El conocido actor Antonio Garrido en una entrevista concedida al portal sobre el cine en Andalucía Cineandcinetv no se muerde la lengua cuando le preguntan sobre cuándo se estrenará su última película “Sólo para dos”, que se vio en el pasado Festival de Málaga:
“Eso depende de las productoras, yo ahí no me meto. Hay muchas películas que incluso se hacen sólo para conseguir la subvención y después les importa un pimiento que se vea o no se vea. Esto es muy preocupante y si algo bueno tiene la crisis que estamos pasando es que mucha gente por fin va a dejar de chupar de la teta. Creo.
Sin duda necesitamos subvenciones porque estamos haciendo cultura, sin lugar a dudas, pero ha habido mucha gente que se ha dedicado a hacer cosas que no le interesaban a nadie y que no se han preocupado si quiera de que les llegara a la gente y han estado viviendo de ‘dame dinero que yo voy a hacer mis pajas mentales’.
Luego alegan que “no estáis preparados para ver mis películas”. Se han equivocado, porque su misión es la de contar historias y las historias les tienen que llegar a la gente y mover conciencias, pero si usted no es capaz de contar historias, de que le lleguen a la gente y de mover conciencias, pues mire usted está fracasando en su empeño.”
Sinceramente, tiene gran parte de razón. Lo malo, como ocurre siempre, es que están pagando justos por pecadores.
Vía: Cineandcinetv
Totalmente de acuerdo, tanto con Garrido como con Redacción
Para este actor entiendo que gente como Albert Serra, uno de los directores españoles más prestigiosos internacionalmente, no debería existir, supongo.
Me parece que confunde cosas en su reflexión. Una cosa son los que simplemente quieren cobrar y hacer la película -que yo creo que son pocos-, y otra gente que hace películas quizás no para el gran público pero sí para minorías que buscan un cine diferente. Esas pelis no se guardan en el cajón, recorren medio mundo y hacen más por la cultura española que pelis mediocres que puedan hacer una taquilla resultona o incluso buena.
Una peli como ‘Arrainos’, que se estrena ahora, con selección en Locarno, premios en Argentina, Sevilla o Barcelona, hace más por la cultura española que una serie como ‘Los protegidos’, que ojo, me parece legítima e incluso necesaria industrialmente.
El debate industria vs cultura es un debate tonto y que deberíamos haber superado. Necesitamos las dos cosas. Y necesitamos que sus representantes apoyen los dos tipos de cine y al hacer las críticas se centren en los defraudadores y sinvergüenzas.
Yo creo que se confunde entre gente que hace películas “sólo para conseguir la subvención y después les importa un pimiento que se vea o no se vea”, algo real y denunciable, y gente que -según él- “se ha dedicado a hacer cosas que no le interesaban a nadie”.
Patina en ese último punto, al igual que cuando habla de “pajas mentales”. No sé exactamente a qué se refiere, pero sospecho que los tiros van por donde apunta Rincewind.
A lo mejor debería conocer las ayudas que han concedido a Albert Serra o Cavestany.
Bien dicho…
De acuerdo con todos, ea.
Pero yo con esto del fraude de unos pocos productores que ensucian la reputación de la mayoría, me pregunto lo mismo que con los pocos políticos corruptos que ensucian la reputación de la mayoría en su gremio.
¿Por qué el resto se calla, mira para otro lado, lo minimiza, lo niega o lo despacha diciendo que otros sectores están también subvencionados (“tú más”)?
Por el comportamiento censurable de esos pocos ¿No es su reputación la que está injustamente en juego? ¿No es su trabajo el que se cuestiona? ¿No es esa minoría de jetas la que traslada a los medios una imagen que repercute negativamente en los demás sin que estos lo merezcan?
¿No deberían ser los buenos profesionales los primeros interesados en sacudirse a esa tropa de encima?
¿Es que no saben quienes son? ¿ es que “se enteran por la prensa”?
http://www.youtube.com/watch?v=56G-CmH_1dI
Yo es que creo que los fraudes no han sido cosa minoritaria. Igual que la corrupción en política tampoco lo es. Quien más quien menos, estoy convencido de que casi todos inflan presupuestos y recurren a trucos para sacar más tajada.
Lo que pasa es que hay diferentes escalas de fraude, y a veces el mismo va aparejado a una película visible y, digamos, “útil” (bien culturalmente, bien industrialmente), y otras veces se realiza con un cine totalmente prescindible e invisible.
Muy de acuerdo con la reflexión de Rincewind.
Genjuro, comparto tu apreciación sobre los grados de trampas, recalcando la importante diferencia entre los grados superiores e inferiores. Por cierto, que Rincewind no es otro que Zeratul, jeje.
Yo también creo que Antonio Garrido ha mezclado dos cosas distintas en sus declaraciones, no hay que darle más vueltas en este sentido.
Lo que sí me preocupa es que, en tiempos de crisis, cale ese discurso populista de: “hay que darle a la gente lo que quiere ver y punto”, porque entonces se acaba cayendo en la imitación reiterada del cine norteamericano o en cosas peores (el producto comercial sin alma ni personalidad que también puede pegarsela en taquilla, ojo). Para entendernos: si uno se limita a darle al público lo que quiere, lo que obtenemos al final es Telecinco. Y creo que estamos todos de acuerdo en que una industria CULTURAL debe mantenerse con todo: con películas con vocación comercial y con otras.
Sobre los fraudes, yo he vivido alguno de cerca y, lejos de justificar al productor, tengo que decir que más que fraude lo que ha habido ha sido un sistema inepto que los ha alentado. Me explico: si tú a un productor le dices que le vas a dar el 50% de la taquilla que recaude, le estás alentando a que compre entradas para sacar adelante el proyecto. Y no hablo de pajas mentales, como dice Garrido, hablo de proyectos a priori interesantes que luego no han funcionado del todo en taquilla y que necesitaban ese “empujón” ilegal para llegar al mínimo de entradas vendidas. Pero sinceramente, creo con la crisis y la política cultural del PP todo eso ya se ha acabado. Lo malo es que no ahora no hay nada que lo sustituya, ni legal ni ilegal. El desierto.
Con unos y con otros, cuánto tiempo perdido
Y desde luego, ahora el desierto
Algunos le llaman crowdfunding
Es un mundo muy pequeño, Zeratul. Ya decía yo que esas palabras tenían demasiado sentido…
Pues yo estoy de acuerdo con Garrido. En este país hay mucha cultura de subvención en algunos sectores. Es más, yo critiqué que la gente escupiera contra las subvenciones en el cine, cuando la agricultura y ganadería también las recibe para, simplemente equilibrar las cuentas de resultados. Pero existe esa cultura. Hasta tal punto, que se acaban percibiendo como un derecho(término muy mal usado en este país de poca cultura democrática).
Añado también que los políticos corruptos no son cuatro. Yo conozco hasta en pueblos de 500 habitantes mierdas impresionantes…..y de pequeña escala nada. Simplemente que el dinero que gestionan es menor. Pero eso no lo convierte en delito de menor escala.
Volviendo al comentario que nos ocupa, comentar que el hecho de mover una película en festivales ya es sinónimo de interés. Así que no es a quien se está refiriendo en esta entrevista, como los que chupan del bote. Y tampoco creo que sean tan pocos los que sólo se preocupan de la subvención.
Ahora, habría que exigir más para limpiar a aquellos que sólo les interesa el dinero público. Exigir para cualquier subvención un mínimo de taquilla, por ejemplo, y crear subvenciones específicas para el marketing y la creación de trailers (es decir, orientadas a lo comercial). Ahí se vería el interés por proyectar una película y, de paso, se mejoraría uno de los aspectos más penosos, sino el que más, de nuestro cine. Que aquí somos de: pago a este actor y tal y cual y luego el tráiler que me lo haga mi primo o un amigo que conozco q estudió cine…..y así nos va.
Un saludo
Genjuro, Ricewind, veo que os conocéis de otros foros, ¿no? Ja, ja.
Por cierto los tráiler de la gran familia española y caníbal son para no ir a verlas…..
Beatriz, estoy de acuerdo contigo el tráiler de “La gran familia española” se puede mejorar bastante y el de “Caníbal” creo que no es el definitivo.
Beatriz, las ayudas a la amortización, que deben de ser el 70-80% del total económico de las ayudas, van con taquilla mínima. La caverna mediática y el desconocimiento han conseguido un enorme nivel de deformación de la realidad que no me extraña que se quiera salir de los presupuestos mediante otro modelo.
A mí me parecerá bien que se critiquen las subvenciones cuando se critique a todos los sectores que las reciben (que son casi todos pero no se ha conducido a la gente contra casi ninguno), y en mayor medida según la cuantía. Porque entonces las ayudas al cine español apenas aparecerían en prensa, ya que casi todos los sectores están subvenciones y el cine español es probablemente uno de los que menos dinero recibe.
Y sí, Beatriz, Garrido habla de gente que hace “pajas mentales”. Que es justo lo que se dice de muchos directores que tienen eco en los festivales ya que sus películas no tienen buena acogida entre el gran público.
Él mezcla eso con chupar del bote y la subvención, de ahí que digamos que confunde conceptos diferentes.
Rincewind: Hay una diferencia importante entre el sector cine y los demás, de cara al eco que luego se hacen los medios de comunicación sobre el espinoso asunto de las subvenciones.
La agricultura, la minería, el automóvil o el sector que queramos mencionar, defienden sus subvenciones mediante movilizaciones/declaraciones más o menos afortunadas, pero efectuando sus demandas en el mismo tono ante cualquier gobierno, sea cual sea su color. Se limitan al consabido “qué hay de lo mío” sin entrar en puestas en escena anti-derecha o anti-izquierda. Bueno, hecha la salvedad de las pinceladas que le ponga el sindicato si está en el fregao.
En el caso del cine, la cosa cambia. La politización prima en el mensaje, lo empapa de arriba a abajo, partiendo las más de las veces de unas premisas algo simplistas y, a mi juicio, bastante sectarias.
Premisa número 1: la derecha, por definición, nos quiere a todos incultos, ignorantes y sumisos. Y el gremio del cine estorba sus fines y por eso hay que zurrarle. Desde el rencor, el elitismo mal entendido y el capitalismo salvaje (para entendernos, el de Popoqui).
Premisa número 2: la izquierda, sensible al hecho cultural, tiene la responsabilidad de evitar ese desastre, aunque va más despacio de lo que el gremio desearía. Y cuando gobierna se le demanda más aplomo, más resolución, más complicidad.
Sin entrar en valoraciones políticas, pues me resisto a creer que unos u otros sean más o menos sensibles al hecho cultural (si es que realmente alguno lo es), por el carnet de partido que lleven en el bolsillo, mediáticamente es un gravísimo error de cálculo.
Anima a otros tantos (o muchos más) ejercicios de simplismo en las cabeceras cuyos lectores se consideran agraviados por esa forma de plantear el hecho cultural, como algo que el partido al que se sienten más afines desprecia intencionadamente para hacernos mal a todos.
Si semejante ejercicio se hiciese señalando ese mismo vicio sobre el otro partido mayoritario, la indignación de las correspondientes cabeceras en su línea ideológica sería exactamente la misma.
Y el resultado, un rodillo mediático (de uno u otro color, pero un rodillo), poniéndolos a caldo día sí día también; y la mitad de la clientela alimentando la idea de que el cine español es un chollo de amiguetes que no merece atención ni respeto.
Ésta es la tierra de Caín, amigos. Ya lo decía don Antonio.
Así que, mientras el sector se empeñe en trasladar su empatía exclusivamente a una parte de la población, la otra parte jugará al puteo. Y el tema de las subvenciones es ideal para putear a fondo.
Pero lo más triste, a mi juicio, es que a ninguno de los atrincherados les importará una higa cómo mejorar el sistema de ayuda a la industria del cine español, lo que importa es el desgaste del contrincante, sobre todo cuando gobierne. Y como premio para el sector cine, la obtención y permanente lustre de una imagen de mierda, un limbo legal escalofriante y un espacio comercial cada vez más pequeño y precario.
Ni siquiera sé si todo esto aún tiene algún arreglo (nada parece tener mucho arreglo ya). La prueba es que al fin González Macho dijo en el discurso de los Goya que el cine no era ni de los del bigote ni de los de la ceja, y a nadie le importo lo más mínimo.
Qué país, joder, coño, ya. Que subvencionen el sentido común, a ver qué pasa.