El documental “El Milagro”, del director de cine Salomón Shang, recibió el pasado 21 de septiembre el Premio al Mejor Documental en el Oregon Independent Film Festival.
“El Milagro” retrata cómo miles de personas viven en un asentamiento formado alrededor de un vertedero en Trujillo (Perú), una durísima vida en condiciones de extrema pobreza.
Tras las buenas noticias, no puedo evitar recordar algunos datos más oscuros de la biografía de este actor, productor y director cinematográfico.
Salomon Shang fue acusado en el año 2011 de haber intentado comprar votos para los Premios Gaudí. Pero un escándalo aún mayor surgió ese mismo año a raíz de una carta dirigida al ICAA cuyo remitente, el productor Xavier Catafal, denunciaba una presunta mala praxis de su colega Shang en el cobro de ayudas públicas. Esta carta fue publicada por El Mundo (no tiene desperdicio).
Meses después, las investigaciones dieron lugar a una serie de cuantiosas sanciones, de las que se hacían eco rotativos como El Confidencial.
Entonces se aseguró que el director había ‘desaparecido del mapa’ y la Generalitat y consejería de Cultura andaban tras él para el cobro de múltiples sanciones por falsear datos referentes al número de copias para la exhibición de sus películas y también el número de espectadores y la recaudación de sus películas, todo ello para beneficiarse de importantes ayudas públicas.
De hecho, su prolífica productora Kaplan llegó a sacar adelante cuatro producciones por año. Documentales y películas de ficción más bien desconocidas como La dona sense ànima, La dona del bosc, El viatge de la llum, Carl Gustav Jung o Asesino a sueldo (protagonizada por Assumpta Serna y Juan Luis Galiardo), por las que se estima percibió un total de 4 millones de euros.
Por aquél entonces se debatió ampliamente este asunto ya que este ‘Bárcenas del cine’ además debía importantes sumas no sólo a las arcas públicas, sino a socios y distintos profesionales, que incluso crearon una plataforma de damnificados en facebook.
Me sorprende ver cómo “El Milagro”, su última producción perteneciente a esa etapa (2011) sigue deambulando por festivales actualmente con cierto éxito, y de todo aquéllo jamás se ha vuelto a hablar.
¡Ay! ¿Pero en qué país vivís? Estamos en España. En el pasado me hicieron tantas estafas y tuve que ir tantas veces al juzgado que cada vez cuando me veían llegar me decían: “ese es como de la familia”.