por lo segundo.
A finales de diciembre de 1998, acabé una nueva versión que reducía en cuarenta minutos la duración original, dejándola en dos horas y veinte minutos. Impuesta por las circunstancias, introducía un cambio sustantivo en el relato. ¿En qué consistía básicamente? En la supresión completa del capítulo diez, y del epílogo que le sigue.
Embarcado en la tarea de reducir su longitud, me di cuenta de que el guión admitía difícilmente una criba o poda de escenas aquí y allá, exigiendo sobre todo un replanteamiento general.
(…)
Por mi parte, debo decir que la había asumido con todas sus consecuencias, y que estaba dispuesto a dirigir la película a partir de ese nuevo enfoque del relato. Desgraciadamente, no pudo ser. Para mi sorpresa, la medida tomada no logró modificar sustancialmente los planteamientos de la producción. El proyecto, por los motivos que fuera, no recibió ni la confianza ni la solidaridad necesarias para llevarlo a buen puerto.”
Entrevista simultánea a Juan Marsé y a su biógrafo Josep María Cuenca. Responde Cuenca:
“J.M.C.: Más que interesante, se me antoja un acto de justicia que Víctor se merecía. Al publicar parte de la correspondencia entre Erice y Marsé, creo que queda bien claro que Víctor fue una víctima del productor, Andrés Vicente Gómez, cuyas declaraciones al diario ABC, después de que Víctor publicase su espléndido guión, son dignas de figurar en el mejor manual de la historia cósmica de la infamia. (Refiriéndose a dicho guión, Andrés Vicente Gómez dijo: “Erice, que no tiene notoriedad por lo que hace, quiere tenerla por lo que no hace”). Víctor se merecía ese capítulo y mucho más. Me consta que le ha resultado doloroso remover ese episodio.”
Hay opiniones mil sobre Erice. Su obra para muchos es un misterio. Hay quien aún dice que mucho del simbolismo de “El espíritu de la colmena” fue obra de Fernández Santos, FFGomez y Querejeta. Que “El Sur” es obra donde Querejeta metió mucha mano también es conocido.
Siendo realistas, “Los desafíos” es una obra francamente desigual donde precisamente el corto de Erice tampoco es el mejor, palideciendo ante el de Claudio Guerín. Tampoco es el peor, al menos.
Y aunque se ven ciertas ganas de “provocar” en lo aportado por Karnisovas, también hay parte de razón. Erice tiene ese “síndrome Malick” que ya apunté en otro post, por el que ha refugiado su trabajo en la marginalidad, sin someterse al juicio de los críticos “generales”, quizá -solo digo quizá- por miedo a volver a repetir la tibia acogida de su querida y personal “El sol del membrillo”.
(Genjuro, como ya me dijiste que de tibia nada, sino que fue un éxito clamoroso de la crítica desde el primer momento, te dejo enlace a la crítica y crónica de su pase en Cannes 92, donde fue muy discutida…)
http://elpais.com/diario/1992/05/12/cultura/705621602_850215.html
Y si, el “síndrome Malick”, existe, en término acuñado por el gran crítico USA Richard Schickel, revistiendo cierta conciencia de malditismo y cierto temor al fracaso frente a la crítica. Y sí, Malick parece recuperado del mismo, pues le ha traído al pairo el vapuleo crítico a “To the wonder” o el ninguneo a “El nuevo mundo”.
Robert, el texto de El País plasma la lógica división en un enclave como Cannes ante una obra tan radical, y aún así se desprende más entusiasmo que otra cosa. Yo lo valoro de forma positiva. De hecho, fue premiada en Cannes y yo recuerdo haber leído crónicas internaciones que hablan de ovación y entusiasmo.
Tampoco hay que olvidar que fue ptemiada en otros certamenes.
Robert, como intento de desmerecer los logros de Erice, te has quedado a gusto. Por partes:
– La tibieza de la que tú hablabas no se encuentra por ningún lado en ese artículo que has enlazado. Admito que tiendo a desmerecer las opiniones del sector boyeril: considerarlos crítica me cuesta horrores. No hay duda de que el film generó entusiasmo desde el primer momento, como refleja el enlace y el premio FIPRESCI. Por poner un ejemplo, también calificaría de éxito clamoroso la del tío Boomnee del tailandes Weerasethakul, que igualmente fue muy contestada por cierto sector de los periodistas acreditados.
– Me parece muy mezquino intentar hurtarle el mérito a Erice de esa manera. Estoy seguro de que se benefició de trabajar con Querejeta y su equipo, pero es que poco menos que descartas su autoría en “El sol del membrillo” y “El sur” para pasar a valorarle por lo que hace en “Los desafíos”. Es delirante.
– Respecto al “síndrome Malick” según lo explicas, no fue cosa suya el apartarle de la dirección de “El embrujo de Shanghai”. ¿Tenía el síndrome Andrés Vicente Gómez entonces? Erice es un director al que desde el principio le ha costado mucho vincularse a un proyecto y mucho tiempo desarrollarlos.
– Eso de no quererse someter al juicio de los críticos “generales” me parece una soplapollez enorme. Si lo leyera el propio Erice se retorcería de la risa. ¿Son esos mismos críticos que se fueron de la sala cuando proyectaron “El sol del membrillo”?. Ya ves tú dónde ha quedado su juicio.
– Cuando he tenido ocasión de oirle hablar, siempre me ha dado la sensación de cansancio, de frustración. Insisto en que pienso que lo de “El embrujo de Shanghai” le puede haber dejado tocado. Fueron muchos años de esfuerzo para verse apartado del proyecto poco menos que de la noche a la mañana.
Genjuro, obviaré los insultos referidos a mí, llamándome “soplapollas” y “mezquino”, puesto que entiendo que andas obsesionado en una idea y eres incapaz de encontrar un nivel de tolerancia entre lo que tú consideras y lo que otros pueden considerar.
Dejando claro que “El espíritu de la Colmena” es para mí una obra maestra inconmensurable (algo menos “El sur”), he de decir también que ese aura de “director maldito” que ha acompañado siempre a Erice es un halo atractivo incluso para él mismo. Desembarazarse de él ahora, tras 20 años desde su último largometraje y 30 desde su última película “comercial” es complejo y personalmente le debe suponer muchos dilemas. Ese es el síndrome Malick al que me refiero y si lo deseas, entrando en lo que Schickel acuñó, esa senda del “yo lo hago mejor y si no lo entiendes es que no sabes verlo” que inició con la publicación del guión de “El embrujo de Shangai” es tan discutible como legítimo. Por otro lado, su guión era sin duda mejor que el de la película que nos brindó Trueba finalmente, pero también es cierto que hemos leído guiones maravillosos que cuando se han llevado al cine no lo han sido tanto. Incluso Berlanga con “Los aficionados/La fiesta nacional” ofrecía posibilidades maravillosas que luego sólo se plasmaron parcialmente cuando tras la dictadura pudo rodarla, con el título “La vaquilla”.
Yo sí leo en la crónica de El País un desencanto hacia una película muy esperada en cuanto a “El sol del membrillo”. Otra cosa es que -como ya dije- la película esté hoy muy reivindicada. Pero no era así en 1992. ¿De qué otro modo puedo entender el párrafo siguiente: “Para unos, esta recepción equivale al rechazo de una película a la que consideran aburrida y fallida; para otros, en cambio, es el resultado previsible de su carácter insólito, sorprendente y sin precedentes en la historia del cine reciente.”. Nadie duda de la propuesta sorprendente e insólita, pero eso no la hace mejor, y el cronista no dice la consideran obra maestra. Sí dice que él la considera una maravilla. No extiende esa creencia y acaba diciendo que su sitio no era la seccion oficial. Y coincido en todo con el cronista.
En cualquier caso, parece que menosprecias a quien no siga tu corriente de opinión. No soy afín a Boyero, pero respeto su derecho a decir lo que bien le parezca en base a su juicio. Si todos los críticos pensaran igual no serian necesarios, pues no existiría subjetividad en la interpretación de las obras.
Y por favor, no se entienda que desmerezco la autoría de Erice en “El espíritu de la Colmena”, puesto que más bien critico la falta de reconocimiento a la aportación de mi admirado Angel Fernández Santos, de algún modo incluso menospreciada tras las desavenencias que llevaron al abandono de Fdez Santos de su colaboración en “El Sur”.
En fin, en resumidas cuentas, mi opinión clara sobre Erice es que es un director sobresaliente, un cineasta de imaginario único, al que compararía con Charles Laughton, capaz de destacar como director con una sola (tres en el caso de Erice) obra. Sin embargo, ese destierro “semivoluntario” de la dirección -al igual que con el director de “La noche del cazador”- me impide valorarlo por encima de otros directores que han tenido el arrojo y la valentía de rodar y rodar, equivocandose si es lo que tocaba, de un Almodovar o un Trueba, a pesar de que no tengan ninguno de ellos una obra tan redonda en su currículum como “El espíritu de la Colmena”.
Robert, no te he llamado soplapollas, se lo he llamado a uno de tus argumentos. Igual que con mezquino. No jodamos. Es muy diferente, y quien no haya hecho alguna soplapollez, no digo en su vida, sino en la última semana, no es un ser humano.
Pero veo que insistes en ese presuntamente voluntario malditismo del director. ¿Por qué? Erice sí que iba a hacer una película, y se la quitaron de las manos. No fue cosa suya. Entonces, ¿cómo puedes llegar a esa conclusión? Te estás pasando los hechos por el arco del triunfo para acomodarlos al relato que te apetece. Es que ya no sé cómo exponértelo.
Respecto a la crónica de Fernández-Santos, ese parrafo visualiza la dicotomía entre quienes no les gustó la película y quienes sí les gustó, y que fueron posiciones particularmente enconadas. Yo creo que eso se sobreentiende claramente. E insisto en que gana el premio FIPRESCI, cuyo jurado estaba compuesto por una docena de críticos. En todo caso, y volviendo al origen de la discusión, ya me dirás lo que le pudo afectar a Erice la recepción a “El sol del membrillo” cuando ya en 1994, dos años después, empezó a trabajar en el guión de “El embrujo de Shanghai”.
Yo no estoy para nada de acuerdo con la opinión de que “El sol del membrillo” hubiera estado mejor en Una Cierta Mirada, y de hecho me parece muy triste que así se reclame. Ya Cannes peca de ser un festival conservador y continuista; si encima se critica sus pocas decisiones audaces, además con una película tan buena, apaga y vámonos. Y en todo caso, también ilustra la estatura de Erice en el universo autoral, consiguiendo colocar a competición una obra tan pequeña y poco convencional. Y su prestigio como cineasta no ha hecho más que crecer. Insisto en lo que dije antes: si finalmente consigue realizar una película de presupuesto decente, sería con gran probabilidad el favorito a priori a la Palma de Oro en el año en que se presentase.
Respecto a tu opinión sobre el cine de Erice, no se trata de que te parezca maravilloso o no. Podría parecerte un peñazo, ¿por qué no? A mucha gente le sucede. Pero relee tu propio mensaje anterior: despachas sus grandes obras restándole méritos y responsabilidad en las mismas y con un “siendo realistas” te dedicas a valorar su participación en “Los desafíos”, como si fuera la obra que verdaderamente diera la medida del talento de Erice. No sé qué otra cosa podría haber interpretado de tus palabras. Y vaya, si ésa hubiera sido tu intención, me parecería sencillamente mezquino, insisto.
Hombre, Boyero tiene derecho a decir lo que quiera, faltaría más, igual que yo tengo derecho a no considerarle crítico de cine. Un tipo con tantas limitaciones para leer una película, para interpretarla, cuya argumento más habitual cada vez que no le gusta una obra es que no ha entendido nada, pues es difícil que le tenga en ninguna consideración. Ya por no hablar de su actitud conservadora e incluso reaccionaria para con el séptimo arte, que casa tan bien con el cine festivalero como Camela en un certamen de jazz.
He conseguido leer el capítulo que en su biografía de Juan Marsé le dedica Josep María Cuenca al fallido intento de adaptación por parte de Víctor Erice, muy detallado en cuanto a sucesos y testimonios. Hay una cita reciente de Erice sobre aquello:
“A veces he pensado en volver a intentar rodar la película, pero no por revanchismo, sino porque al no haberlo hecho he dejado de expresar una parte de mí que no está en mi obra realizada. Ahora puedo decir que creo haber descartado esa idea, porque revivir la historia de mi proyecto me resulta deprimente. Siempre creí en la película, LA MÁS POPULAR SIN DUDA DE TODAS LAS QUE HE PLANEADO EN MI VIDA. Es más, sigo creyendo en ella todavía, cada vez que hojeo las páginas de su guión. Pero no deseo tener que convivir de nuevo con determinados fantasmas”.
Por mí, cerrado el capítulo Erice, ya que sin duda hay ciertos apuntes sobre los que difícilmente nos pondremos de acuerdo, al punto que sacas a relucir una cita sobre Erice y su “Shanghai” que tanto puede darte la razón a ti como a mí, especialmente en cuanto a lo que decía en mi post sobre la publicación de su guión de la película.
En cuanto a Boyero, como dije no es precisamente mi crítico de cabecera, pero creo que en el punto medio está la ecuanimidad, puesto que si existen críticos como Boyero también los hay en este país (y muchos) del estilo de los que Frank Capra definía en su libro-memorias “El nombre delante del título” como aquellos que “ven una película y si no la entienden entonces la llaman arte”.
Por último, sigo reivindicando desde aquí el trabajo de Angel Fernández Santos con Erice, pero sobre todo reivindico el trabajo de guionistas fundamentales como él en nuestro cine, figuras que han mejorado la visión de buenos directores y que sin embargo siguen sin ser reconocidos como debieran. Sin ir más lejos, hace unos días fallecía ANTONIO LARRETA, pieza fundamental en “Los santos inocentes”, “La casa de Bernarda Alba” y diversos títulos esenciales de nuestro cine….. Y NI SIQUIERA EN ESTE BLOG, DEDICADO A NUESTRO CINE, SE LE HA DEDICADO UN POST. A Lina Morgan sí, claro (con todos mis respetos para ella, pero cinematográficamente no son comparables).
¿En qué te da la razón? Tú has sostenido que Erice se había refugiado en un voluntario malditismo (síndrome Malick) tras la tibia acogida de “El sol del membrillo”. ¿Cómo encaja su trabajo en “El embrujo de Shanghai” con ese voluntario malditismo?
Lo que saca a relucir todo esto es la insensibilidad tuya o de Karnisovas hacia el trabajo de un artista como Erice. Un creador tiene sus motivaciones, sus ritmos, sus fantasmas y sus frustraciones. Para un tipo como Erice es imposible hacer películas al ritmo de Almodóvar o Trueba, porque su personalidad creativa no tiene nada que ver con la de éstos. Precisamente es su grado de implicación en el proyecto, en la historia que cuenta, lo que limita su capacidad para apuntarse a cualquier carro. Sí, reivindiquemos a Fernández-Santos y a todos los guionistas, claro que sí. Se lo merecen. Pero “El sur” lo guioniza Erice sólo, y no veo que la película sufriera un ápice por ello (a mí de hecho me gusta más que “El espíritu de la colmena”). Hay algo muy íntimo e intransferible en toda su obra. Desmerecer a un tipo así porque no haga películas como churros demuestra una falta de empatía asombrosa.
Soy un insensible, incapaz de empatizar. También un mezquino soplapollas. Al menos no soy intolerante hacia quienes puedan tener un juicio razonado distinto al mío. Saludos cordiales.
Haya paz!
Sí, ya veo lo muy razonados que están tus argumentos, de vuelta al victimismo…
Sinceramente, ni he insultado ni he sido intolerante (o eso me parece), por lo que me siento francamente ofendido, especialmente ante la descalificación a mis argumentos y la indicación de que sólo son razonados los argumentos de una parte, y que por sentirme ofendido soy victimista.
Entiendo que ha de primar ese llamamiento a la paz que hace “Redacción”, por lo que no seré yo quien vuelva a postear tras clamar denuncia ante el fascismo intelectual contra los “victimistas judios intelectuales”. Se puede ser judio, pensar diferente, y tolerar que Hitler piense lo que quiera. Mientras Adolfo no te gasee. Pero eso es pedirle mucho a Adolfo.
El victimismo alcanza nuevas cotas…
Y bueno, llevas unos cuantos mensajes y todavía no has sido capaz de argumentar cómo es posible que Erice abrazase voluntariamente el malditismo después de “El sol del membrillo” si con posterioridad estuvo a punto de rodar otra película, precisamente la que tenía un perfil más popular de su carrera. Pero en fin, no dejes que los hechos empañen tu relato.
“Erice, que no tiene notoriedad por lo que hace, quiere tenerla por lo que no hace”
Jajaja, ¡eres Andrés Vicente Gómez! Haber empezado por ahí.
Me matas con tu capacidad de argumentación.
Quédate con lo que te guste, y por favor, no menosprecies a los demás. No es victimismo. Es sentido común. La vida no es Cahiers o Boyero. Hay muchas posturas intermedias. No hay que sentirse ofendido porque a Pumares no le guste una película que sí le va a Rosembaum. Deberías intentar -te lo digo cortésmente- ser más humilde al respecto. Yo entiendo tus posturas, las aprecio y las calibro en lo que valen. Tú odias, menosprecias e insultas las mías. Dado que no es un debate justo, al no existir respeto de una de las partes hacia la otra, renuncio a él. Para tí la perra gorda. Prefiero ser victimista si eso significa ser tolerante. Culpable. Adiós, muy buenas.
Eres un especialista en tirar balones fuera. Todavía no has argumentado cómo es posible que Erice abrazase voluntariamente el malditismo después de “El sol del membrillo” si con posterioridad estuvo a punto de rodar otra película, precisamente la que tenía un perfil más popular de su carrera (repito textualmente).
No lo harás, faltaría más. Y lo entiendo, porque es francamente difícil de justificar. Pero al menos permíteme seguir disfrutando del espectáculo.
Independientemente de los argumentos, suposiciones y discusiones que suscita su obra, me parece que conviene recordar algunos hechos comprobables:
– Contrariamente a lo que se dice aquí (que es también lo que afirma Boyero), Víctor Erice no ha vuelto a hacer publicidad desde hace más de dos décadas.
– Es interesante recordar que el guión de la película “Los desafíos”, que a uno de los contertulios le parece el producto más personal de Víctor Erice (tal vez porque es su obra menos lograda) , y que por el contrario fue un empeño personal de Elías Querejeta, pertenece nada menos que a Rafael Azcona.
– El llorado crítico cinematográfico Ángel Fernández-Santos no escribió ni una línea de El Sur. A instancias de Elías Querejeta, y cuando la primera versión del guión ya estaba escrita, Fernández Santos leyó dicha versión. Víctor Erice y él tuvieron una serie de conversaciones acerca del mismo, en las cuales comprendieron que su visión de la película era distinta, y se despidieron tan amigos sin que Fernández-Santos interviniera en absoluto ni en la idea ni en el desarrollo de la misma.
– Alguien le atribuye aquí a Fernández-Santos los valores más sobresalientes del guión de El Espíritu de la Colmena. Yo le pediría que no olvide la obra del añorado crítico de El País como guionista, que no se reduce a su (única) colaboración con Erice. Fue co-autor con otros directores de otras películas, de las que no suele hablarse mucho. Se podrían revisar, por ejemplo, las obras “Padre Nuestro” y “Madre Gilda”, de Francisco Regueiro, para profundizar más en la línea de su estilo personal y contrastarla con el que guión que escribió junto a Erice. Como el mismo Ángel Fernández-Santos reconoció en vida, las decisiones fundamentales sobre este guión las tomó Víctor Erice en solitario.
– Además del FIPRESCI, la película “El Sol del Membrillo” obtuvo el Premio del Jurado del Festival de Cannes, cosa que por extrañas razones no suele mencionarse. Por tanto, no está tan claro que su destino natural fuera la sección paralela del Festival, ya que en la sección oficial también obtuvo el reconocimiento del jurado, y no sólo el de los críticos. Pero aparte de otros muchos galardones, fue nombrada la Mejor Película de la Década de los 90 por la Filmoteca de Ontario (Canadá). No creo que se pueda considerar un fiasco, ni mucho menos que Víctor Erice decidiera desde entonces “no exponerse a las críticas”. Como dice Genjuro, a los dos años se embarcó con máxima ilusión en otro proyecto.
– ¿Se podría acusar a Juan Rulfo o a Salinger de “odioso victimismo y vagancia” por escribir poco? Ingenuamente agradezco lo que estos señores hicieron, y no acuso a nadie por no poder, o no querer, sacar una película al año como hace Woody Allen, por poner un ejemplo. En mi humilde opinión la prueba del talento no es la productividad constante, que al fin y al cabo se traduce en buenos dineritos para quienes la practican. Es la obra bien hecha. Y cada quien es muy dueño de tener su medida al respecto.
– En cuanto a la frasecita de Andrés Vicente Gómez, eso de que “Víctor Erice no alcanza notoriedad por lo que hace” es muy discutible. Hasta sus más encarnizados enemigos, que los tiene, se ven obligados a quitarse el sombrero ante sus películas. Y su notoriedad es manifiesta: se trata del único cineasta español, por ejemplo, incluido en la prestigiosa serie francesa “Cineastas de Nuestro Tiempo”, junto con Luis Buñuel. Sin contar con su interminable colección de galardones y homenajes internacionales.
– Y por último, Víctor Erice sigue trabajando. No pertenece a la Academia del Cine Español, ni frecuenta los cenáculos de los personajes influyentes, lo cual tal vez tenga algo que ver con el hecho de que sus últimos trabajos (como el mediometraje “Vidros Partidos”, rodado en Portugués y en Portugal con compañeros de viaje tan poco “notorios” como Manoel de Oliveira, Aki Kaurismaki y Pedro Costa; como el magnífico cortometraje “Alumbramiento”, parte del film colectivo “Ten minutes older” nunca estrenado en salas comerciales en España; y las videocartas intercambiadas con el cineasta iraní Abbas Kiarostami para la exposición “Correspondencias”, donde también se exhibió “La Morte Rouge” seleccionada entre las diez mejores películas del año por la revista inglesa “Time Out “), apenas hayan sido reseñados en la prensa española, ni se hayan visto más que unos días en (algunas de) las pantallas de nuestro país.
– Claro que no parece necesario ver estos trabajos, ya que nuestra opinión está formada de antemano: al fin y al cabo a España le basta con el talento de los que tienen la hombría de no parar de hacer películas, sean truños u obras mayores (que de todo hay). Gracias al arrojo y la valentía de estos auténticos cineastas nos podemos permitir el lujo de insultar a Erice, ejemplo de odioso victimismo y de vagancia, y de proclamar bien alto que, aunque internacionalmente sea considerado un cineasta excepcional, a nosotros nos merece el mayor de los desprecios.
¡Qué bonita sería una reunión con Ana Torrent,otra grande que lleva ni se sabe sin aparecer en ninguna película!