Mientras en España asistimos atónitos al mayor fenómeno de los últimos tiempos protagonizado por la comedia Ocho apellidos vascos, en Francia viven con cierta cotidianidad un año en su taquilla absolutamente glorioso, donde el cine local reina por todo lo alto y su cuota habitual en torno al 35% se ha disparado en estos primeros meses.
Allí, entre las diez películas más vistas del año, 6 son producciones francesas, siendo 4 de ellas las que ocupan los 4 primeros puestos.
Una comedia dirigida y protagonizada por el cómico Dany Boon, Supercondriaque, ocupa el primer puesto del año con la descomunal cifra de 32 millones de euros, estando aún en cartelera.
La fiebre por la comedia local es más que evidente, y por tanto Les trois frères, le retour ocupa el segundo puesto de las más vistas en el 2014, seguida de La bella y la bestia (en cartelera en España) y el biopic Yves Saint Laurent.
También de producción francesa, en el puesto séptimo se encuentra Fiston (de nuevo una comedia, en este caso juvenil) y en el 10º puesto de la tabla está Minuscule – La vallée des fourmis perdues, una adaptación de una serie de animación sobre el mundo de los insectos.
El dato es demoledor: de los 13 fines de semana que llevamos este año, 9 han estado capitaneados por un título galo.
Sin duda Francia es el gran modelo a seguir. Históricamente se ha mimado y protegido al cine local desde sus políticas fiscales hasta su educación. La pasión por el séptimo arte está instalada en su ADN. Allí nadie cuestiona las ayudas. Más de 200 películas anuales son enteramente subvencionadas. Además, el organismo independiente Centro Nacional de la Cinematografía (CNC) gestiona un elaborado entramado destinado a acumular un importante fondo de ayuda al cine local: el 11,5% del precio de todas las entradas de cine foráneo van destinadas a ese fondo, así como las elevadas tasas que las televisiones están obligadas a pagar.
Desde el CNC se gestiona el complicado sistema y atribución de ayudas, en el que se premia de igual modo a producciones de carácter puramente comercial como al cine de autor, y un consejo de profesionales del cine deciden dar oportunidades a nuevos talentos.
Eso se traslada al gran público galo, que aprecia tanto el cine en su ámbito más desenfadado, con una gran proliferación de comedias populares; como el cine autoral.
Sin duda un panorama idílico del que aprender.
Os dejamos con el ranking de las diez películas más vistas del 2014 en Francia:
1 Supercondriaque, $42,736,386
2 Les trois frères, le retour Wild Bunch, $19,309,579
3 La belle et la bête, $15,588,687
4 Yves Saint Laurent, $13,933,172
5 12 Years a Slave, $13,835,227
6 300: Rise of An Empire, $13,821,904
7 Fiston, $13,588,651
8 The Lego Movie, $11,649,032
9 Mr. Peabody & Sherman, $10,787,342
10 Minuscule – La vallée des fourmis perdues, $10,732,550
Bueno aquí en España hubo en tiempo en que que podrían ser un éxito comedias tipo Torrente, días de futbol, el otro lado de la cama (musical) pero también pelis como, juana la loca, Los lunes al sol, te doy mis ojos, hable con ella, 7 vírgenes incluso Princesas llegó al millón de espectadores.
ahora las tv solo apuestan practicamente por cine ‘comercial’.
Blau, estás hablando de pelis de años de distintos años. España siempre ha tenido una cuota de pantalla muy baja. Es así y, lamentablemente, no creo que vaya a cambiar en mucho tiempo. Porque para cambiar lo primero es querer cambiar y con el cainismo español y la particular Historia política de nuestro país es totalmente inconcebible un sistema que cuide tanto por su cultura y el cine como el francés. Aquí siempre se mira al modelo francés y se imitan ciertas cosas pero sin verdadero apoyo desde arriba y desde la población y, obviamente, con cantidades risibles en comparación.
Rincewind: es cierto que se necesita el apoyo de los gobiernos y de la población (también el de los medios y el de las televisiones).
Pero no nos olvidemos del propio sector. El cine no puede enrocarse en que la culpa de todo la tienen los demás.
Hay mucho por hacer, a todos los niveles.
El otro día aterricé en una de esas listas de cine que salen de vez en cuando y que se parece bastante a muchas anteriores.
En ella, elegían sus películas favoritas un puñado de grandes directores (Allen, Coppola, Tarantino, Bela Tar, los Dardenne, Frahadi…)
¿El balance? Para el mundo exterior, Buñuel sigue siendo el único español mencionado como uno de los mejores cineastas de la historia del cine, vivos o muertos. Por una película de su etapa francesa (El discreto encanto de la burguesía) citada en dos ocasiones, y por otra de la etapa mexicana (Los olvidados, que citó Guillermo del Toro, mexicano él).
Nadie nombraba ni tan siquiera Viridiana o alguno de los incontestables títulos de Berlanga o Erice.
Es decir, que no figuraba una sola película española de toda la historia del cine entre las favoritas de alguno de los encuestados, que eran estadounidenses, británicos o belgas, además de un francés, un coreano, un iraní, un húngaro y el mexicano Guillermo.
Tampoco parece haber ni un director español en activo que importara lo suficiente al promotor de esta iniciativa como para preguntarle sus preferencias.
Da que pensar. Para quien quiera hacerlo, claro.
Bela Tarr, Farhadi. Perdón por las erratas.
Por cierto, también salía entre los encuestados (junto a todos estos que ya mencioné y Scorsese, Apichatpong, Mike Leigh o Bong Joon-Ho), un tipo como Michel Hazavanicius, cuyo único mérito hasta la fecha ha sido The Artist.
El cine español también lleva mucho tiempo sin competir (y ganar) en Cannes, Venecia o Berlín.
En todo esto no creo que influya significativamente el cainismo local.
¿O sí?
El cine en España no existe en Tv, se reduce a:
-Noticias: un video de 2 min cada viernes y si la TV en cuestión participa algún reportaje del estreno o del rodaje.
-Dias de Cine (a las tantas de la madrugada) y el programa de Canal + (yo lo veo por internet)
No hay más….
Y luego hablamos de cine español en TV o independiente, ya es otro cantar, algo mucho más grave sobre todo en TVE.
Marañón: creo que se juntan varios factores. Desde luego, los profesionales del cine deben hacer reflexión y autocrítica, sobre todo los productores, creo yo.
Pero evidentemente el cine también debe recibir un apoyo más firme y serio por parte de la administración. No creo que sea casualidad que Francia y EEUU tengan políticas de protección y apoyo al cine y a la vez tengan una industria fuerte.
No creo que en EEUU o Francia fuera concebible que un gobierno independientemente del color ideológico que fuera rebajara las ayudas al cine y luego dijera uno de sus ministros que si la situación es mala es por culpa de la mala calidad de las películas.
Este gobierno lleva dos años.
El problema décadas.
Para mí, lo que es más envidiable del cine francés es que, además de esa fortaleza comercial, son capaces de producir un gran número de películas artísticas, y de hecho son un país importador e impulsor de producciones autorales.
Marañón: depende de cada lista, pero Almodóvar o Erice salen en algunas a nivel mundial. Y “Viridiana” suele ser la mejor posicionada de entre todas las de Buñuel. A mí me parece muy interesante la lista de TSPDT, porque recopila de manera muy exhaustiva las preferencias de la crítica mundial, y allí figura “Viridiana” en el puesto 76, siendo la primera del aragonés, con “Los olvidados” como segunda en el puesto 105 (me parecen de hecho las dos mejores suyas). Otras españolas:
– 123: El espíritu de la colmena
– 282: El verdugo
– 398: Todo sobre mi madre
– 502: El sol del membrillo
– 552: Hable con ella
– 604: Tierra sin pan
– 638: Plácido
– 708: Arrebato
– 896: El laberinto del fauno
– 959: El sur
– 990: Bienvenido Mister Marshall
Y resulta curioso que a las películas de Berlanga salen en listas de españoles principalmente (también latinoamericanos), mientras que las de Almodóvar las votan principalmente extranjeros.
No se puede comparar el cine en Francia, donde se inventó el cine por los hermanos Lumiere a fines del siglo XIX, con el cine español que ha sido bastante irregular en su historia. Además Francia tiene a vecinos francoparlantes como Belgica o Suiza, que sí bien no convierten en exito a un fracaso frances, bien puede apagarle el incendio.-
España debe aprender de los aciertos y errores de otros cines como el Brasileño, el aléman o el italiano. Nunca del frances, que ha sido por un tiempo la meca del cine, y más aún el referente cultural mundial hasta la decada del 70 del siglo pasado.
En España no se inventó el cine, ni tiene una industria de más de 100 años como en Francia, asì que es imposible de imitar.-
, que
Lo que tiene el cine Frances es un gran lobby, que hace que sus pelìculas se estrenen en todo el mundo, mientras que España hace decadas que no estrena un gran número de películas en América latina. Digamos que desde el tiempo de Sara Montiel y Carmen Sevilla, o al menos desde principios de los 90s cuando Saura aún estaba casado con Geraldine Chaplin.
Cuantas películas españolas se han estrenado comercialmente en Uruguay en estos últimos 12 meses (no contando las que hablan en inglés, ni coproducciones con Argentina) pues 5, una con Ricardo Darin, Tadeo Jones, la secuela de tres metros sobre el cielo, la de almodovar y la de Alex de la Iglesia.-
Marañón: por eso he dicho lo de independientemente del color ideológico. No estoy diciendo que sea problema exclusivamente del PP.
No estoy diciendo que los de un partido sean buenos y los otros sean malos. De las incoveniencias de tener un bipartidismo de facto podemos hablar en otro foro.
El PSOE también ha hecho flaco favor a la cultura cinematográfica de este país desde tiempos de González con el decreto Miró, su sistema de ayudas y su impulsó un cine “de autor” despreciando el “cine para fontaneros”.
No ha habido una política seria de protección e impulso de la indusria cinematográfica como la francesaque como se ha explicado en el artícula facilita la producción tanto de películas comerciales como otras más arriesgadas.
Así es posible ver una película con el nivel de producción de la Bella y la Bestia rodada en francés y no en inglés para facilitar las ventas internacionales
Marañón, nadie dice que no sea necesaria autocrítica. Aunque yo creo que el sector ha cambiado mucho en los últimos 15 años desde que las televisiones participan en el cine y desde que han ido surgiendo nuevos directores y productores.
Pero esos cambios se quedarán en agua de borrajas (o en fuga de cerebros, porque la sangría de cineastas que están emigrando es acojonante) si no hay un plan de apoyo serio desde las instancias que tienen que proporcionarlo. El apoyo gubernamental en Francia y USA es descomunal en comparación con lo que ocurre aquí. No se puede pretender el mismo apoyo que ellos, entre otras cosas porque ellos tienen una tradición cinematográfica inmensamente superior, pero sí buscar acercarse, es decir, una voluntad real.
Si no, comparaciones como estas solo sirven para poner los dientes largos y deprimirse. Ahora mismo, mirarse en Francia es una utopía.
Juan, más que el cine de autor, el decreto Miró impulsó un cine de “prestigio”, de adaptaciones literarias y cosas del palo. Y tengo serias dudas de que beneficiase o perjudicase a la cultura cinematográfica; en todo caso perjudicaría a la industria cinematográfica.
Genjuro está claro que hoy escribo con prisas y no hago más que provocar malentendidos 😉
puse comillas a lo de cine de autor porque no lo decía en sentido literal. Es posible que de prestigio sea más exacto. Y al referírme a perjudicar me refería a la creación de un tejido industrial.
Mi impresión es que gran parte del público se alejó de ese tipo de películas, que se volvieron mayoritaria. HAbía una especie de homogeneizació nde tipo de historia y modo de contarlo , incluso del asepcto visual. Creo que ewsa concepción de ver el cine español como un género en sí mismo tiene much oque ver con el cine de los 80
En una entrevista Alex de la Iglesia mencionaba una expresión de un crítico español que calificaba al cine espectáculo de “pólvora mojada”. Creo que ha habido una radicalización de posturas que cada vez se acentúa más en el cine como si una película por el hecho de contar con mayor empaque visual fuera necesariamente de menor calidad y al contrario si busca tener mayor calado forzosamente debe ser aburrida y visualmente pobre.
Juan, una razón por la que pueden radicalizarse esas posturas es que, en mi opinión (y desde lo limitado de mi visión del cine español), las películas españolas con algunas ambiciones industriales tienen por lo general un nivel artístico pobre, nivel que es más fácil encontrar en un cine más pequeño, pero no porque sea más pequeño (aunque la falta de presupuesto también facilita el no caer en concesiones comerciales que perjudiquen el nivel artístico de la obra).
A mí me parece preocupante que en unos premios industriales como los Goya, votados por una gente que raramente se acuerda del cine radical, tengan que salir nominadas dos obras tan minimalistas como “La herida” y “Caníbal”, que además tampoco me parece que ni siquiera se acerquen a ser obras maestras del minimalismo. Y las otras nominadas tampoco es que gozaran de consenso entre los espectadores, ni mucho menos entre la crítica, claro.
Genjuro: la verdad es que no sabría decirte las causas; además no creo que solo ocurra en España sino también en otros países, EEUU incluído. Pero en el caso español creo que hubo toda una generación de cineastas e incluso productores que mostraron una especie de rechazo a lo que de espectáculo tiene el cine, aunqeu luego tuvieran como referencia el cine clásico de Hollywood.
pienso por ejemplo en Trueba. En una entrevista que le hacía en el documetnal dedicado a Emilio Ruiz (con el que trabajó en varias ocasiones desde “La niña de tus ojos”)comentaba que si hubiera sabido del trabajo de éste hubiera incluído en sus películas imágenes o secuencias que no había realizado por no creer que eran posibles hacerlas en España. Me quedé asombrado.¿Cómo es posible que un director con el bagaje de Trueba desconociera el trabajo de uno de los mejores técnicos de efectos especiales de España y probablemente del mundo?
Trueba es un director muy malo en mi opinión, así que no me extraña nada de él.
Podemos hablar siempre del ejemplo de Francia y repetir la misma historia, pero la realidad es que la diferencia cultural y sobre todo económica con nuestros vecinos del norte es abismal. España nunca será como otros países europeos avanzados, tenemos nuestra propia cultura e idiosincrasia por desgracia, y dentro de ella está valorar lo de fuera más que lo nuestro por naturaleza. Ni en la utópica situación de alcanzar el nivel de vida de nuestros vecinos ricos valoraríamos nuestra industria cultural y menos claro, pagaríamos por ella.