En la 17 edición del Festival de Cine de Málaga se estrenó Todos están muertos, el debut en el largo de Beatriz Sanchís. A los cinco minutos de película muchos de los asistentes mirábamos a un lado u otro de la platea intentando buscar una mirada cómplice ante el desconcierto que estamos viviendo, pero no fue así.
La película tiene un arranque como mínimo atípico, mostrando unos personajes que viven en una realidad difícil de entender. Pero pronto tememos estar ante lo que posiblemente sea el sello de identidad de la obra .
Contar una historia de fantasmas, con la transición de fondo, con un reparto lleno de mexicanos aunque aparentemente viven en España, todo envuelto en un aire retro de los ochenta y con una española como protagonista, Elena Anaya, es como mínimo arriesgado y eso es digno de mencionar en la cinta de una debutante.
Bajo la dirección de Beatriz Sanchiz Todos están muertos nos cuenta la historia de unos personajes que hace tanto tiempo que dieron la espalda a la realidad que aunque la tuvieran delante no la reconocerían. De eso es lo que trata la cinta, el punto de vista de su directora está en enmarcar todo en una realidad mágica inexistente, que si existiera sería desprovista de todo sentido por el comportamiento de sus personajes. Ningún personaje asume lo que le rodea y la empatía con el espectador desaparece .
Por otro lado el trabajo de Elena Anaya es lo más interesante de este film. En definitiva, se hace más veraz una frase que sonaba en el festival en todos los corrillos de periodistas “la mitad de estas películas si hubieran tenido una buena corrección de guión serían otra cosa”, totalmente de acuerdo .
Nota El Blog de Cine Español: 5.
Por Eduardo Parra González
Eres muy generoso. La peli es un bodriete con pretensiones.