A menudo vemos películas con grandes presupuestos, llenas de efectos especiales y en las que las historias están a la disposición de las grandilocuencias de la imagen. Pero, asimismo conseguimos también pequeñas producciones audiovisuales que, a pesar de tener un presupuesto muy justo, quieren contar una historia que les parece importante dar a conocer. En este último grupo entra la nueva película de Miguel Alcantud: Diamantes Negros, una coproducción de España y Portugal.
El director nos narra la historia de dos jóvenes malienses que, tras ser captados por un ojeador de fútbol, abandonan su país para intentar triunfar en europa. Estas dos historias realmente logran generar muchas emociones en el espectador, en especial, porque se transpolan a miles de personas más que pueden haber pasado por lo que les ocurre a estos dos adolescentes, Amadou y Moussa (Setigui Diallo y Hamidou Samake).
Las interpretaciones son muy naturales. Da la sensación de que los jóvenes interpretes están haciendo de ellos mismos o, por lo menos, que conocen muy bien la realidad que les toca mostrar, lo que le aporta a la cinta una sinceridad que emociona. Asimismo, las actuaciones de los adultos, entre los que conseguimos a Carlos Bardem y a Guillermo Toledo, son bastante correctas y en general creíbles.
Técnicamente Alcantaud cuida mucho la pieza, aunque manteniéndola muy sobria en todo sentido. El ritmo es un poco irregular y en algunas partes de la historia decae un poco, aunque lo impactante de lo que se cuenta ayuda a mantener el interés.
Diamantes negros impresiona porque juega paradójicamente entre la calidez que transmiten sus personajes y lo crudo de lo que va desvelando su guión; lo que la transforma en una película sencilla, pero muy interesante. La honestidad con la que se narra y la historia en sí misma la hacen sin duda una película que vale la pena ver.
Daniela Rosas
Puntuación: 8
