Según Borja Cobeaga, director de Negociador, “la base de la historia es real pero el argumento y los personajes son una completa invención, una “ficción basada en hechos reales”. No hay aspiraciones a hacer una crónica realista de las negociaciones entre el gobierno español y ETA, sino el relato ficcionado sobre un acto supuestamente solemne y grave pero repleto de pequeños detalles que convierten el acontecimiento en algo muy de andar por casa. No es una película sobre la negociación, si no sobre todo los detalles que la rodean. Y esos detalles convierten la película en una comedia. No una comedia loca y caricaturesca, si no en un enredo contenido y hasta cierto punto melancólico. “Comedia bajonera” sería la mejor forma de definir “Negociador”…lo cierto es que tras ver la película, las palabras de su director no podían ser mas acertadas, pues su nueva película (tras la simpática Pagafantas) no ha podido describirla mejor.
Manu Aranguren (Ramon Barea) es un político vasco que ejerce de interlocutor del gobierno español en las negociaciones con ETA. Lejos de ser un acto solemne y calculado, pronto se verá que las casualidades, los errores o los malentendidos marcarán el diálogo entre ambas partes. Y que la relación personal entre negociadores será clave para la resolución del conflicto.
Como decía Cobeaga en las notas de producción de la película, la película se recrea, mas que en el conflicto, en los pequeños detalles, y es ahí donde Negociador da en el clavo. Por la sutilidad y tacto con la que maneja la comedia a través de escenas que resaltan lo cotidiano, la cercanía de dos personas sencillas envueltas en un conflicto que les viene demasiado grande. La honestidad y elegancia con la que está manejada el tema se merece, desde luego, un aplauso, pues no cae en el recurso fácil y apuesta por una crítica por las dos partes que resulta ejemplar. El guión, en ese sentido, es su mayor baza, ya que recrea instantes, que por su valentía, merecen destacarse: que el punto de unión entre éstos y la que dé una visión clara de la situación sea una prostituta (en una escena maravillosa) da una idea clara de las intenciones de sus creadores; o que algo tan sencillo como tomarse un día libre de tu trabajo pueda generar consecuencias irreparables…son pequeños apuntes que Negociador aprovecha muy bien, pues en los sencillo, es donde radica su verdadera grandeza.
Pero, desde luego, la otra gran baza de Negociador es contar con Ramón Barea como protagonista, pues es un acierto de casting fantástico en la que el actor, a base de honestidad y saber hacer, crea a su personaje desde un punto de visto de lo más humano, sin caer en ningún momento en la caricatura…y eso en comedia, resulta harto difícil, y el actor da toda una lección de carisma, saber hacer y honestidad ante las cámaras (nominación al Goya segura para el año que viene). Pero el resto del reparto tampoco merece olvidarse, pues realizan un trabajo estupendo, especialmente un excelente Josean Bengoetxea y un, aquí sí, caricaturesco Carlos Areces que encaja para dar el contrapunto cómico perfecto con la idea que quiere expresar. También se dejan ver Raúl Arevalo (que últimamente está hasta en la sopa…y yo no me quejo), una divertidísima aparición de Secun de la Rosa (su escena es de las mas desternillantes, sin duda) y Óscar Ladoire (que vuelve a colaborar con el director tras Pagafantas).
El único problema que, verdaderamente, encuentro, no se encuentra dentro de la misma cinta, si no en su forma de venderla al público: no se trata de una película fácil de promocionar. Con esto me refiero a que ni es una película desternillante ni una película que indague en el conflicto de forma política o dramática, y eso puede llevar a confundir al público a la hora de adentrarse a ver la película…y es una completa pena porque, desde luego, merece la pena. Resulta difícil promocionar un film que tiene un humor sutil y específico para un gran número de espectadores, y mas aún si nos adentramos en el conflicto de ETA. Espero equivocarme, pues Negociador nos muestra el conflicto desde un prisma humano y cotidiano que la hacen encantadora por su sencillez (el film no dura mas de 80 minutos…figúrense).
Negociador no provocará carcajadas, pero si que mantiene en el espectador la risa cómplice que, casi en ningún momento nos deja de lado. Sencilla, directa, elegante y con tacto, el nuevo film de Borja Cobeaga se merece una oportunidad por la valentía de su propio concepto, y por retratar maravillosamente (y a base de comedia…aún mas difícil) un conflicto que hemos vivido todos y del que todos formamos parte…al fin y al cabo, como dice la película….todos somos humanos ¿no?.
Nota El Blog de Cine Español: 6.
Manu Monteagudo
Interesante crítica. Te recomiendo, eso sí, que revises la redacción del post.M Se puede mejorar.
Pues no entiendo cómo después de ponerla TAN bien la puntuas con un 6