“EN ARGENTINA EL ‘INCAA’ FINANCIA UNAS 150 PELÍCULAS AL AÑO Y HAN SUBIDO LAS AYUDAS”. ENTREVISTA A VICTORIA GALARDI, DIRECTORA DE “PENSÉ QUE IBA A HABER FIESTA”

Este fin de semana ha llegado a nuestras carteleras “Pensé que iba a haber fiesta”, coproducción hispano argentina (Gale Cine / Fernando Trueba Producciones Cinematográficas S.A. / Magma Cine) que fue presentada en la pasada edición del Festival de San Sebastián.

Bajo una singular óptica y una minimalista puesta en escena en torno a una casa de la Argentina acomodada, la película nos propone una reflexión sobre la amistad.
La dulce Ana (Elena Anaya) cuidará durante unos días de la casa de su gran amiga Lucía (Valeria Bertuccelli, vista recientemente en “Todos queremos lo mejor para ella”), una mujer que parece llevar una vida perfecta y bajo control. Ana vivirá un apasionado encuentro con el ex marido de Lucía que pondrá a prueba su profunda amistad.
Un dilema de sentimientos y relaciones a lo Bergman, pero sin caer en dramatismos y capaz de mantener el pulso.

Hemos hablado con su directora, la argentina Victoria Galardi (Cerro bayo, Amorosa soledad).

– Victoria, en un momento de clara sintonía entre España y Argentina en cuanto al cine, ¿qué reacciones has percibido del público español hacia el tono de tu película?

Bueno, no estoy en estos momento en España para meterme en una sala de cine y poder verlo. Puedo hablar de la reacción del público español durante las proyecciones en San Sebastián. El público fue muy cálido conmigo. La mayoría de la sala se quedó a escuchar el coloquio luego de la proyección y los comentarios fueron muy variados y cariñosos.
Muchos han hecho hincapié en el tono. Supongo que hubo gente a la que no le habrá gustado, pero si fue así fueron muy educados y no quisieron que me enterase. (risas)

– Sorprende la absoluta sencillez aparente de tu propuesta. ¿Fue complicado encontrar las sutilezas para tratar temas tan potentes como las pasiones, la traición o la amistad, sin caer en estridencias?

¿Qué es una peli sencilla?, me pregunto. ¿Sencilla de producción? ¿De puesta en escena? Me cuesta pensarlo. Creo que intento hacer el cine que me gusta ver y hablar de los temas que siguen despertando mi curiosidad y me tocan de cerca. De los sentimientos más comunes, de las personas y la dificultad para vincularnos. Me cuesta pensar que la amistad es simple, que la vida en pareja, la familia, el trabajo son cosas simples. La vida es compleja. Las relaciones lo son.

– “Pensé que iba a haber fiesta” habla de los clásicos códigos entre amigas, y eso en ocasiones me dejó una sensación de hipocresía. Supongo que era una de tus intenciones.

Sí, lo era. Las relaciones en general son muy hipócritas. Es muy difícil ser verdadero y honesto. Tendemos a fingir en los vínculos, la miseria que convive en todos sale a la luz por buenos que intentemos ser. El alma humana es un misterio para mí.

– ¿Cómo fue el rodaje de la escena de la cena de Noche Vieja, especialmente su interesante trabajo de puesta de escena y montaje?

Tengo que admitir que fue unos de los momentos más divertidos del rodaje. Se filmó durante 5 noches toda la fiesta entre el interior y el exterior. Fue muy divertido porque de repente eran muchos actores en escena. Venía trabajando con uno, a lo sumo dos al día. Por otro lado, conozco mucho a los actores que están en la fiesta y con algunos he trabajo en otras de mis películas; eran caras conocidas en el set.
Con respecto a la puesta, con mi montajista (Alejandro Brodersohn) decíamos que era la parte ¨mas documental¨de la película. Toda a cámara en mano, menos pensada, más incómoda, más errática. También creo que es un gran trabajo de mi montajista. La primera noche me fui a casa pensando que no había rodando bien, que no estaba haciendo suficientes planos y que la cosa no había funcionado. Al día siguiente, mi montajista me mandó un armado y me dejó tranquila. Tengo un gran montajista, que arregla mis lios.
La fiesta es unos de mis momentos preferidos de la película. Todos los actores están geniales y esa tensión que buscábamos, de fiesta deprimente, creo que se transmite.

– Háblanos de una figura muy curiosa en la película: el jardinero (Esteban Lamothe, un conocido actor argentino).

El jardinero es un personaje que quiero mucho. Primero por el actor que lo interpreta. Lo escribí para él. Temía que Esteban Lamothe no quisiera hacerlo porque era un rol muy pequeño, pero por suerte aceptó. Es un genio. Gran actor y compañero. Tiene una habilidad para incorporar todo lo que le dices sorprendente.
Hablando del personaje, una de las cosas que me gustan es que es quien le dice cosas a Ana acerca de su amiga que ella nunca escuchó. Probablemente Lucía no trata igual al jardinero que a sus amigos y Ana intuye esto de boca del jardinero.

– Elena Anaya te ha definido como una directora con “una mirada privilegiada” y “una capacidad de contar historias como nadie”. Turno de réplica: ¿cómo defines el trabajo de Elena?

Elena es super disciplinada. Se estudia el guión de memoria. Lo trae leído veinte veces, hace anotaciones, escribe todo lo que le comentas en los ensayos. Siempre se sabe la letra, que aunque parezca algo muy obvio, no siempre los actores llegan al set con la letra incorporada. Y como mis escenas suelen tener mucho diálogo y en algunas escenas no corto es genial no tener que parar o detenerte porque el actor no sabe su letra. Por otro lado, tiene una belleza y una fragilidad increíble. La cámara la ama y para un director tener una protagonista que sin hacer mucho magnetiza es lo mejor que te puede pasar. Está genial en la película.

– También ha dicho que eres extremadamente metódica y no dejas el menor margen a la improvisación, incluso a nivel gestual. ¿Es cierto? Es sorprendente, porque el acting parece totalmente natural.

Es cierto. Confío en los diálogos que he escrito, en el tono de actuación que busco, en la musicalidad de las frases. Dejo improvisar pero una vez que ya tengo la toma que quiero con el texto tal cual como estaba en el guión. Allí sí, puedo hacer algunas más e improvisar y buscar otra cosa.
Reescribo mucho antes de filmar. Sobre todo reescribo en los ensayos y lecturas previas al rodaje. Ahí escucho a los actores, entiendo su manera de hablar y retoco algunas cosas. Pero una vez pasada esa etapa, trato de mantenerme firme en mis diálogos y en como he imaginado rodar la escena.

– En Argentina, al igual que en España, se está viviendo un fenómeno de nuevo cine de autor, al margen de la industria y ayudas públicas. ¿Qué destacas de ese movimiento?

No me gusta diferenciar al cine entre el que recibe ayudas públicas y el que no. No creo que una película es menos ¨de autor¨ por recibir apoyo de ARTE, o de TVE o del INCAA. Todos deberían poder rodar con ayudas públicas, el cine siempre debería estar subsidiado.
Por otro lado, me parece bien HACER. Y no quedarse esperando. Por lo general todo el tema de las ayudas lleva tiempo, las coproducciones, los comités que leen, que dictaminan. Y muchas veces esos tiempos para los cineastas se nos hacen muy largos y dependiendo de la película dices ¨salgo a rodar¨. Pero también creo que hay muchas familias que viven del cine y que hay un industria que sostener y que si hacen películas en las que nadie cobra pronto no podremos filmar más. En el caso de España sé que la cosa está muy mal en este momento y me parece genial este movimiento de salir a filmar mientras los políticos piensan qué hacer con la cultura. En Argentina tengo que decir que el INCAA está financiando 150 películas por año aproximadamente y eso permite que haya una industria trabajando. Y han subido las ayudas a fines del 2013.

– ¿Sigues el cine español? ¿Hay algún título que hayas visto recientemente que destaques?

Sigo el cine español, como el francés, el austríaco, el rumano, el koreano… No todo, porque no llega desgraciadamente, pero intento pillarlo en Festivales o cuando viajo. Me parece que en el cine español hay una nueva camada de directores que le han dado un bocanada de aire fresco, como Jonás Trueba, Javier Rebollo, Mar Coll, Isaki Lacuesta. Y me perdí ¨La herida¨ de Fernando Franco, que coincidimos en varios festivales, pero que tengo muchas ganas de ver. Por otro lado, una de mis películas favoritas es ¨El desencanto¨ de Jaime Chávarri, película española que visto mil veces. Y Fernando Trueba es un director que siempre te sorprende. Nunca sabes con lo que va a salirse Fernando, si un documental de música, una película de animación, una ficción en blanco y negro o la segunda parte de La niña de tus ojos. O con un disco genial para deleitarte. Tienen grandes artistas en España.

– ¿Hay algún actor español con el que te gustaría trabajar?

Puede sonar un poco obvio, pero Javier Bardem es alguien con el que me gustaría trabajar. Es un actor fuera serie. Aún si la película no está bien, él siempre lo está. Luego hay dos actrices españolas que me gustan mucho, Bárbara Lennie y Aida Folch, quizás en algún momento tenga la oportunidad de trabajar con ellas.

– Por último, para el espectador que se debate frente a la taquilla entre tu película y el enésimo blockbuster, ¿qué puede esperar de “Pensé que iba a haber fiesta”?

Le diría que el blockbuster estará en cartel varias semanas, así que puede esperar para verla, mientras la mía, probablemente, si no la ve la primera o la segunda semana ya no la encontrará en el cine. Así que le diría, ¨ve a ver ambas; mirar películas en el cine es genial.  Pero ve antes a ver Pensé que iba a haber fiesta, que te necesita¨.

– Gracias Victoria, esperamos verte por España pronto.

Un abrazo grande Oscar. Felicitaciones por vuestro blog ¡Viva el cine!

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