Llevamos años escuchando comentarios sobre este proyecto. La expectación era máxima y tanto si le preguntabas a Oriol Paulo o Antonio Trashorras sobre qué cinta del cine español esperaban más este año, la respuesta era clara: “Los últimos días”.
Hemos hablado con sus creadores, los hermanos Pastor, estandartes de un grupo de talentosos directores jóvenes y un cine de género hecho en España, admirado por la comunidad cinéfila internacional.
-Enhorabuena por la buena acogida en vuestro estreno. ¿Cómo sobrevive una peli española a una taquilla llena de super producciones (GI Joe, Oz, The Croods…)?
DAVID: Hay mucha competencia y uno de los problemas de la taquilla española es que no hay profundidad. Básicamente hay un problema de espacio.
-Esta película viene haciendo ruido desde hace mucho tiempo y existían muchas expectativas ¿Habéis sentido esa responsabilidad?
ALEX: hace poco que hemos finalizado la película y hasta entonces, dentro de nuestra burbuja y vorágine del rodaje, perdimos totalmente el mundo de vista. Pero me alegra saber que hay quien la esperaba con ganas y espero que la puedan disfrutar.
– ¿Qué diferencias habéis encontrado entre rodar una producción USA y una producción española?
DAVID: Libertad. La relación entre productores y financieros ha sido un diálogo de igual a igual, en la que tu opinión es respetada y tenida en consideración. Remamos en la misma dirección.
En USA no tuvimos esa sensación ya que las notas de producción no siempre van dirigidas a hacer una peli mejor, sino a sacar adelante un producto de pretensiones comerciales, con ideas en ocasiones absurdas. Cuando existe alguna desavenencia o diferentes opiniones se nota la tensión y siempre queda claro quién manda (ellos) y quién no.
Además, al igual que nos sorprendió esta buena relación con productores, nos sucedió lo mismo con el equipo técnico. Por cierto, tenemos profesionales a la altura de lo mejor del mundo y con una humildad absoluta.
-¿Cómo habéis llevado ese ajuste de presupuesto?
DAVID: Precisamente rodar aquí nos ha permitido hacer mucho más con menos dinero. Más días de rodaje, especialistas, decorados, figurantes… Rodábamos y pensábamos “coño, esto es una superproducción”. Además, acompañados de profesionales como Josep Amorós que sabían exactamente cómo y en qué se debía invertir para sacar el máximo partido y que todo se traslade a la pantalla. En USA había una serie de gastos superfluos, como una roulotte que apenas pisábamos, una asistente personal… cosas que no llegan al público.
Al final aquí se produce la dicotomía de hacer mejor cine con menos recursos.
-¿Qué títulos del cine español os han sorprendido últimamente?
DAVID: “Blancanieves” es de las mejores películas del 2012, no en España, sino en el mundo. Le da mil patadas a The Artist.
-Tengo la impresión de que le dais mucha importancia a la estética, ¿es así?
ALEX: Nos gusta usar todas las herramientas para desarrollar la historia y una parte importante es la estética. Pero no gratuitamente, sino como recurso narrativo aparte del guión y personajes, a través de la fotografía, movimientos de cámara, diseño de sonido, banda sonora… Todo suma en una expresión artística como esta, con tantos elementos, desde la literatura a la música. Una de nuestras pasiones es poder tocar tantas teclas sea posible, y hacer películas nos permite crear un cuadro en el que siempre aprendemos cosas nuevas. Es fascinante porque te das cuenta que de una peli a otra los retos son completamente distintos.
-¿La llegada de José Coronado y Quim Gutiérrez al proyecto fue desde la producción o fue una petición vuestra?
DAVID: A Jose lo tuvimos en mente desde el inicio del guión. Recuerdo que por los pasillos de Telecinco vi un cartel suyo de “No habrá paz para los malvados” -con esas pintas que tenía- cuando aún no había salido la película. Preguntamos a los de Telecinco y nos explicaron que iba a ser la nueva peli de Urbizu muy potente y que no sabían cómo iba a reaccionar el público… Al final ese gran éxito nos benefició a la hora de convencer a la gente de que Jose debía hacer ese papel.
Quim entró más tarde y la verdad es que era el actor que más encajaba en el modelo de “héroe cotidiano”. Con su vulnerabilidad, su inmadurez y demás problemas, pero que cuando se enfrenta al peligro más extremo es capaz de sacar al héroe que lleva dentro.
– ¿Qué os parece que se esté rodando cine en inglés, así como las pretensiones del Ministro Wert acerca de limitar las ayudas para estos casos?
DAVID: Bueno, hay mucha incertidumbre porque todos hemos oído hablar de eso y de pronto el otro día escuché a Wert declarar que la gente debía irse acostumbrando a películas españolas rodadas en inglés, como Lo Imposible… ¿Qué significa eso? ¿Qué ha cambiado de opinión? No sé qué pensar…
– Quizá ni ellos mismos se aclaran…
ALEX: Quizá están lanzando “globos sondas” para saber qué funciona y qué no. Entiendo que en lo del idioma haya una pretensión de proteccionismo cultural, pero lo de rodar en inglés surge precisamente de tantos recortes en ayudas; la gente debe buscar recursos como las ventas internacionales, coproducciones, etc. Nos recortan por un lado y dicen que de algún modo hay que rentabilizar la industria pero por otro nos dicen que no vayamos por ahí… No nos ponen las cosas fáciles, ¿cuál será la consecuencia?. Pues no lo sé porque ni lo del mecenazgo ni nada está aún claro.
DAVID: La verdad es que sería una ley extraña que no existe en otros países. Un director nos comentaba, “si yo quiero hacer una peli de unos chinos viviendo en Barcelona y hablan chino, ¿ya no se considera Española porque hablan en chino?. En cambio, si va de dos españoles viviendo en Tokio, ¿sí?”. Es un criterio extraño.
-¿Vuestro próximo proyecto será en inglés?
ALEX: Bueno, no tenemos ningún proyecto nunca que continúe inmediatamente al anterior. Entre “Infectados” y “Los últimos días” desarrollamos varios proyectos a la vez y al inicio, cuando nos preguntaban cuál iba a ser el siguiente mencionamos tres, y ninguno era “Los últimos días”.
Efectivamente el inglés es una opción clara, de cara a una proyección internacional, aunque nos gustaría poder rodar en español o catalán.
-¿Qué va a encontrar el público que vea “Los últimos días”?
ALEX: Para nosotros son muchas cosas. Es un thriller apocalíptico, es una historia de amor, una historia de amistad… Y sobre todo es una peli de aventuras. Queríamos hacer algo trepidante y entretenido, que a su vez nos hiciera recapacitar –desde nuestro humilde punto de vista- sobre la manera en que vivimos, la deshumanización, el desapego hacia la naturaleza y un estilo de vida encerrados en espacios asépticos, sentados cara al ordenador. Un tipo de vida que a nivel físico nos pasa factura… Yo por ejemplo debo dormir con una funda protectora en los dientes porque los aprieto y el dentista me dijo “te vas a cargar tus propios dientes”, y eso no es una enfermedad, sino estrés. Son una consecuencia física o psicológica basada en la ansiedad y forma de vida que nos parecía interesante trasladar a la pantalla desde ese concepto de agorafobia y creando una aventura mediante la cual los personajes viven una acción que les permite liberarse de todo eso, de toda esa rutina contemporánea y aburrida, y esa acción y situación límite les hace reencontrar su esencia, ejercitar los músculos literal y metafóricamente, y lograr encontrar lo realmente importante de la vida.
¡¡¡¿¿Globos hondas??!!!
Yo traduzco para los que no hayáis sabido leer entre líneas: nos fuimos a hacer las américas pero fallamos estrepitósamente y ahora estamos de regreso en España e intentamos convercer a la gente que lo hacemos porque queremos, porque rodar aquí es mejor.
Y para ello ponen el estúpido ejemplo de la “roullotte” como gasto innecesario en su producción americana. Vaya…¿y los técnicos y condiciones laborales en el rodaje en España?¿y los salarios?¿y las condiciones?¿Son mejores que en su rodaje en EEUU?
Entre estos comentarios y luego la incongruencia de retwittear lo de “película que no parece española”, se han cubierto de gloria.
Las dos pelis que han hecho, tanto en EEUU como en España, padecen de lo mismo: de un guión flojísimo y un quiero y no puedo en la puesta en escena y dirección.