No podría estar más de acuerdo con los premios principales otorgados en la XXIII edición de los Premios de la Unión de Actores y Actrices.
En una amena gala presentada por Secun de la Rosa y Llum Barrera bajo el leit motiv de “la pasión”, se ha galardonado a Antonio de la Torre con el Premio al Mejor Actor Protagonista por Caníbal, de Manuel Martín Cuenca; y a Susi Sánchez con el de Mejor Actriz Protagonista por su brutal despliegue interpretativo en 10.000 noches en ninguna parte, de Ramón Salazar.
Mucho más sorprendente me ha parecido el reconocimiento a Belén López, premiada a Mejor Actriz de Cine Secundaria por 15 años y un día. Por su parte, Roberto Álamo ha recogido el premio al Mejor Actor de Cine Secundario por su típico/tópico papel de hermano tonto en La gran familia española, con el que ya se llevó el Goya.
En las categorías de actores de reparto, los premiados han sido Dani Muriel por Diamantes negros y Alicia Rubio por su (genial) prima Marisa de La gran familia española. Por último, respecto a lo que a cine refiere, Olimpia Melinte y Hovik Keuchkerian, recogieron su galardón como mejor actriz y actor revelación por Caníbal y Alacrán Enamorado respectivamente.
Además, el estratosférico Asier Etxeandía volvió a ser reconocido por su descomunal trabajo en la obra El intérprete; y Kiti Manver por Las heridas del viento
En las categorías televisivas, El tiempo entre costuras fue la gran triunfadora de la velada.