No podía faltar en esta lista la cinta que ha supuesto toda una revolución feromónica en China.
Las asiáticas fantasean en sus blogs sobre el concepto de trío entre dos hombres y una mujer. Esa fue la clave de la “revolución”, que sin embargo en España pasó desapercibida. Unido al morbo de estar con dos hombres que follan entre sí, lo homosexual, han convertido al personaje de Astrid Bergès-Frisbey en toda una heroína a la que admirar y envidiar.
La historia se podía prestar a dramatismos, pero afortunadamente ocurre todo lo contrario y se agradece la naturalidad y buenrollismo de su atmósfera, en armonía al espíritu de la ciudad, Barcelona. Las escenas sexuales son generosas, frescas y estéticas.
Desgraciadamente no todo iba a ser perfecto. Necesito más sexo -aclaro que hablo de la película…-.
Ahora que vengan los pesados de la liga anti sexo en el cine español a decir que es gratuito, morboso e incluso molesto. Un recurso con pretensiones comerciales (cuendo la realidad es justo lo contrario).
Pues sí. Hay películas que necesitan sexo como parte de la narración, de la historia y como expresión artística. Este es el caso de “El sexo de los ángeles”. El sexo no sólo está justificado, sino que es necesario, y personalmente esparaba más.
Concretamente me quedé con las ganas de que se desarrollara en profundidad la relación a tres, una vez consolidada.
Además, la cinta se ve lastrada por su fallida protagonista femenina. Álvaro Cervantes en cambio hace el papel de su vida, derrocha carisma y eclipsa por completo a sus dos compañeros. Pero al contrario que éstos, no se atreve con un desnudo integral. Punto negativo.
Su éxito internacional a través de internet le abren las puertas a una segunda parte, que según nos contó el propio Xavier Villaverde está meditando muy seriamente.
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Yo tengo que decir de que a pesar de que no es una película redonda, me pareció refrescante y libre.
Muy bien interpretada en mi opinión por los tres protagonistas, por su naturalidad, sobre todo por parte de Álvaro Cervantes, misterioso y sensual, pero también por Llorenç González, el más entregado en las escenas sexuales, interpretando a la perfección al pusilánime y dudoso protagonista lleno de dificultades para asimilar lo que le ocurre e incluso por la más discutible Astrid Berges Frisbey, que derrocha naturalidad, afectando así a la seriedad de su interpretación que en ocasiones resulta avergonzante, pero no por ridícula sino por su entrega rozando el límite entre lo cotidiano (interpreta a una chica catalana y pija) y lo irrisorio (cursi y repipi). Geniales escenas de sexo, destacando la fisonomía de los actores.
Discrepo; a mi el personaje de Cervantes me parece poco creíble, a saber es profesor de artes marciales bailarín urbano (de alipori las coreografías que ejecuta) okupa y oscuro objeto del deseo porque mira con intensidad miope y baja la barbilla para dar misterio, todo hace imposible que el actor salga del hoyo limpio de polvo y paja (que adecuado para el tema!!!) En cambio Gonzalez y Bergés-frisbey si interpretan a personajes mas convencionales que se ven arrastrados a la gozosa vorágine de una relación a tres bandas de una manera eso sí poco reflexiva sin cuestionarse prácticamente nada…
En lo que coincido plenamente es con el hastío que me provocan los de la liga de la decencia y el puritanismo y su manida frase del sexo gratuito… poco sexo hay en el cine español, pocos desnudos, y a mi de las anteriores películas que has incluido en la lista, ninguna me parece que fuera erótica.
No creo q Cervantes sea mejor q Gonzalez, simplemente es una cuestion de carisma.
Astrid horrible.