“Carne de perro” impresionó en San Sebastián 2012, alzándose con el premio Nuevos Directores para su creador, el joven chileno Fernando Guzzoni.
No busquen un atisbo de complacencia. El decadente retrato psicológico de un antiguo torturador del régimen fascista chileno maravillará a los amantes del cine de autor y espantará a quienes esperan que se lo den todo mascado.
El Blog de Cine Español ha mantenido una interesante conversación con Fernando, con motivo del estreno este viernes de Carne de Perro.
-Fernando, hace un año presentaste tu ópera prima en un escaparate internacional como el festival de San Sebastián, ¿te esperabas esa excelente acogida?
Fue un tremendo honor hacer la presentación mundial en un lugar como ese. Fue además muy positivo para exhibiciones posteriores y para la distribución internacional. San Sebastián es una enorme ventana.
Además, llevarme el premio “Nuevos Directores” fue increíble.
-¿Cuál fue la reacción en Chile, habiendo una sensibilidad mayor hacia el tema que subyace en “Carne de perro”?
Realmente tuvo una reacción muy positiva en términos de crítica especializada. A mucha gente le pareció una película necesaria, que invita a una reflexión muy atingente.
-En la producción de “Carne” intervienen varios países, ¿crees que es una vía necesaria para lanzar películas autorales?
Sin duda. En cine de autor sin pretensiones excesivamente comerciales es muy interesante y necesario el vínculo europeo – latino, tanto en la búsqueda de financiación como en los lazos estratégicos. Creo que ese es el camino y esa fue mi visión tanto en Carne como en mi próximo proyecto, que será una coproducción entre Francia y Holanda.
-En España se está observando una proliferación de cine de género y una necesidad cada vez mayor de rentabilizar las producciones, motivada por la falta de apoyos. ¿Crees que el cine alternativo está en riesgo? ¿Cómo se podría lograr que el público se interese por este cine, como ocurre en Francia?
Hay varios factores sintomáticos, tanto en latino américa como en Europa -con excepciones como la que tú mencionas de Francia-. El cine americano ha generado una homologación cultural muy peligrosa. Al final uno siente que es un bicho raro, cuando debería ser lo contrario…
Creo que se debería inculcar desde las escuelas. También el Estado debe participar en términos de protección en pantalla, a los realizadores de cada país.
Hay que inyectar recursos y recurrir a fórmulas inteligentes, como el caso colombiano. Allí el fondo de apoyo al cine se genera a través de un tanto por ciento que se reúne en función de toda la taquilla generada anualmente en el país. Es decir, Harry Potter termina poniendo plata. Los grandes distribuidores subvencionan con ese tanto por ciento -impuesto por el estado- a las producciones colombianas. Ese me parece un buen camino.
-La película no ofrece ningún dato sobre pasado del protagonista, ni recurre a flashbacks. ¿Crees que es necesaria esa información para comprender sus comportamientos?
Fue una decisión narrativa en términos de establecer una emoción. No quería ofrecer un relato muy narrativo que ofreciera muchísima información. Más bien me interesaba trabajar con símbolos y referencias vagas, siguiendo a este personaje del que no sabemos muy bien qué le pasa, pero ir tras él generando una experiencia vivencial.
Entiendo que es algo que puede generar desconcierto, pero esa era la propuesta inicial.
-Detrás de los comportamientos del protagonista hay un importante trabajo psicógico, ¿cómo lo preparaste?
Tras la construcción del personaje hubo mucho trabajo de investigación, que también tuvo que ver con cierto imaginario político y una estética relacionada con esos personajes. Él se encontraba en una polaridad permanente, entre la vulnerabilidad y la violencia. Se trataba de trabajar la culpabilidad, la intolerancia al fracaso, y cruzar todo ello con una angustia que él no sabe relacionarla con un problema emocional; porque no está educado emocionalmente, o no tiene desarrollada esa sensibilidad.
-¿Cómo logras humanizar a un personaje tan abyecto, sin caer en ningún momento en juicios?
Lo fácil hubiese sido crear un personaje psicópata, a un ser simplemente despreciable. Pero me interesaba darle mucho más tono, más tridimensionalidad. Aún creyendo que era un personaje deleznable, no tenía porqué renunciar a su afecto, a su amor o a su necesidad de crear una familia, de extrañar… Había que crear un equilibrio entre el rechazo que nos producía y el entendimiento de su necesidad gregaria, algo tan básico y elemental como querer tener afecto.
– Alejandro Goic es el personaje omnipresente en esta historia. Es impresionante conocer el dato de que él fue un torturado durante la dictadura. ¿Cómo llegaste hasta él y cómo fue para él semejante reto?
Alejandro es un actor que también dirige teatro, que es un excelente dramaturgo y a quien yo admiraba mucho intelectualmente. Siempre había hecho muchos personajes secundarios pero nunca un protagonista como este.
Cuando le planteé encarnar a una persona con un pasado político tan inverso al suyo, suponía enfrentarse a su antítesis. Y en ese ejercicio tan paradójico y contradictorio me parecía que se podía establecer una potencia que yo desconocía.
Alejandro aceptó de inmediato. Le pareció muy desafiante y le permitió exorcizar su pasado. Era un ejercicio de salud para él. Me decía que cuanto más cercano se sintiera al personaje más posibilidades tendría de sanarse.
-Como curiosidad, hay una peli chilena que me pareció muy interesante, titulada “Lucía”, de Niles Atallah, donde también subyace muy sutil y colateralmente el tema de las torturas chilenas. ¿La conoces?
Sí. Él es amigo mío, aunque aún no la he podido ver completa. Creo que utiliza una técnica muy particular e interesante.
-¿Sigues el cine español? ¿Hay algún director que te guste especialmente?
Uno siempre ve cine español y es un cine de mucha tradición. Hace poco estuve con Trueba y tuve el placer de charlar con él. Soy un gran consumidor de cine español y me encanta Jose Luis Guerín -con el que también estuve hace poco-.
-¿Qué va a encontrar el espectador que vaya a ver “Carne de perro”?
Una película que genera muchas preguntas, preguntas que son universales. Un viaje por la vida de un personaje que nos invita a una reflexión, no sólo política sino también humana. Nos va a demandar nuestra posición ética frente a la película.
En definitiva, una invitación no sólo a comer “cabrita”, sino a sentarse, a mirarse a uno mismo. Yo le diría a la gente que si no quiere verse que no vaya a ver la película.
-Por último, antes has mencionado algo de tu nuevo proyecto. ¿Qué nos puedes adelantar?
Es una coproducción francesa y holandesa. Estamos trabajando para rodar en el 2014. Aborda la relación padre e hijo en Chile, con las miradas distintas de cada uno y el consiguiente choque generacional de cómo operan cada uno de sus dos mundos, sus tabúes, y de cómo pese a ser padre e hijo son como dos desconocidos. Hay un crimen de por medio, elementos de thriller y una estructura diferente a “Carne de perro”, mucho más abierta y con elemento. Menos intimista.
ESTRENO DE “CARNE DE PERRO” ESTE VIERNES 12 DE JULIO
Madrid, Cine Princesa
Barcelona, Cine Alexandra
San Sebastián, Cines Trueba
Me llama la atención que este director ponga Colombia como ejemplo de fórmula para proteger/potenciar el cine no gringo.
Conozco bien ese país, que frecuento desde hace años, y la taquilla no prima su cine. Lo que sí sucede es que se le deja espacio para estrenar. Pero su preferencia por los temas “agrestes” disuade a gran parte del público local (la violencia en sus diferentes versiones retratada en muchas de la películas les da tanto repeluco como aquí la guerra civil, con el agravante de que su problema de violencia sigue vigente).
En cuanto a qué emiten las televisiones y hasta los autobuses en ruta, podéis adivinar fácilmente la nacionalidad del 99% de películas.
Adjunto desglose (el post es de 2011, pero como si fuese ahora):
http://fernandomaranon.blogspot.com.es/2011/07/hollywood-en-colombia-o-el-realismo.html
muy interesante la entrevista como siempre,Óscar…
Fernando me ha matizado el punto de Colombia. Saludos
Es verdad, ahora es más preciso. Y sí me que parece una buena fórmula.
En lo que yo quería incidir cuando hice el anterior comentario es en que existe un problema más allá de la forma de gestionar desde el Estado las posibles inyecciones a la industria, y que ese problema, en gran parte de Iberoamérica como aquí en España tiene que ver con el poco interés de los canales de difusión popular que no exigen pago de entrada. Es decir, de las televisiones y hasta de ese autobús delirante, que no es tan anecdótico, porque todo el transporte de Colombia que no se hace en vehículo propio se hace en “flota”.
Otro ejemplo: Nunca he visto emitir en un vuelo de Iberia una película española. A lo mejor no ha coincidido que yo vuele cuando las ponen. Pero si alguien de por aquí ha visto alguna, que me lo diga. Cine de Hollywood exclusivamente. Que no digo que lo desterremos, sino que hay espacios en los que podría dejarle un poco de sitio a los demás con mayor facilidad. Eso sí. Hay que querer. Y ahí reside gran parte del problema.
Gracias por el interés y saludos desde aquí a Guzonni. Vi su película en San Sebastián y me gustó mucho.
Y sí me que no. Y sí que me.