Si José Luis Alemán, que se arruinó produciendo con su propio dinero, sin subvenciones ni preventa a las televisiones, esta saga de 12 millones de euros de presupuesto, realizó un trabajo digno con “La herencia Valdemar”, estrenada en el año 2010, con un claro homenaje al cine de terror clásico, su segunda parte, “La sombra prohibida“, estrenada tan sólo un año después, las dos se rodaron conjuntamente, parece que fuera rodada por otras manos porque sus planos son peores que los de cualquier serie televisiva española (abusa de los planos generales y fijos, lo cual provoca falta de tensión en el espectador adormeciéndolo) y, por otro lado, la dirección de actores es pésima y vemos, posiblemente, las peores interpretaciones de su carrera de actores tan reconocidos como Óscar Jaenada, Silvia Abascal, Rodolfo Sancho, Eusebio Poncela y Norma Ruiz, entre otros.
Es que ni siquiera los decorados, el vestuario, la fotografía parecen los mismos, como si su desorbitado presupuesto hubiese sido desparramado en su primera parte y todo se hubiera rodado con prisas, y con pocos medios, en la segunda.
“La sombra prohibida (La herencia Valdemar 2)” comienza con un resumen de unos cinco minutos sobre la trama que se pudo ver en su primera parte, “La herencia Valdemar”, y el resto es un guión muy mal armado que alarga una historia cuyo colofón es ver al mítico personaje Cthulhu, creado por Lovecraft, por primera vez en el cine que, por cierto, está muy bien realizado digitalmente, excepto cuando se mezcla con imagen real.
José Luis Alemán debería haber resumido el guión de las dos películas, sobre todo el de la segunda, y realizar un sólo film cuyo resultado final hubiese tenido mucho más ritmo y acción.
A pesar de sus fallos, “La herencia Valdemar” y “La sombra prohibida” pasarán a la historia del cine por suponer el último trabajo cinematográfico de Paul Nashchy, un mítico del cine de terror, y de Paco Maestre.
Como curiosidad, destacar que “La herencia Valdemar” recaudó un millón de euros en los cines y “La sombra prohibida” no llegó a los 300.000 euros, por lo que podéis suponer en la difícil situación financiera que dejó a su director y productor José Luis Alemán su primera incursión cinematográfica.
Nota El Blog de Cine Español: 2.
Una lástima lo de este hombre.Espero que haya podido salir adelante y no se haya quedado en la calle y sin nada
Lo último que sé de José Luis Alemán es que ha rodado un cortometraje con el que ha ganado varios premios.
Hay una cosa que no entiendo. Dices “abusa de los planos generales y fijos, lo cual provoca falta de tensión en el espectador adormeciéndolo” y lo relacionas con el estilo de las series de TV. Precisamente las series de televisión de lo que abusan es del primer plano, por el tema del tamaño de la pantalla y tal.
La peli no la he visto. Vi la primera, que era un desastre (aunque muy bien en lo técnico y de producción), y no me quedaron ganas de continuar.
Por cierto, a pesar de lo dicho, ojalá que Alemán pueda salir adelante. Hay que tener cojones e ilusión para lanzarse como él lo hizo. Esperemos que aprenda de la experiencia. Personalmente, a falta de ver su progresión como guionista-director, a mí me gustaría que trabajara en la labor de producción. Hace falta gente en la producción que aporte diversidad y apueste por ello con ambición.
No, no lo relaciono, si no que digo que está peor rodada que cualquier serie de televisión española.
En mi opinión, no es la elección de los planos lo que condiciona el ritmo.
Berlanga era un experto en planos fijos donde todo el movimiento lo ponían los actores ¡y menudo ritmo!
Ford o Hawks plantaban la cámara delante de la escena (plano general, plano medio, el que correspondiese) y el ritmo resultante era impecable.
Para mí, sin entrar en el guión, la cosa tiene más que ver con la dirección de actores y el montaje que con el abuso de un tipo determinado de plano.
Y el guión que es horroroso, sobre todo en la segunda parte que es donde empieza a dar respuestas.