Si alguien no admite que el precio excesivo de las entradas de cine no es la principal razón de que el público español haya abandonado las salas, es que no es objetivo. Está claro que la piratería afecta y también los cambios en los hábitos de ocio, hace más de una década los quinceañeros no se tiraban el fin de semana en casa de uno de ellos jugando a la videoconsola, ahora sí. En fin, ya hemos tratado este tema por aquí numerosas veces.
Un claro ejemplo que el alto precio de las entradas de cine expulsa a los espectadores de las salas es saber que “Torrente 5: Operación Eurovegas” vendió casi 30.000 entradas más el día del espectador, el miércoles, que el viernes de su estreno, lo que significa un millón de euros en un sólo día, laborable, para las arcas de los productores de la franquicia española más rentable de todos los tiempos. Del viernes al miércoles la quinta parte de Torrente recaudó 5 millones de euros.
Por cierto, hace un mes estuve en Madrid y pasé por el Centro Comercial Xanadú y me quedé atónito al ver que allí el cine, de la cadena Cinesa, costaba 9,50 euros, más del doble que cuesta en mi ciudad, Mérida, también un Cinesa, donde desde hace más de un año el cine cuesta todos los días 4,50€ y el día del espectador 3,90 euros.
No creo que muchas familias en Madrid se puedan permitir ir al cine, por ejemplo, a un matrimonio con dos hijos ir al cine, con sólo un cubo de palomitas y refrescos le saldría la broma por 50 euros. ¡Una pasada! Hasta que los dueños de los cines en nuestro país no se den cuenta que han inflado demasiado los precios de las entradas, seguirán perdiendo espectadores día a día.
Cada refresco en un bar de cine madrileño cuesta un mínimo de 3 euros y el cubo de palomitas debe estar por los siete (no puedo decirte el precio exacto del cubo, hace una eternidad que no compro, pero de las bebidas sí porque pregunté el otro día, sin llegar a comprar tampoco).
Así que el incremento sobre las entradas, si consumes del bar del propio cine ese pack refrecos+palomitas, para padres con niños es de 20 pavazos.
Te quedarías alucinado entonces con el Cinesa del Heron City Las Rozas, que es al que voy yo, más de 10 euros y los miércoles 4,50. Una verdadera estafa, se creen que todos lo que vivimos en este pueblo somos millonarios. Lo peor de todo es que en su inicio fue AMC que si que era una delicia ir a ese cine con miles de ofertas diferentes, pero lo compraron los estafadores de Cinesa. Saludos
Yo sólo voy al cine los miércoles, y algún jueves con la oferta Cinesa q aun así son casi 5 euros creo. Y los miércoles 4,50 .
La bebida hace años que no la compro en el cine, me llevo mi propia bebida y snacks de fuera, que timen a otros sinceramente, si pusieran un combo a precios normales tipo 3€ o algo así, compraría. La cocacola en polvo y el maíz, más baratos no pueden ser para el cine, inflar los precios a esa manera hace q sea un auténtico suicidio comprar algo.
Y sí, los precios del cine en Madrid y BCN son ridículos, una entrada no puede costar 9,5..
Pues yo me metí ayer en entradas.com y había programado en varios cines un concierto de One Direction.Las entradas costaban 11 euracos.¿Resultado?Salas hasta el culo.Así no van a bajar el precio de las entradas jamás.
no hay que ir al cine, hay que bajarse las pelis. tarde o temprano acaban en los torrents
q les den por culo a todos
Aunque este estreno es de hace un año, el post habla de precios, palomitas y la corriente social en aumento resumida en el comentario del Señor Calvo
http://fernandomaranon.blogspot.com.es/2013/09/justin-y-la-espada-del-valor.html
¿10 euros por una entrada de cine? ¡Qué barbaridad! Coincido plenamente con la opinión de este artículo, la rebaja de los precios está demostrando que la gente quiere ir al cine, pero es obvio que no puede hacerlo con semejantes números.
Además, la mayoría de los complejos cinematográficos están instalados a las afueras de la ciudad, por lo que hay que añadir otro coste más: el del desplazamiento (bien sea en coche privado o en autobús público). Esto último, además, provoca que el público anciano se eche para atrás, ya que ha de moverse mucho para poder ir a los cines. Es un hábito importado de los Estados Unidos que nos ha perjudicado mucho.