¿Cuándo damos sentido a la vida?, ¿cuándo valoramos los momentos de felicidad plena? Estas cuestiones vitales me surgen al ver “Ayer no termina nunca“, la nueva película de Isabel Coixet. El film nos sitúa en un año no muy lejano, 2017, y nos presenta un país pre-apocalíptico. El comienzo de la película no puede ser más prometedor, con una fotografía tan publicitaria en la que siempre ha destacado la directora barcelonesa.
A partir de ahí llega una representación teatral en la que los dos personajes protagonistas van a llenar la pantalla hablando de sus vidas durante casi dos horas. Este planteamiento, que al principio puede resultar bastante tedioso, no deja de ser una propuesta valiente y atrevida.
Lo que podríamos denominar el primer acto de esta obra es la parte más filosofal y menos agradable para el espectador. Tiene aires del maestro Antonioni, esa mirada tan particular que sin llegar a entender del todo, trasmite grandes sensaciones.
El segundo y tercer acto son, sin duda, los mejores momentos de la historia, en la que el público se siente representado. Hay que destacar la calidad artística de los dos actores que sostienen el film. Candela Peña, genial en esta gran resurrección por la puerta grande que vive y un increíble Javier Cámara, que no deja de sorprendernos en cada película. Un actor capaz de cantar como una “loca” en lo nuevo de Almodóvar o estremecernos en esta desgarradora interpretación.
Sin duda, esta película no está pensada para el gran público, pero es seguro que no dejará indiferente a quien la vea.
Javier Alonso
Director de Fec.Villamayor de Cine!