“LA TORRE DE SUSO”, UNA PELÍCULA QUE SE DEJA VER.

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Sinceramente, después que esta película acabara como la décima película española más vista del año pasado, esperaba algo más pero, como siempre cuando uno esperaba mucho de algo se siente decepcionado una vez visto.
En “La Torre de Suso”, dirigida y escrita por Tom Fernández, guionista de la serie “7 vidas”, por ello cuenta en el reparto con Javier Cámara y Gonzalo de Castro, nos encontramos el regreso a su pueblo de “Cundo” (Javier Cámara), después de diez año de ausencia en Argentina, para asistir al entierro de su mejor amigo, Suso.
Allí se encuentra con sus viejos amigos: Mote (César Bea), un animal de persona, oficial de primera en la construcción y racista hasta que cambia de opinión por un accidente en su obra; Gonzalo de Castro, incauto y demasiado bueno y José Luis Alcobendas que interpreta el papel de ganadero que tiene una novia puta que se folla todo el pueblo, entre ellos, su amigo Mote y el padre de Cundo, Emilio Gutiérrez Caba.
Los padres de Cundo están interpretados por Emilio Gutiérrez Caba, que se tira todo el día bebiendo en el bar del pueblo y no hace caso a su mujer.
En esta comedia con pequeños tintes dramáticos tenemos la historia principal de Cundo, su regreso y reencuentro con su familia, amigos y una chica que desvirgó en una noche de borrachera…interpretada por Malena Alterio.
Otras historias secundarias son la del amigo de Cundo y su novia puta, los padres de el protagonista y la muerte de Suso y su sueño de construir una Torre para ver el mundo desde arriba.
En definitiva, una película que se deja ver, que te hará reir y, si eres un sentimental, también hará que caiga alguna lagrimilla por tu mejilla.
Os dejo con el trailer- Making off para que veíais un anticipo de la película y espero que os animéis a verla.
 

One thought on ““LA TORRE DE SUSO”, UNA PELÍCULA QUE SE DEJA VER.”

  1. “La torre de Suso”, al igual que otras producciones recientes, demuestra que se puede y se debe hacer cine a favor del público. A ver si recuperamos el rumbo, y el sector empieza a ver con claridad quién es su verdadero destinatario: la audiencia que paga entradas y compra DVDs y no los invitados a festivales.

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