CRÍTICA DE “REY GITANO”: NO ES “AIRBAG 2” PERO CASI LO PARECE

Diez años después de su última película (“Frágil”) el director Juanma Bajo Ulloa regresa al cine con “Rey Gitano” que, aunque no sea una secuela oficial de “Airbag” bebe mucho de ella, incluso repite gran parte de su reparto porque nos volvemos a encontrar con Karra Elejalde, Manuel Manquiña, Rosa María Sardá, Albert Plá, Santiago Segura y Pilar Bardem, mientras que las nuevas incorporaciones destacadas son las de Arturo Valls, en su primer papel protagonista en cine, y María León.

Además, como ya hizo en el año 1997 con “Airbag”, vuelve a presentarnos una road movie para reflejar y parodiar la actual situación española, sobre todo la crisis monárquica que ha provocado la abdicación del Rey Don Juan Carlos en su hijo Felipe y en el más que posible, esperemos que pronto, fallo de un juez que lleve a su yerno una temporada a la sombra.

También son marca de la casa los diálogos surrealistas, persecuciones de coches, disparos por doquier -se echan de menos las escenas de sexo (en este tipo de comedias tienen sentido, no penséis mal) y un metraje de prácticamente dos horas -los vascos son vascos hasta para rodar comedias de dos horas-.

Sin embargo, a “Rey Gitano” le falta la chispa y la originalidad de “Airbag”, aún así estamos ante una comedia divertida que no decepcionará a los fans de la que fue en su momento la película española más taquillera de todos los tiempos al recaudar 7,2 millones de euros en salas de cine.

En cuanto al reparto Karra Elejalde y Manuel Manquiña son los reyes de la pantalla y demuestran que son actores veteranos, los mejores gags del film están protagonizados por ellos; mientras que el debut como coprotagonista de Arturo Valls en el cine deja mucho que desear porque pierde “la gracia” que desprende en televisión. Quizás se deba a su personaje, y tener que hablar con el acento de la lengua caló (gitano), que lo amordaza y lo absorbe sin dejarle libertad, o sólo se deba a que las líneas del guión para su personaje no son todo lo graciosas que deberían ser. Por último, el personaje de María León se dedica a repartir tortazos porque su personaje tampoco tiene más razón de ser.

También he echado de menos los cameos que sí realizó Juanma Bajo Ulloa en “Airbag”, ver hoy día los cameos de los directores Julio Médem y David Trueba es algo impagable.

En definitiva, las aventuras de este par de detectives, cuya deplorable empresa está a punto de cerrar por lo cual aceptan la loca misión que les encarga un gitano – todos los comparan con Mortadelo y Filemón, incluso sus gadgets se parecen mucho a los personajes de Ibáñez-, y que son completamente diferentes, uno monárquico y facha (Manquiña) y el otro republicano (Elejalde) e independiente, harán las delicias de los espectadores.

Nota El Blog de Cine Español: 6.

12 thoughts on “CRÍTICA DE “REY GITANO”: NO ES “AIRBAG 2” PERO CASI LO PARECE”

  1. Depende de los gustos de cada persona, pero para mí iguala o supera a Perdiendo el norte, pero más divertida que 8 apellidos vascos no es.

  2. Lo interesante realmente es cómo cuajará comercialmente, tras los éxitos de Perdiendo el norte y Ahora o nunca, películas ambas nefastas (en mi opinión).

  3. Como mucho puede aspirar a 2 millones de euros, tipo Carmina y Amén y yo lo veo difícil.

  4. Pues a mi no me ha disgustado tanto. Una película cañera, arriesgada, al estilo Airbag, con humor muy grueso, pero de manera deliberada, muy fuerta y en ocasiones absurda, pero es el humor en el que se basa y bien interpretada por Manquiña y Elejalde. No es moco de pavo volver a ver en pantalla a Charo López, Rosa María Sardá y Pilar Bardem. Lo que más me desentona es Arturo Valls y el personaje de María León, pero bueno… muy al estilo Airbag, Torrente y demás comedias de acción patrias.

  5. Un traficante gitano, golfo y seductor que pretende ser hijo del Rey,
    un republicano disléxico e irascible incapaz de valerse por si mismo,
    un fascista, ex miembro del FBI que sabe quien mató a Kennedy,
    una sexy e impulsiva joven que confunde el feminismo con el tocino,
    un@ ex ministr@ corrupto cuyo sexo es tan difuso como su ética,
    una aristócrata que reina en España y se sienta sobre clavos de fakir,
    un conde cuyo mayor problema es controlar su silla de ruedas,
    un fabricante de coca rencoroso y enganchado al porno,
    un par de sicarios de la inteligencia española que dan más lástima que miedo,
    un novio sumiso capaz de timar a una desvalida anciana,
    una ama de casa ligera de cascos y enganchada a los realitys,
    una estrella musical infantil con tragaderas de estrella del porno,
    una cumbre económica clandestina, animada con farlopa y zorras,
    una gigantesca paella sazonada con narcóticos,
    un satélite militar americano sobre el país vasco,
    una cata de exclusivo vino adulterado,
    el primer homínido español con barretina,
    la emocionada confesión personal del Rey de España,
    un almuerzo de Coronación regado con laxante y suero de la verdad…una boutique del espía, un minúsculo caniche cagón, un dignatario chino borracho y salido, una bella húngara muy profesional, un salpicadero trufado de simbología política, una conferencia sobre drogas duras para párvulos…
    No es una lista de los argumentos de la nueva temporada completa de “South Park”. Es una película española llamada “Rey gitano”.
    Hace unos diez años que la crisis afecta de un modo categórico y brutal a este país. Hace aún más tiempo que España se despertó de su resaca descubriendo que su bendito ADN contiene el virus de la corrupción en una medida tan escandalosa que afecta a todos sus órganos. Y, sin embargo, se podría decir que no existe rastro de cine al respecto. El mayor problema vivido en España en las últimas décadas no ha interesado a un sólo cineasta. O a un sistema de supuestos artistas. De aquí el alcance aún mayor de esta comedia que, sin ser un certero documento, contiene, desde un punto de vista sociológico, innumerables y valiosos trazos de realidad. Una realidad tan ingrata, que sólo puede ser observada desde la saludable barrera del humor.
    La película podría bien sintetizarse como la historia de unos perdedores que se unen a otros perdedores con más brío para recorrer el país en busca de su peregrina salvación, arrancándola de manos del corrupto poder. Una ardua labor que excluye el trabajo real y honesto. Una aventura tan quimérica, que tal vez podría ser cierta, tal vez podría salir bien. Si el poder no cuidara su negocio.
    Con el hilarante lamento de “tenemos una ruina que con un poco que la cuidemos, nos dura toda la vida”, Josemari y Primitivo nos introducen en su universo de precaria supervivencia en cuyo curriculum figuran una “agencia de turismo sexual en el país vasco”, o la pretensión de crear un nuevo genial invento español, dedicándose a “pinchar cosas, esto lo otro…”. Elejalde y Manquiña parecen haber llegado a la cumbre de sus carreras para personificar a la pareja de detectives más antagónicos y entrañables que el cine español nos haya regalado. Por su parte la festiva arrogancia y desparpajo del Gaje creado por el sorprendente Arturo Valls, y la contundente insensatez de la Dolores compuesta por la privilegiada María León, nos regalan algunos de los momentos más surrealistas del show.
    Capítulo aparte de menciones personalizadas merecería la ilustre sucesión de actores principales, excelentes Rosa Mª Sardá, Charo López, Albert Pla, Pilar Bardem o Ernesto Sevilla, y admirables secundarios de ajustada y cómica labor. Sin olvidar a los extraordinarios dobles de la Familia Real que, por momentos, consiguen sugestionarnos sin remedio.
    La habitual destreza audiovisual a la que el autor de “La Madre Muerta” o “Airbag” y su equipo artístico nos tiene acostumbrados, ya avisa desde los primeros instantes que el espectáculo no será un video juego made in Hollywood, sino un regreso narrativo y estético al cine de pasadas décadas. Una época demasiado cercana en la que, el joven espectador medio nacional, rugía divertido ante las gamberradas más salvajes. Pero conviene preguntarse seriamente si, en la España desideologizada y alienada de hoy, en la que llamar a las cosas por su nombre o sencillamente bromear sin prejuicios, supone un alto riesgo para la presunción de inocencia, el humor socarrón de “Rey gitano” resulta tan sospechoso y molesto como lo es la libertad en cualquier dictadura.
    Al fin y al cabo hablamos de una película en la que, un zurullo que pasea en manos de cuatro idiotas, va a decidir el futuro de España. ¿O hablan del presente?

    Moctezumovies

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