Marisa Paredes fue la encargada de entregar el premio a mejor película en la primera edición de los premios Fénix del cine iberoamericano, unos galardones diseñados para convertirse en la gran fiesta del cine latino mundial, y que ya han sido apodados como los “Oscar latinos”.
La reivindicación y el recuerdo a los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos fue una constante en la ceremonia. “Es tan terrible lo que han hecho, es tan absolutamente espantoso lo que han hecho, que verdaderamente no se qué más decir”, dijo la actriz española, musa de Almodóvar. “Espero que cuenten algo algún día, si es que se atreven, o que ustedes, que el pueblo, consiga que se sepa la verdad y que vuelvan vivos. Me duele mucho todo esto”, añadió Paredes.
“La Jaula de Oro”, coproducción hispano mexicana dirigida por el burgalés Diego Quemada-Díez (otro estandarte de la fuga de cerebros en España) fue la cinta más premiada, con tres galardones: mejor película, sonido y edición.
Se trata del enésimo reconocimiento de este gran retrato sobre el drama fronterizo, que si no habéis tenido oportunidad de ver os recomiendo encarecidamente porque es un peliculón.
Viggo Mortensen recogió el premio a mejor actor por la argentina “Jauja”; mientras que Leandra Leal ganó en la categoría femenina por “O lobo atrás da porta”.
España también acaparó menciones en otras categorías, ya que la última película de Álex de la Iglesia, “Las brujas de Zugarramurdi”, ganó dos premios, al mejor diseño de arte y a la mejor música.
Desde hace tiempo en este blog se ha reivindicado la creación de un gran festival de cine latino, por tratarse de un escaparate en un mercado estratégico para el cine español. Veremos qué tal cuajan estos premios en futuras ediciones.
