2013: EL AÑO CON MENOS ESPECTADORES DE LA HISTORIA DEL CINE EN ESPAÑA

Ya podemos confirmar que 2013 igualará o superará por muy poco el año que menos espectadores fueron al cine en nuestro país, que fue en el año 1988 donde sólo acudieron a las salas 69,6 millones de aficionados al cine.

La verdad es que el cine en nuestro país lleva perdiendo público desde hace décadas. Si, por ejemplo, en el año 1968 los españoles iban al cine de media 11 veces al año, ahora van dos veces. En 1968, fueron al cine 376,6 millones de espectadores, pero a partir de aquí las cifras fueron cayendo dramáticamente: 255 millones de espectadores en el año 1975, 176 millones en el año 1980, 101 millones en el año 1985, 69,6 millones en el año 1988, fecha en la que se volvió a crecer gracias al nacimiento de los cines en los centros comerciales. Sin embargo, pasados los 90´, el público volvió a dejar otra vez de ir al cine: 143,93 millones de espectadores en el año 2004, 127,65 millones en el 2005, 121,65 en el año 2006, 116,93 millones en el 2007, 107,81 millones en el 2008, 109,99 millones en el 2009, 101,60 millones en el 2010, 98,34 millones en el 2011 y 90 millones de espectadores en el 2012.

Este año la puntilla la ha puesto la subida del IVA cultural al 21% y la continuidad de la crisis económica española que llevamos sufriendo desde el año 2007. Además, también coincide en que no ha habido ninguna “gran película” que cada año se convierte en un fenómeno social del que todo el mundo habla, como “Lo imposible”, de J.A. Bayona, el año pasado.

¿Qué tiene que hacer el cine para no seguir perdiendo espectadores?

4 thoughts on “2013: EL AÑO CON MENOS ESPECTADORES DE LA HISTORIA DEL CINE EN ESPAÑA”

  1. La respuesta es sencilla.Poner el cine a precios accesibles a la población. ¿Que ha pasado cuando se han puesto el cine a 3 o 3,5 euros? Ha sido un fenómeno y ha aumentado la asistencia a las salas.
    El cine (y la cultura) tiene que ser accesible a todo el mundo,pero una serie de personas tienen que vivir de ello.
    Un saludo

  2. El viernes, en el bar de un cine, fui a comprar una botella de Coca Cola, no sé si de 33 o -como mucho- 50 cl, y me dijeron que costaba 3,30 euros.

    Naturalmente la botella se quedó allí y yo tomé un sorbo de agua en el lavabo antes de entrar en sala.

    ¿Es que hay alguien capaz de pagar ese precio, por el que en el súper te compras cinco litros de lo mismo?

    Brutal.

  3. Hay una parte buena de que los Ambigús se pasen de la raya con los precios.Cada vez veo a menos gente con su paquetón de palomitas y refrescos,lo que limita las posibilidades de encontrar a maleducados molestando con los ruidos que emiten o dejando el suelo hecho una pocilga.

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