– Con “Ahora o nunca” has logrado tu primer gran éxito de taquilla, el fin de semana de estreno, ¿estabas atenta a los datos de recaudación o esperaste hasta el lunes para tener noticias?
– No, pensaba que tenía que esperar al lunes, pero el viernes me pasaron datos y vi que la cosa iba bien. Si me preguntas si me esperaba este éxito, de alguna manera sí porque “Ahora o nunca” tiene todos los elementos para que funcionara.
– ¿Cómo llegaste a este proyecto? ¿Te dieron ya el guión y el reparto cerrado o tomaste algunas decisiones al respecto?
– Me llegó a través de Paco Ramos, el productor de la película (Zeta Cinema), con ésta ya hemos trabajado juntos en tres películas, y fue hace tres años. Luego comenzamos a trabajar con los guionistas, Fran Roncal y Jorge Lara, con varias versiones del guión, y me pasaron el monólogo de un chico que, bueno, que parece que va a funcionar, ahora va estrenar una película…todavía no se conocía el boom que lograría Dani Rovira con “Ocho apellidos vascos”. Y el éxito de esta película nos ha venido fenomenal porque ha roto una barrera con la comedia española, la cual no estaba muy bien considerada, se miraba por parte de la crítica como un segundo plato y no tenía el rango de primer género y ahora vuelve a estar de moda y el público la demanda.
– ¿Con ‘Ahora o nunca’ habido una búsqueda premeditada para atraer a un público femenino (no del todo cuidado dentro de la comedia española)?
– En esta película había una parte importante de las chicas, que se podría definir como un “Resacón en Las Vegas” de mujeres. Desde el principio, quería dejar claro y bien repartido el lado de la trama de los chicos y el de las chicas, más el de autobús, claro, la más surrealista. El 80% del público va que al cine es femenino, por lo que no sólo se tienen que hacer películas como “Jurassic World” o de acción o de terror, también tiene que haber películas que hablen de sentimientos, que nos hagan reír, un tipo de cine más dirigido al público femenino. Por otro lado, el vehículo perfecto para llegar al público es la comedia porque el espectador quiere pasárselo bien. Esto se nos olvidó en parte en los últimos años en el cine español y tenemos que recuperarlo para volver a captar otra vez a los espectadores.
– ¿Serías capaz de destacar una cualidad de Dani Rovira de la que no se haya hablado jamás?
– Es un gran actor de comedia, un gran humorista y un gran creador de gags. Colaboró muchísimo en el guión. Es un actor que sabe transmitir muy bien las sensaciones, cuando toca el drama sabe transmitir mucha verdad. Hemos descubierto al galán del cine español porque la química que se transmite entre María Valverde y Dani Rovira es muy de verdad. La gran cualidad de Dani Rovira es que gusta a todos, a las chicas les enamora y a los chicos les encanta.
– Tu filmografía recorre todo tipo de géneros, ¿te verías en un futuro dirigiendo a Dani Rovira en un drama?
– Ja, ja, ya te digo, tiene mucho potencial, a mí me gusta mucho cambiar de género y cada película es como empezar de cero. Así, no te descarto que puede dirigir a Dani Rovira en un drama porque él tiene el talento necesario para hacer lo que quiera en los próximos años.
– Cambiando un poco de tema, “Rastros de Sándalo”, que también es una muy buena película, no ha tenido suerte en la taquilla, y eso que triunfó en los Premios Gaudí, ¿has vivido en tus carnes lo que significa contar con Atresmedia o Telecinco Cinema para poder triunfar en las salas?
– Sí, totalmente. Lo he vivido en primera persona, por ejemplo, “Rastros de Sándalo” también llegaba mucho al público, tocaba mucho, gran parte de los espectadores lloraban viéndola, pero salió con muy pocas copias (60) en comparación con las casi 400 de “Ahora o nunca” y no tuvo los medios económicos necesarios para contar con una promoción como ésta.
La situación es muy complicada porque las distribuidoras no comprar a no ser que sepan que está Atresmedia o Telecinco Cinema detrás. Y las distribuidoras independientes que sí que apoyan al cine indepediente salen sin apenas publicidad porque han llegado al límite para poder rodar la película que no les queda nada de presupuesto para la campaña de lanzamiento en cines.
Si nos comparamos con Hollywood, nosotros hacemos un cine mucho mejor para el presupuesto con el que contamos pero, bueno, poco a poco estamos haciendo crecer la industria cinematográfica española. Ahora tendríamos que intentar todos hacer películas para llegar al público para conseguir de verdad ser una verdadera industria, y no rodar tantas películas de autor como hace unos años, que tienen una demanda muy minoritaria.
– Eres una de las directoras veteranas de nuestro cine, si ya es difícil ver en nuestro cine mujeres directoras, más todavía directoras que perduran en el tiempo, ¿cómo lo has logrado?, ¿por qué hay tan pocas directoras en nuestro cine?
– Bueno, tampoco hay tan pocas, aunque es verdad que somos menos que nuestros compañeros hombres, pero estamos pegando fuerte y más fuerte lo haremos en los próximos años porque el cine, en general, es consumido por mujeres, y por aquí las directoras podemos llegar más a su target. Es difícil llegar a rodar una película siendo una mujer porque los puestos importantes de cadenas de televisión, o de distribución, están dirigidos por hombres y los criterios de ellos son diferentes por lo que es difícil que escojan un guión con un personaje principal femenino, prefieren un “Jurassic World”, pero poco a poco todo va cambiando, cada vez somos más directoras y hay más ejecutivas de televisión.
– ¿Compartes el dicho que es más difícil rodar comedia que un drama?
– Claro que sí, es mucho más difícil. La comedia es el tempo para crear el gag y para llegar al gag. Intentas calcular ese tempo, pero a veces llega antes, la comedia es muy curiosa y complicada. Ya había rodado comedias antes como “Lluvia en los zapatos”, rodada en Londres, y “Tortilla Soup”, que la rodé en Los Ángeles, y siempre pensaba que el actor anglosajón entendía la comedia, tenía la naturalidad y en cambio en España veía como que forzábamos mucho la comedia y por eso no me atrevía a rodar este género en nuestro país. Pero, ahora, todo ha cambiado, tenemos actores con una facilidad para la más alta comedia y este fue uno de los principales motivos para meterme en este proyecto.
– Te voy a confesar que si preguntar con qué película de tu filmografía me quedo, no dudaría en contestar “Tu vida en 65 minutos” porque me llegó al corazón, ¿cuál sería tu respuesta y por qué?
– “Tu vida en 65 minutos” tocó mucho porque habla de temas muy profundos, como la muerte, pero de una manera muy cercana. Es una película muy auténtica, escrita por Albert Espinosa, que ha vivido muy de cerca la muerte, y por eso habla de una manera muy abierta sobre ella. A mí por esto también me gusta mucho esta película, pero también me gusta mucho “Lluvia en los zapatos”, en fin, todas, porque son como hijitos míos.
– Desde “Tu vida en 65 minutos”, del año 2006, a tu siguiente película “Rastros de Sándalo”, del 2014, hay un paréntesis muy largo de ocho años, ¿cómo lleva una directora estar tiempo sin rodar un largometraje? ¿Qué hiciste durante esos años?
– Bueno, no paré de rodar, porque también hago publicidad. También te tengo que reconocer que estuve implicada durante tres años en una coproducción europea muy grande, con Alemania, Bélgica, Francia e Irlanda, de ocho millones de euros de presupuesto, y que unos días antes de comenzar su rodaje se cayó el proyecto. Como podrás imaginar, fue para mí un gran golpe, porque llevaba cuatro años trabajando en él, desde el 2006, puesto que cuando estaba rodando “Tu vida en 65 minutos” ya estaba metida en este otro gran proyecto y estuve trabajando en él hasta el 2010/2011, hasta que me llegó la noticia de que se cancelaba todo. Esta noticia me llevó a querer dejar el cine, pero recuperé las fuerzas y el ánimo trabajando en el documental “Cromosoma 5”, que lo produje y dirigí, y coproducido por TVE, es una historia personal y muy íntima.
– Al comienzo de tu carrera parecía que te ibas a quedar a rodar en Hollywood pero, finalmente, no fue así, ¿qué sucedió?
– Es que son decisiones de la vida que no sabrás nunca si son acertadas o no. La vida me trajo de vuelta a España, me casé aquí, y Paco Ramos me ofreció “Utopía”, un proyecto muy grande para la época. Pero es verdad que debido al éxito en USA de “Tortilla soup”, que tiene el récord de la época de DVDs vendidos, su productor se forró con ella. Cuando voy a Los Ángeles, una vez cada dos o tres años, aún me reconocen y me hablan de “Tortilla soup”, porque funcionó muy bien a nivel de mercado y porque caló en el público mexicano-chicano y porque a los anglosajones les explicó una comunidad que no conocían todavía. Fue un boom muy gordo, fue el momento de quedarme e intentar triunfar de Hollywood, pero la vida te lleva a tomar unas u otras decisiones y nunca sabes cuáles son las acertadas.
– Una de las preguntas habituales que realizamos a nuestros entrevistados es que películas españolas han visto últimamente y recomiendan a nuestros lectores, ¿cuáles serían en tu caso?
– Pues, como te he comentado antes, “Requisitos para ser una persona normal”, de Leticia Dolera; “Negociador”, de Borja Cobeaga; y “A cambio de nada”, de Daniel Guzmán.
– Para terminar, ¿nos puedes contar cuál será el próximo proyecto cinematográfico de María Ripoll?
– Volveré a trabajar otra vez con el productor Paco Ramos dirigiendo la película “No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas”, adaptación al cine de la novela homónima de Laura Norton, es un libro precioso, de fácil lectura y te ríes mucho. El guión está muy bien y estamos trabajando en ella. Ahora con el proceso de casting que, seguramente, comenzaremos a rodar en enero o en febrero. Estoy contenta porque cuando los personajes están basados en una novela suelen ser más consistentes, tienen más vida, y me encanta esta novela. Las adaptaciones son muy complicadas, pero muy atractivas de hacer. Si todo va bien, se estrenará en el último semestre del año próximo.
¡Ay qué despiste el olvidarse de Cromosoma 5 en 2013! ¿O es que no consideráis un documental como largometraje?
Es bastante triste no poder sacar adelante un proyecto en el que se ha invertido tanto tiempo y verse obligado a venderse para decir “Aquí estoy yo”.