Desde León de Aranoa, pasando por Icíar Bollaín, y con un referente mundial como Pedro Almodóvar, España ha sido y es cantera de grandes heroínas cotidianas. Guerreras con guantes de seda del día a día.
“La Estrella”, fuera de concurso, caló en el corazoncito mediterráneo del Festival de Málaga y ahora tiene todos los ingredientes para convertirse en el “feel good” de una aburrida taquilla, castigada e inundada de super producciones americanas.
Pequeñas grandes historias. Interpretaciones que salen de las entrañas. Personajes que exudan carisma. El retorno de Ingrid Rubio en un trabajo de generosidad absoluta y de aromas goyables. … ¿Alguien pide más?
Con motivo de su estreno este viernes, hablamos con su director, el novel Alberto Aranda.
-Alberto, tuve ocasión de vivir en directo tu presentación en el Festival de Málaga y las sensaciones fueron muy positivas entre la gente, ¿cómo viviste ese momento?
Fue un momento muy especial. Era la primera vez que veía la película con público y la verdad es que las emociones estaban a flor de piel.
Como bien dices, las sensaciones fueron muy positivas en la gente y eso, ¿para qué engañarnos?, siempre gusta.
Fue una pena no estar en la sección oficial de Málaga, porque la repercusión mediática (para bien o para mal) siempre es más importante. No obstante, estar allí ya fue un triunfo.
-Se ha destacado la naturalidad al abordar tu historia, ¿es difícil tratar temas tan delicados sin caer en dramatismos?
La idea era abordar la historia desde un naturalismo, pero siempre cuidando mucho la imagen, sin caer en una estética documental de la que queríamos huir.
El trabajo de Bet Rourich -directora de fotografía- fue espectacular. Para mí era importante no abordar los temas espinosos de una forma muy dramática; trabajar desde el detalle e intentar que fueran las relaciones entre los personajes -con Estrella como vehículo conductor- lo que pesara en la trama por encima de los grandes temas.
-Supongo que uno de esos grandes temas sería el de los malos tratos.
Si. Siempre huimos de mostrar el golpe y los insultos. Hay un imaginario común muy potente que ya actúa e influye en el espectador.
-Santa Coloma es el lienzo de “La Estrella”. Descríbenos ese lugar.
Santa Coloma es una ciudad que ha cambiado mucho en los últimos años. Ha pasado de ser una ciudad dormitorio de Barcelona a tener una entidad propia. No obstante, conserva esa camaradería en sus gentes, herencia de toda aquella lucha vecinal de los 60 – 70, cuando los vecinos, venidos de distintas partes de la Península, se unían para mejorar sus barrios, reclamar el alumbrado de las calles, los autobuses, etc. Esas relaciones siempre quedan.
-El papel parece hecho a la medida de Ingrid Rubio. ¿Pensaste en ella al inicio del proyecto?
Pues la verdad es que no. Inicialmente había otra actriz, y luego, tras un proceso de búsqueda llegamos a Ingrid. Pero desde el primer momento que hablé con ella me di cuenta de que había encontrado a mi Estrella.
“La Estrella” no sería lo mismo sin Ingrid. Yo ya no me la puedo imaginar. Le estoy muy agradecido porque ha trabajado como una leona defendiendo al personaje contra viento y marea. Hay que darse cuenta de que está en prácticamente todos los planos de la película y en cada uno de ellos dota a Estrella de una personalidad y fuerza única. Me hizo un regalo que le agradeceré eternamente.
-La antítesis de Estrella es el personaje de Marc Clotet. Entre tantos personajes carismáticos, es el que más aristas tiene y quizá el menos agradecido. Háblanos de él.
Como bien dices, para mí es el personaje más difícil de la película. Creo que Marc lo ha bordado.
En general todos los personajes masculinos han sido difíciles. Siempre pensé en él como en un niño grande, guapo y caprichoso, que solo piensa en sí mismo y solo tiene en la mente prosperar en su profesión, ascender socialmente y “salir” de Santa Coloma. Es el gran sueño de su vida, que además consigue.
A pesar de ser muy decidido y capaz, es muy inseguro y esa seguridad se la da Estrella, que siempre está ahí para darle una energía que él chupa como un vampiro.
Para mí no es que sea “malo”. Es un personaje que ha sido educado así y no sabe expresar sus emociones. Lógicamente, esa pareja está condenada al fracaso.
-¿Crees que en España hay reticencias entre el gran público hacia las pequeñas historias y el cine de autor, en comparación a otros países europeos?
No lo creo. En España se han hecho y se hacen grandes películas de autor. Lo que pasa es que estamos viviendo un momento complicado, tanto en el cine en particular como en la sociedad en general.
A nivel de industria está claro que debemos cambiar el modelo y ese proceso tiene que pasar por un esfuerzo de todos los agentes implicados: productores, distribuidores, exhibidores, gobierno, etc.
Lo que está haciendo el gobierno con la subida del IVA y demás, no ayuda. Lo único que hace es poner palos en las ruedas para alejarnos del público.
Desde un punto de vista de autor, debemos hacer historias que interesen al público y tenemos que exigir que que el público valores nuestro trabajo. Queda mucho por hacer, pero está claro que cine se seguirá haciendo.
-¿Cuáles son tus proyectos ahora?
Bueno, ahora estoy en mi faceta de productor, rodando una pequeña película; “Barcelona: noche de Verano”, de un joven director llamado Dani de la Orden. También estoy coescribiendo la que quiero que sea mi segunda película…pero aún queda mucho trabajo y poco te puedo hablar de ella.
-¿Qué títulos recientes del cine español te han gustado últimamente?
Lo último que he visto que me ha encantado ha sido una película de la sección oficial del festival de Málaga, “Somos gente honrada”, de Alejandro Marzoa. También se estrenará próximamente.
“LA ESTRELLA” SE ESTRENA ESTE VIERNES 24 DE MAYO EN LOS CINES DE TODA ESPAÑA.
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Esto de las acrices va por modas. Me parece un acierto rescatar a ingrid y no dudo que lo habrá dado todo.
Ingrid se echa toda la película a la espalda y está más guapa que cuando era más joven.
Lástima que a la historia, aunque estimable, le falte una lijadita a los lugares comunes y atar algunos cabos.