El próximo viernes se estrena en España “Rabia”, la película ganadora del festival de Málaga, con 48 copias.
Es una coproducción entre España, México (Guillermo del Toro, Tequila Bang) y Colombia. Rodada en el País Vasco, mayoritariamente en el pueblo de Bidegoian bajo la dirección del ecuatoriano Sebastián Cordero (Quito, Ecuador, 23 de mayo de 1972) basada en la novela de idéntico título de Sergio Bizzio.
“Rabia” es un retrato de la inmigración latinoamericana en España y de las vicisitudes de una familia española decadente.
Los protagonistas son el mexicano Gustavo Sánchez Parra, la colombiana Martina García y los españoles Xavier Elorriaga, Concha Velasco y Álex Brendemuhl, todos están correctos en sus interpretaciones.
La historia arranca cuando dos inmigrantes que hace poco que se conocen y se empiezan a enamorar (Martina y Gustavo) se dirigen a sus respectivos trabajos a primera hora de la mañana, tras pasar una noche de sexo juntos, ella como sirvienta de una familia decadente y él, como albañil en una obra. El protagonista es muy celoso, está inquieto, agresivo y tiene problemas laborales y mata involuntariamente a su jefe, la policía lo busca y decide esconderse en la casa donde trabaja su novia, sin que nadie lo sepa. A partir de ahí, se establece una atmósfera muy interesante, entre el voyeurismo y la desesperación, destacando la fotografía de Enrique Chediak.
El tercer film de Sebastián Cordero tiene sus mejores bazas en la mitad del metraje, donde se maneja muy bien con el ambiente claustrofóbico, crea tensión.
A la historia le falta empaque, los personajes son demasiado planos, estereotipados y pierden la capacidad de sorpresa. Se hacen demasiado reiterativos los recursos: las llamadas de teléfono, la situación, la comparación entre ratones y humanos. El recurso del suspense va perdiendo fuelle, se torna monótono.
“Rabia” contiene momentos muy logrados, pero pierde gas y en ese momento se resiente todo el engranaje.
Nota de El Blog de Cine Español: 4,5
Artículo: José López Pérez
Como no soy crítico de cine, soy poco dado a escribir de lo que no sé. Pero como tengo harta experiencia sobre inmigración desde el periodismo, esta vez he hecho una excepción. Se trata de la última película del director ecuatoriano Sebastián Cordero, una producción hispano-mexicana.
Mi crítica en: http://bit.ly/cBlNy3
Saludos,
Gustavo Franco Cruz