Podría haber titulado el artículo “Cuatro cineastas (españoles) de los que esperar una segunda película” pero lo cierto – aparte de que quedaría algo extenso – es que personalmente le intento restar algo de importancia a la procedencia del autor de determinada película. Obviamente está claro que he elegido a estos cuatro cineastas a raíz de que todos ellos son españoles, no obstante no ha sido pensado de forma fría y no me ha costado demasiado decidir de forma sincera quiénes serían los autores de los que me gustaría ver su segundo film tras haberme interesado por diversos motivos sus óperas primas.
(Lo que sí que ha sido premeditado es la opción de dejar de lado – más allá de este paréntesis – la valoración pública que pueda haber del cine español o los prejuicios hacia una película de aquí. Utilizaré la típica frase de “las opiniones son como los culos; todo el mundo tiene uno.”. Siempre pretendo desprenderme de ciertos prejuicios aunque comprendo que haya gente que pueda tenerlos en cualquier tipo de asunto puesto que nos han educado así. También comprendo que no tiendes a fiarte de alguien después de haberte maltratado/jodido/puteado/timado y que una vez llega ese momento el sentimiento de odio suele convertirse en perpetuo, de modo que entiendo – pero no comparto – que alguien pueda tener una opinión generalizada del cine español subvencionado. Los guiones que han sido subvencionados han pasado a través de unos filtros y los que no han sido seleccionados se quedan secándose en el escurridor. Carlos Vermut dijo en una entrevista – y más gente, supongo – que las subvenciones son un tipo de autocensura. De modo que las películas autofinanciadas o financiadas a través de otras empresas que nada tengan que ver con las pequeñas decisiones de grandes organismos gubernamentales juegan al mismo deporte con diferente vestuario, hechas de verdad de forma independiente a todo aquello que te pueda limitar a la hora de realizar una obra.)
Jonás Trueba
Del resto de los elegidos, Jonás Trueba será el que seguramente contra más prejuicios – siendo hijo de Fernando Trueba – habrá tenido que luchar hasta llegar a realizar su infravalorada ópera prima. No obstante, antes de llegar a realizar aquel sencillo, sincero y melancólico guión, escrito junto a Daniel Gascón, también trabajó en el guión de notables y ligeramente desangeladas películas como lo son “Más pena que gloria” o “Vete de mí”, ambas dirigidas por Víctor García León.
Pensando en el final de “Todas las canciones hablan de mí” da la sensación de que se ha presenciado una exposición de hechos, y esos hechos no son más que las preocupaciones a las que se puede enfrentar un joven que llega a la treintena de años y que ha roto recientemente una larga relación sentimental. Las decisiones narrativas se mantienen en un perfecto término medio que hace más cercanos a los personajes. El humor mostrado es ligero, espontáneo y natural, más fiel o coherente con la vida cotidiana que el de una comedia romántica convencional. Es romántica pero no cursi; para ser cursi ya se crean diariamente edulcorados estados de Facebook, componiendo el 20% de las publicaciones de los usuarios, dejando sitio para las protestas o ideas políticas y las muestras de aceptado narcisismo.
Se ha comentado que emplea ligeramente un estilo visual similar al de las películas de algunos autores dentro de la nouvelle vague, pero lo cierto es que simplemente se reconocen cuáles son las mejores herramientas para contar una historia y se utilizan sin que la forma le quite contenido al fondo, dejándolo intacto. Esas herramientas se reconocerán, por ejemplo, en la presencia musical en determinadas secuencias, en momentos en los que los personajes salen de la historia mostrándola desde otro punto de vista, en algún zoom sacado del arcón, en la voz en off que evoca al narrador de una novela o cualquier otro detalle impuesto a la hora de decidir el enfoque de todos aquellos elementos que el cineasta decide emplear para contar de forma acertada la película.
Su segunda película está en fase de producción y tiene como título “Los Ilusos”.
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