Según informa El Confidencial, el pasado viernes 4 de abril José Frade Producciones Cinematográficas solicitó el registro de los siguientes nombres en la Oficina Española de Patentes y Marcas: Ocho apellidos catalanes y Ocho apellidos madrileños.
Un hecho sorprendente y difícilmente justificable más allá de una descarada picaresca empresarial, pese a que el productor se ha defendido enviando una misiva a El Confidencial: “No hemos tenido ninguna intención de utilizar la ‘picaresca empresarial’ como usted la denomina, porque si hubiésemos tenido esa miserable intención, nos habría bastado con solicitar el registro de la marca Ocho apellidos vascos, que en ese momento, no sabemos si hoy y ahora, estaba sin registrar”.
Entonces, ¿para qué ha registrado esos dos nombres dos semanas después del estreno de la película más taquillera de la historia del cine español, justo cuando se empezaba a especular sobre las secuelas venideras? Hay que tener en cuenta que el que fuera uno de los grandes mecenas del cine español durante la época del destape no tiene la menor vinculación con Ocho apellidos vascos, producida por Mediaset.
José Frade se hizo de oro en 1970 con la que en su momento fue un fenómeno similar al que hoy vivimos con la comedia de Emilio Martínez-Lázaro: No desearás al vecino del quinto (Tito Fernández). La comedia casposa protagonizada por Alfredo Landa se sostuvo como la película más taquillera de la historia del cine español hasta la irrupción de Torrente treinta años después.
Después, Frade produjo la secuela No desearás a la mujer del vecino (Fernando Merino, 1971), seguida de títulos emblemáticos del destape como Doctor, me gustan las mujeres, ¿es grave? (1974), Cuando el cuerno suena (1975) o Las delicias de los verdes años (1976); así como varias películas del tándem Pajares-Esteso a finales de los años 70 y durante los años 80.
En los 80 se inició el declive de su imperio. Recordemos que actualmente está en cartelera su última producción, ‘Por un puñado de besos’, tal vez la mayor aberración y fracaso de nuestro cine reciente. El título producido por Frade que precede al drama/comedia/indefinible de David Menkes no es mucho más memorable: Don Mendo Rock, ¿la venganza?, que en el año 2010 y con un reparto espectacular fracasó estrepitosamente, cosechando las peores críticas que se recuerdan.
¿Se trata de una estrategia desesperada para rememorar éxitos pasados?
¿Esto no es picaresca empresarial? Vamos ………….
No creo que pueda rememorar épocas pasadas sino tratar de sacar euros en la época actual de la forma más jeta posible aunque empresarialmente sea válido.
Como no soy jurista no se que pasaría si la secuela se llamara “Nueve apellidos catalanes” pero de lo que estoy seguro es que T5 no se va a dejar tomar el pelo y si hace la secuela se llevará por delante al Sr. Frade
¿Por qué quedarse tan corto?
Ocho gallegos, murcianos, maños, asturianos, manchegos,…
Será por apellidos
Hola:
Me acabo de quedar perpleja al leer esta noticia.
Como podéis ver en el enlace que os adjunto, Lazona Films hha iniciado el proceso de registro de denominación pero lo único que desde mi punto de vista algo tarde, ya que lo debería haber realizado hace semanas, cuando esto empezaba a ser un boom mediático.
http://sitadex.oepm.es/Localizador/LocNacSin
Lazona ha registrado Ocho apellidos y Ocho apellidos vascos, pero Frade inició el registro dos días antes que ellos.
El registro tiene un proceso de oposición, regulado por ley de tal manera que “cualquier persona que se considere perjudicada podrá formular ante la Oficina Española de Patentes y Marcas oposición al registro de una marca en el plazo de dos meses a contar desde la fecha de publicación de la solicitud de dicha marca en el “Boletín Oficial de la Propiedad Industrial”.
Lazona puede justificar de forma fehaciente la propiedad industrial sobre Ocho Apellidos, así que creo que no procederá el registro, si hacen un escrito de oposición documentado a pesar de haber iniciado la solicitud después.
Además, en cualquier caso, por competencia desleal no tendría nada que hacer, dado que “se considera desleal el aprovechamiento indebido, en beneficio propio o ajeno, de las ventajas de la reputación industrial, comercial o profesional adquirida por otro en el mercado”.
Así que por mucha picaresca empresarial y comercial de por medio que haya, que la hay, incluso mala fe empresarial, lo único que queda es que Lazona Films proceda a defender sus derechos de propiedad industrial, que entiendo prosperarán.
Espero haberos aclarado un poco el tema desde el punto de vista jurídico.
Silvia Lobo
esta noticia es muy antigua, ya salio en el mundo y otros diarios hace mucho
Frade debe de pensar que puede caer aún más bajo que con sus últimas pelis…