¿Cuántas películas no hemos visto de padres que buscan desesperadamente a sus hijos porque alguien los ha secuestrado? Me atrevería a decir que es una de las premisas que más se ha hecho en la pantalla grande. Patxi Amezcua apuesta por esta idea inicial en su nueva película “Séptimo”, un thriller que nos relata la historia de un padre que pierde a sus dos hijos.
Esta coproducción hispano-argentina, a pesar de partir de una idea que ha sido muy tratada, logra plantear el problema en un inicio con un toque de originalidad. Los niños desaparecen de una forma particular y en un espacio físico que cualquiera pensaría que es controlado y seguro: las escaleras del edificio donde viven. Sin embargo, el resto del metraje está lleno de lugares comunes y de mucha obviedad.
El problema básico de la historia es que lo que se plantea como “la sorpresa final” con la que el espectador quedará impactado, es muy evidente para cualquiera en los primeros cinco minutos de la película, o por lo menos mucho antes de que ocurra la escena donde le muestran al público ese supuesto “giro final”. De igual forma, hay muchas cosas que son poco creíbles y los conflictos se resuelven de forma muy sencilla y por los pelos.
La actuación de Ricardo Darín como Sebastián (el padre de los niños secuestrados) es quizá lo mejor de la película y lo que ayuda a mantener un poco la tensión de los hechos que van ocurriendo. En general, él lleva el mayor peso de la historia y logra emocionar un poco al espectador. Sin embargo, el guión y la forma de sustentar las cosas que van pasando no ayudan a la credibilidad de la película… por lo que, aunque la actuación es buena tampoco hace milagros en medio de todo lo que no termina de funcionar y del resto de las actuaciones que se diluyen en la historia.
“Séptimo”, para ser un thriller, donde debería primar la acción y los momentos de tensión, se extiende demasiado en momentos muertos y en espacios de tiempo donde lo único que se hace es gritar “niños” antes de aceptar que ya no están. De la nada aparecen personajes que no tienen ninguna intención real y que solo sirven para rellenar minutos de película en el que el conflicto dura poco y es tan predecible que llegará a aburrir a bastantes espectadores.
Daniela Rosas Olavide
Puntuación: 5.
Tiene pinta de bodrio,pero la mezcla Belén Rueda+misterio+Ricardo Darín+Gran apuesta del año para Mediaset llevará mucha gente al cine.
Igual funciona bien la primera semana,pero luego se deshincha y se acabó
La próxima semana es bastante impredecible.Además de Séptimo llegan Somos Los Miller y El Juego de Ender.En teoría Séptimo no debería compartir mucho público con estos estrenos.El problema lo veo más bien en que el público cinéfilo/maduro ha tenido overbooking de oferta muy potente desde hace un mes y es de suponer que reserven fuerzas para un Woody Allen con aroma a Óscar que llega la siguiente semana.
La acabo de ver y es bastante peor de lo que me esperaba.No había muchas esperanzas,pero estando Ricardo Darín y Belén Rueda cabía suponer un producto bien acabado y perfectamente válido para estar 80 minutos entretenido.Nada de eso.Una dirección tacaña hasta la médula sin ninguna atmósfera o tensión y un guión burdo,lento,con cabos sueltos y aliñado con giros de guión pésimos que no conducen a ningún lado.No es mejor que cualquier telefilm sobre secuestros.