“SEGUIRÁ EXISTIENDO UN ‘CINE GAY’ PORQUE TODAVÍA EXISTE REPRESIÓN”. ENTREVISTA A ANTONIO HENS, QUE PRESENTA ‘LA PARTIDA’

El director, guionista, actor ocasional y productor Antonio Hens puede presumir de ser el autor de una de las piezas audiovisuales españolas más vistas en el mundo.
Fue en el año 2001, cuando lanzó el irreverente cortometraje “Malas compañías”, catapultado como obra de culto en la comunidad gay internacional.

Con su polémico largometraje “Clandestinos” (2007) volvió a contar con el actor “chulazo” por excelencia Israel Rodríguez, y consciente del interés suscitado fuera de España, creó ‘La Partida’, de nuevo una historia de amor clandestino rodada en las calles sucias y apartadas del turista de La Habana, y que se ha convertido en una de las películas españolas más vendidas internacionalmente en los últimos meses -llegará a nuestras pantallas en el 2014-.

Recién aterrizado de su presentación en Puerto Rico y preparando las maletas para un nuevo destino, hemos tenido el placer de charlar con él.

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-Antonio, ¿cómo has logrado que Cuba colabore en la producción de “La partida”? 

“La Partida” es una producción española en la que ha participado una empresa cubana privada, llamada “El Azar SL”, ya que en Cuba está habiendo un fenómeno de proliferación de iniciativas de creación de empresas audiovisuales. El instituto de Cine Cubano (ICAIC) produce un determinado tipo de películas concretas, y para un cine más independiente los cubanos están creando sus propias empresas.

-La prostitución es un tema que tocas en la película y que las autoridades cubanas suelen rehuir. ¿Cuál ha sido tu relación con las instituciones? ¿Has tenido algún problema al respecto?

No. No se ha puesto el menor inconveniente ni desde la ICAIC ni desde las autoridades cubanas, pese a tratarse de un tema que puede resultar escabroso. De hecho, el propio instituto de cine, como organizador del Festival de la Habana es quien nos ha invitado a su próximo certamen.
La película no es políticamente sensible, porque habla de conflictos mínimos entre personajes. Sí es cierto que retrata una parte de Cuba más desolada. Pero partes desoladas las hay allí y en cualquier parte del mundo. En el caso de Cuba, no creo que ellos pretendan ocultarlo.
Mi mayor dificultad ha sido rodar en Verano con un 95% de humedad y 36 grados de temperatura ¡jajaja!.

  -Sorprende cómo el corto “Malas compañías” te  convirtió en una especie de director de culto en otros países, especialmente latino americanos. ¿El hecho de ambientar “La  partida” en Cuba ha sido como homenaje a ellos?

Mi seguidores tras Malas Compañías los tuve por todo el mundo, pero, al  ser un corto en español, muchos espectadores de Latinoamérica se  familiarizaron con la película y sus personajes, hasta el punto que, hoy en  día he dejado de batallar para quitarlo de la red: por mucho que me  esfuerce siguen subiéndolo sin remedio, y sigue teniendo más de 20.000  visitas o descargas al mes. Pero esto no tiene que ver con La Partida, más allá de que muchos de ellos sigan mis películas. El hecho de rodar en Cuba obedece a mi conocimiento de la Isla después de cuatro películas producidas allí: el documental “Seres extravagantes” (2005), los largometrajes “Boleto al paraíso” (2010), “Verde, verde” (2011) y el cortometraje “Camionero” (2013). Muchos desconocen mi doble faceta de productor/ director.

-Supongo que eres consciente de que la figura de Toni Cantó supone un plus de polémica para lapelícula.

Más allá de su carrera política él es actor, profesor de interpretación, etc., y alguien que se vuelca en el personaje. Toni Cantó entró en el proyecto porque se adaptaba absolutamente al papel. Simplemente.

Necesitábamos a alguien que supiera jugar a fútbol y con un determinado físico. El resultado ha sido sensacional.

-Se comenta que él protagoniza una escena sexual muy complicada. ¿Cómo la llevó?

Él la llevó con total normalidad y transmitiendo muchísima calma y serenidad a los chicos, que son los que podían estar más nerviosos.

-Háblanos de cómo llegaste a esos dos actores locales.

“La Partida” exigía la presencia de dos adolescentes de 17 años, y como tiene un componente documental debía ser muy verídico. En Cuba, para los chicos que quieren estudiar interpretación a partir de los 15 años hay un programa especial desde el Estado que lo combina con los estudios secundarios. Se hace desde la ENA (Escuela Nacional de Arte). Yo me dirigí a los profesores de esa escuela y ellos me recomendaron a sus mejores alumnos. Entre 20 seleccionados escogimos a Milton García y Reinier Díaz.

-¿Cómo fue el trabajo con ellos?

Los actores en Cuba pese a ser estudiantes tienen una competencia interpretativa muy buena. Con sólo 17 años demostraron una gran madurez; estaban muy concentrados en sus personajes.
Además, la película gira en torno al fútbol y ellos sólo sabían jugar a béisbol, por lo que tuvieron que recibir 4 horas diarias de clases para que las escenas fueran creíbles.
Una anécdota es que tras preparar sus respectivos personajes, una semana antes del rodaje se los intercambiamos y fue algo que funcionó perfectamente.

-En este caso son jugadores de fútbol, y en general sueles dar una óptica del homosexual muy alejada del tópico y el histrionismo (algo que se agradece).

Homosexuales hay en todas partes. La elección sexual es algo íntimo. No es que me interesen sólo los homosexuales que no tienen pluma, ¡Dios me libre!, en el rebaño de San Sebastián todos son bienvenidos… Pero ha coincidido que mis personajes exteriormente no tienen afectación gay, e interiormente se la reprimen. Este es el tema de la película; cómo dos personas que podrían afrontar su romance con normalidad aceptando quiénes son, entran en una espiral de complicaciones debidas a su represión.
Es una gran realidad que ocurre en todas partes. Seguirá existiendo un “cine gay” porque todavía hay muchísima represión; tanto en sociedades donde perdura la moral tradicional antigua como en latino américa, como en otras sociedades como Rusia, donde se está produciendo una auténtica persecución y una cruzada anti homosexual… Como si la homosexualidad fuera una elección, una moda o una ideología, cuando en realidad es algo genético que probablemente afecta a muchos de los que la persiguen.

– ¿Tienes la sensación de que el cine de temática gay sigue causando un gran prejuicio ?

Sí, pero muy especialmente en nuestro país. Y no por parte del público, sino de los inversores. Mientras los inversores/ financiadores tienen ese prejuicio, afortunadamente el público va por otra parte. “Clandestinos”, a pesar de tener la desconfianza de los productores a los que me acerqué con el proyecto y de haberlo llevado a cabo con todos tipo de carencias, tuvo la confianza del público, porque con solo once copias conseguimos acceder a veitiocho salas, permanecer cuatro meses en cartel y convocar a más de 35.000 espectadores
Al público sí le interesa el cine de temática gay, pero los financieros (tvs) así como los programadores tienen muchas reticencias.
Es como que “tú tienes una película gay y por tanto es sólo para gays”, y directamente te meten en el nicho, o en una sección paralela de un festival llamada “los colores de la diversidad” o “aprendiendo otras familias”. Yo que sé… Realmente yo lo que pretendo como cineasta es no plantear mi película como “cine gay”. Los conflictos que tradicionalmente se han llevado entre un chico y una chica, yo decido hacerlo entre dos chicos, al igual que el último ganador de la Palma de Oro de Cannes lo ha hecho entre dos chicas. O como sucede con la -también premiada- “El desconocido del lago”, ¿es una peli gay? No: es una película sobre el deseo que a veces es autodestructivo.

-¿’Clandestinos’ fue un homenaje a Eloy de la Iglesia?

Eloy y yo colaboramos estrechamente en los 6 últimos años de su vida. Pero mi interés venía de antes de conocerle. Me interesaban mucho sus historias de macarras y todo el erotismo del adolescente delincuente.
Eloy de la Iglesia y yo desarrollamos unos argumentos para tv movies (que no se llegaron a hacer). Una de las historias era real y estaba basada en un chico de la kale borroka que quemó a un ertzaintza, no por convicciones independentistas, sino para demostrar su fidelidad a un tío etarra del que estaba enamorado. Decidí acabar de desarrollar esa historia y de ahí surgió “Clandestinos”, que efectivamente tiene mucho de Eloy.
También tiene algo de “Galopa y corta el viento”, el famoso proyecto nunca realizado por Eloy y co-escrito con Gonzalo Goicoechea que cuenta la relación entre un etarra y un miembro de la Guardia Civil. Eloy me habló de ese proyecto, aunque yo no lo leí hasta muchos años después de dirigir “Clandestinos”.

-Hay mucha mitología respecto a Eloy, sus rodajes, etc. Es una historia apasionante, ¿no te has planteado trasladarla a la pantalla?

Se hizo una película llamada Chevrolet (1997, Javier Maqua) acerca de la figura de Eloy, y le sentó fatal. Siento un gran pudor, ya que le conocí mucho.
Hay muchos Eloys. Yo conocí al Eloy de sus últimos 6 años, pero fue muchísimas más cosas: fue el chico burgués que vivía en Madrid en los años 60, fue cineasta independiente a principios de los 70, cineasta gay en la segunda mitad de los 70, militante del Partido Comunista y después una persona metida en el mundo de las drogas. Es un personaje absolutamente poliédrico y yo no conocí al Eloy que llevó toda esa cinematografía.
Algún día me gustaría acercarme a su figura y plasmar todas mis vivencias con él, pero por ahora me puede el pudor y respeto.

-Esas películas, vistas hoy impactan si cabe más. ¿Crees que en la etapa de de la Iglesia había más libertad a la hora de despelotar a los actores; de tratar ciertos temas como la droga, el sexo adolescente, etc?

Totalmente. Él entraba dentro de una visualidad de un tipo de deseo que hoy sería muy difícil introducir. El deseo hacia los menores de edad, el sexo entre adolescentes… En “Otra vuelta de tuerca” hay escenas por las que hoy te denunciarían por apología del abuso a menores.
Eso era lo más rompedor en su cine. No tanto visualmente pero sí temáticamente; de cómo trataba el tema de los sentimientos reprimidos que tienen muchas personas.
Hay películas de su última etapa que son menos discursivas y que siguen siendo realmente frescas, como El Pico o Colegas.

-¿Cuáles son los siguientes pasos de ‘La Partida’ en España?

La película está concebida para tener un carácter internacional, precisamente por lo que comentábamos acerca de la dificultad de contar en España ciertas historias.
Para empezar, “La Partida” se estrenará en Estados Unidos. Ya está firmada su distribución para salas de cine en 8 estados. Luego se venderá a Inglaterra, Alemania, Francia… Todo ello en salas. Ya hemos tenido circuito en todos esos países, al igual que en Latinoamérica.
A España ha llegado ahora al circuito de festivales, con la proyección en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, y también estaremos en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. El estreno en cines aquí está previsto para febrero. Creo que la película puede gustar mucho, porque en todos los lugares donde se ha visto podemos presumir de lleno absoluto, con gente sin poder entrar y sin recibir jamás un feedback negativo o crítica. Tratándose de una peli muy independiente y que está pasando por cerca de una veintena de festivales de primera línea -la gran mayoría no específicos de temática gay- llevamos unos 12 mil espectadores. Conseguir 12 mil espectadores en España sería un gran logro, así que vamos por muy buen camino.

-¿Has visto alguna película española de temática gay reciente?

No. Hay un conato en Pa Negre, pero esa tiene unos 3 años. Del cine extranjero sí me han sorprendido “La vida de Adele”, “El desconocido del lago” y “Eastern boys” (Robin Campillo), acerca de la prostitución masculina en París.

-¿Alguna película española en general?

Me ha gustado mucho “La herida”, con la que comparto cierta técnica.
Vi “10000 noches en ninguna parte” de Ramón Salazar y me ha gustado mucho. Es una propuesta muy arriesgada, nada condescendiente y está francamente bien.
Y tengo muchas ganas de ver la de Albert Serra (Historia de la meva mort).

-¿Qué puede esperar el público en “La partida”?

Una historia de amor. Habla de las dudas de un ‘macho man’ adolescente cubano respecto a su sexualidad. Podemos conocer a este tipo de personajes con todas sus contradicciones y dentro de un ambiente cubano que el turista de vacaciones jamás podría conocer. Cuba tiene una enorme complejidad social y es difícil entrar ahí, y creo que el público puede acceder a rincones que jamás vería como turista. Hemos puesto la cámara en lugares que no se han visto antes.
Hay películas que retratan las dificultades de Cuba pero siempre desde una sonrisa… Mi película no es de humor; tengo mucho respeto sobre su situación y lo narro desde un punto de vista más crudo y pegado a la realidad.
En resumen, tenemos la historia de amor entre un joven blanco y otro mulato, que transcurre en las calles menos pintadas y menos arregladas de La Habana.

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One thought on ““SEGUIRÁ EXISTIENDO UN ‘CINE GAY’ PORQUE TODAVÍA EXISTE REPRESIÓN”. ENTREVISTA A ANTONIO HENS, QUE PRESENTA ‘LA PARTIDA’”

  1. genial entrevista!!!!.. me apetece mucho ver esta peli..ojalá se estrene en buenas condiciones para poder verla en todas partes, pero lo dudo…

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