Muy pocas veces podemos conversar con un creador, en este caso un cineasta, sobre su obra, profundizando en lo que nos interesa y aclarando todo tipo de dudas. Esta entrevista la considero un privilegio que debo agradecer a Aitor Gaizka (Madrid, 1977). Después de ver su primera película “Entre Abril y Julio” (2002) le propuse directamente conversar sobre ella. En la primera entrevista que le hice hace unas semanas me centré en su segunda película, la reciente “The Symmetry of love”, ampliando el foco, también comentamos algunos aspectos de ese trabajo, incluso reflexionando sobre la trayectoria.
J.L.P ¿Cómo surgió el proyecto?
Aitor Gaizka: Mis cortos eran bastante largos. El último duraba 23 minutos. Necesitaba tiempo para contar lo que quería. Además, había conseguido colocar mi primer guión de largometraje en una productora, iban a producirlo pero finalmente no completaron la financiación. Así que me encontré con que no dirigía mi primer largo, pero tampoco podía recuperarlo y producirlo yo porque ellos tenían los derechos durante un tiempo. Hice una regla de tres con mi socio: si para tener 23 minutos montados habíamos empleado tantos días, tanto dinero y tantas personas de equipo ¿cuánto necesitaríamos para tener 90 minutos montados? Sacamos números, tanteamos a técnicos, actores y proveedores, y nos lanzamos a la aventura de producir nuestro primer largo.
J.L.P ¿Cómo te sientes más cómodo escribiendo o dirigiendo?
A.G: En el sentido literal de la comodidad, escribiendo. Salvo en una ocasión, es algo que siempre he hecho solo. Estoy en mi casa, tranquilo, de noche, escuchando música, pensando, interpretando los diálogos en voz alta hasta que me suenan afinados… No hay presiones. Estamos la hoja en blanco y yo. Nada más. Nadie más.
Dirigir es una mini batalla. Te pasas el día contestando preguntas del equipo, de los actores, luchando porque todo sea lo más parecido a lo que habías imaginado. Vas todo el rato de la conquista a la derrota. Pasas del trabajo solitario del guión a la precisa maquinaria de trabajo en equipo que debe ser un rodaje. Para mí es adrenalina pura. Sufro y lo paso muy bien. Creo que lo vivo con un punto de masoquismo, ahora que lo pienso bien.
J.L.P: ¿Desde el principio te propusiste rodar en digital? ¿qué ventajas le ves al rodar?
A.G: Cuando hicimos esas cuentas de las que te hablaba antes, los números cerraban porque existía la posibilidad de rodar en digital. Eso es lo que hacía viable el proyecto. La ventaja principal fue económica, ya que todo el rodaje estaba organizado como si rodáramos en 35: equipo de cámara, iluminación, maquinaria, planificación…
J.L.P Seguro que en tu ópera prima, “Entre Abril y Julio”, viviste alguna anécdota.
A.G: La verdad es que todo el proyecto en sí es una pura anécdota. Preproducción, rodaje y postproducción fue un auténtico milagro de los panes y los peces, multiplicando los limitados recursos que teníamos y pidiendo mil favores, para que luego luciera todo mucho en mejor en pantalla. Es un auténtico milagro que consiguiésemos llegar a buen puerto, después de todo. Fue posible gracias a la energía de toda esa gente que se embarcó con una sonrisa en el proyecto.
J.L.P Todo el reparto es excelente, explica como entraron en la película
A.G: Todos eran amigos y con la mayoría ya había trabajado antes. En algunos casos, se conocían desde hacía muchos años, tenían un amplio bagaje que pudieron poner al servicio de la historia y, fuera de cámaras, hacían que el rodaje fuera muy cómodo. Fue un auténtico regalo poder contar con todo ese elenco. Un lujo para un debutante.
J.L.P: ¿Hubo muchos ensayos?
A.G: No estuvo mal, para ser una película. Aunque seguramente a los actores les pareciera siempre poco. Leímos bastante, pasamos algunas secuencias y discutimos todo lo que les provocaba dudas o sugerencias, que a veces es lo más útil.
J.L.P: Los dos protagonistas, Javier y Marina, parecen muy compenetrados ¿cómo lo conseguiste?
A.G: Tuve la suerte de que se cayeron bien desde el primer día y tenían mucha química. Estaban bien con sus personajes y esos papeles estaban para que engarzaran casi mágicamente, así que eso ocurrió. Son dos estupendos actores y supieron cargar con el peso de la película.
J.L.P Me interesa conocer la trayectoria anterior y posterior de Marina Seresevski, una actriz que he descubierto en tu película
A.G: Marina hacía poco que había llegado a España y estaba centrada en la compañía de teatro Meridional. Esto es lo primero que hizo en audiovisual en nuestro país. En Argentina, además de teatro, había hecho algo de televisión y pequeños papeles en Caballos Salvajes y Secretos Compartidos. Después de EAYJ siguió volcada con Meridional, hizo un capítulo de MIR y decidió (muy sabiamente) probar al otro lado de la cámara escribiendo y dirigiendo dos cortos y un documental. Lleva cientos de premios y selecciones por todo el mundo con El Cortejo, su segundo corto. Cualquier día da el salto al largo, imagino que habrá que esperar poco.
J.L.P: ¿Qué fue lo más difícil a la hora de rodar?
A.G: Conseguir meter todas esas secuencias en tan poco tiempo. Cuadrar las agendas de todo el mundo. Cumplir los horarios en cada localización y rodar todo lo previsto en ellas.
J.L.P ¿Hiciste muchos cambios a la hora de rodar con respecto al guión?
A.G: Creo que lo más significativo fue eliminar un par de secuencias de la boda. En el guión era bastante más larga.
J.L.P: ¿Qué aspectos son los que te hicieron disfrutar más?
A.G: El trabajo con los actores. Ser el primer espectador de la película. Sentarme ante el monitor y ver cómo los diálogos que había escrito tomaban cuerpo en personas de carne y huesos.
J.L.P: Pilar Punzano tiene varias escenas complicadas ¿la consideras una de las protagonistas principales de la peli?
A.G: Los protagonistas claros son Javier y Marina, pero orbita a su alrededor una serie de personajes importantes en sus vidas, que además relacionamos entre ellos como se ha hecho siempre en el teatro clásico. Esos son los personajes de Pilar Punzano, Roberto Enríquez, Ismael Martínez y Rebeca Jiménez. Estos cuatro personajes son vehículos imprescindibles para contar la historia de Abril y Julio.
J.L.P: ¿Cuánto tiempo duró el rodaje?
A.G: Tres semanas.
J.L.P: La parte de Argentina ¿se rodó con un equipo español?
A.G: Sólo los exteriores es realmente Buenos Aires, los interiores que ocurren en Argentina se rodaron en Madrid. Para las imágenes de Buenos Aires, contamos con la ayuda de Claudio Divella.
J.L.P: ¿Qué recuerdos tienes del recorrido comercial que tuvo la peli y de sus ediciones en DVD?
A.G: Tuvimos la suerte de que a Sherlock Films le gustara mucho la película y quisieron cuidar su salida. Salvo que sólo hubo dos copias (Madrid y Barcelona), porque iba en digital y entonces sólo había dos cines preparados para ello, trataron el estreno como hacían con todas sus demás pelis. Hubo promoción en prensa, revistas, radios, televisiones, una minigira por universidades, preestrenos en Madrid y Barcelona… Me encantó toda esa parte, estuvimos muy encima de toda la campaña de promoción y estreno, y me gustó vivirlo desde dentro. Luego DeAPlaneta sacó el DVD. Nos dieron libertad para aportar todos los materiales que quisiéramos y pudimos opinar sobre el diseño. Finalmente adquirieron los derechos de emisión TVE, Imagenio y Ono, así que el cómputo total fue bastante satisfactorio.
J.L.P Con el tiempo transcurrido ¿cambiarías algunas cosas?
A.G: Obvio, muchas cosas. Era la primera vez que me enfrentaba a algo así. Pero creo que todo fue para algo, aprendimos mucho con toda la experiencia. Con lo bueno y con lo malo.
J.L.P: Entre tus dos películas pasó mucho tiempo ¿puedes comentar otros proyectos que trabajaste durante ese tiempo?
A.G: En mi caso no era sólo un director que entregaba una película terminada y se podría dedicar a otra cosa, sino que tuve que estar pendiente de toda la explotación comercial de la obra en las diferentes ventanas, así que, después de estrenada, aún tuve que estar bastante tiempo dedicado a EAYJ. Luego, sí es verdad que tardé tiempo en tener un proyecto que querer levantar. Escribí un par de cosas, pero no me convencían del todo, hasta que di con lo que luego acabaría siendo The Symmetry of Love. Intentar hacer esa película, con todos los cambios, parones y reinicios que vivió, me ha llevado mucho más tiempo del que me hubiera gustado
J.L.P: Las dos películas son diferentes, pero tienen elementos en común ¿crees que mantienen una relación espacio temporal?
A.G: Es verdad que ambas películas tienen ciertas conexiones. Quizá sea su tono lo que más las diferencia. Las dos comparten el concepto de ser un escaparate a las vidas de un reducido grupo de personas en un tiempo determinado de sus vidas. Entre Abril y Julio es una cinta vitalista, romántica, con toques de realismo mágico, mientras que The Symmetry of Love es más terrenal, descarnada, con cero concesiones y una puerta abierta al desamor y a la crudeza de las relaciones personales.
J.L.P: ¿Te gustaría volver a trabajar con alguno de los actores de tus dos films?
A.G: ¡Con todos! De hecho, estaría bien mezclarlos, ingleses y españoles. No, en serio, creo que he sido muy, muy afortunado por contar con esos elencos en ambas películas. Me han dado muchísimo todos esos actores, así que me encantaría poder volver a trabajar con ellos. Es más, algo hay…
J.L.P ¡Muchas gracias, Aitor!
A.G: Es un placer volver a charlar contigo, José. Gracias por esta conversación y por traer hasta hoy tan buenos recuerdos.
José López Pérez
Director peleón donde los haya. Yo creo que esas personas que luchan tanto por levantar un proyecto deben ser respetadas por el mero hecho de dejarse la piel en su proyecto aunque no funcione comercialmente.
A Aitor Gaizka espero que dentro de poco puedo hacer películas mas grandes y con mas presupuesto y sea una figura conocida y respetada en el cine español (no me cabe la menor duda de que así será), pero lo que está claro es que debe dirigir películas de este estilo ya que le aportarán experiencia. Mucha Suerte
¡Gracias por tu comentario, Oscar! ¡Saludos cordiales!