El veterano director catalán Ventura Pons no se ha mordido la lengua cuando la prensa mexicana, país donde se encuentra con motivo de la retrospectiva que la Cineteca Nacional -“la mejor cineteca del mundo”- le dedicará del 10 al 31 de julio, le ha preguntado por la situación actual del cine español y ha soltado sentencias como:
– La situación del cine español es muy complicada por los recortes e impuestos en cultura, la piratería y la falta de reacción por parte de gobiernos, productores, distribuidores y exhibidores, por lo que “entre todos lo mataron y él solito se murió”.
– El gobierno español ha recortado en pilares básicos como cultura, sanidad y educación, en lugar de en aspectos que “no implicarían sacrificios en la sociedad”. Debido al aumento de la subida del IVA cultural hasta el 21 %, la piratería y la ausencia de respuestas ha llevado a que “la gente haya perdido el hábito de ir al cine”.
Estando de acuerdo con sus palabras, Pons lleva años con el piloto automático, rodando castaña tras otra a base de subvención catalana, con fiascos de taquilla que además suelen tener conductas sospechosas. Que no digo que su tipo de cine deba ser rentable, pero sí de una calidad que ha perdido por el camino y ha dado paso a la comodidad.
La última de Pons que me gustó fue El gran Gato.
Creo que aquella supuso el cierre de una gran racha (El porqué de las cosas, Actrices, Caricias, Amigo amado, Morir o no, Anita no pierde el tren).
Luego dejó de convencerme.