El fotógrafo francés Jacques Léonard (París, 1909- L´Escala (Girona, 1995) fue montador de cine, fotógrafo y escritor. En Francia tuvo un hijo, Marc. Se estableció en Barcelona en 1950. En 1956 contrajo matrimonio con Rosario Amaya, una de las gitanas de las barracas de Montjuïc (era modelo de artistas) y prima de Carmen Amaya. Jacques fotografió la comunidad gitana desde dentro. Su nieto Yago acaba de presentar el documental que cuenta la apasionante historia de su abuelo.
La entrevista tuvo una ambientación muy cinematográfica, la cafetería de los cines Alexandra de la Rambla de Catalunya de Barcelona.
Yago Léonad es vitalista, algo tímido y un gitano atípico. La conversación nos hizo transitar por la cultura gitana, por el mundo del cine y por la vida en general.
J.L.P ¿Naciste en el barrio de La Mina?
Yago Léonard: No, nací en la travesera de Gracia, en Barcelona. Viví hasta los 10 años allí. Después sí que viví en el barrio de La Mina y más tarde en Gelida, para preparar el documental he vuelto al barrio, claro.
J.L.P Estudiaste cine en La Mina
Y.L: Sí, estudié cine un año. Yo conocía a Roger Reventós que era el director del casal juvenil de La Mina y le encantaba el cine, charlábamos cada tarde de cine. Cuando estudiaba Mecánica en F.P no me gustaba mucho, entonces un día le dije que intentara montar un curso de cine. Montó un curso muy chulo, vinieron profesores de la Universidad de Bellaterra. Hubo un día de producción, otro de guión, etc. A raíz de este curso me compré una cámara y mientras trabajaba en una obra empecé a hacer cositas.
J.L.P Luego pasó bastante tiempo hasta que hiciste tus primeros trabajos audiovisuales.
Y.L: No pasó tanto tiempo. Un añito. Luego hice mi primer documental “Gitanas”, y conocí a Marisol Soto, directora del programa de TVE “Gran angular”, de documentales, que me ayudó mucho, es una persona que llevo en el corazón siempre, “Gitanas” era un documental sobre el mundo gitano pero visto desde la perspectiva de las mujeres y se emitió en “Gran angular”. Era bastante crítico con el mundo gitano, fundamentalmente sobre el trato a las mujeres, el machismo y todo eso. Luego hice otro sobre un chico que tiene esquizofrenia que se llama “Alberto” que ahora está trabajando en Radio Nicosia, que también se emitió en el programa de TV.
J.L.P ¿Cómo surgió el proyecto “Jacques Léonard, el payo Chac”?
Y.L: Estuve trabajando de jardinero y luego montando escenarios con gente como La Fura dels Baus, quería estudiar Telecomunicaciones, andaba algo despistado, no sabía qué hacer y un día me puse a mirar las fotos de mi abuelo, yo ya les había hablado de ellas a Carmen Isasa y Sara, las productoras. Les llevé las fotos y cuando las vieron se enamoraron de ellas. Primero surgió la idea de hacer una exposición y más tarde del documental. Yo no tenía previsto para nada que pasara esto. Lo único que quería era que la obra fotográfica de mi abuelo saliera a la luz. Mi tío Santiago fue el que me las enseñó a mí, aunque yo también bajaba al pequeño piso de mi abuelo muchas veces para verlas, en el barrio de La Mina. Esas fotos representan una época y una forma de vivir diferentes, había mucho más respeto por los mayores, por los payos, creo que eso se ha perdido ahora. Pienso que los gitanos nos hemos equivocado de camino, hay muchas cosas que hay que cambiar. La clave está en que el gitano debería integrarse más. En La Mina hay que cambiar muchas cosas, la dinámica de la pobreza, de la miseria.
J.L.P Por lo que me estás contando y por lo que aparece en el documental, eres crítico con el mundo gitano y sin embargo te sientes más gitano que payo.
Y.L: Sí, claro. Tengo tres partes de gitano y una de payo (risas). Si nos remontamos a los orígenes, los gitanos venimos de La India, con una cultura propia y nómada, y eso me gusta, está muy bien. Estoy muy contento de ser gitano, pero al mismo tiempo creo que hay que cambiar muchas cosas.
J.L.P En el documental una de las partes más emotivas, es la presencia de tu tío Marc
Y.L Cuando fuimos a Bélgica para rodar me sentí muy unido a él, pese a que casi no nos conocíamos, creo que es una de las cosas más bonitas que me han pasado con este documental.
J.L.P “Jacques Léonard, el payo Chac” tiene una gran virtud, mientras lo ves es ligero, pero tiene mucha profundidad. Es algo difícil de conseguir. Además hay un cierto aire de misterio y al final contáis los primeros años de Jacques, tu abuelo.
Y.L: ¡Gracias! La clave fundamental de todo esto es Nuria Villazán, la guionista. La historia tenía muchas vertientes y Nuria montó un guión en el que tiene sentido todo, creó seis bloques y decidimos hacerlo así porque explicarlo cronológicamente era demasiada información, era como empachar al espectador, mucho bombardeo, entonces decidimos comenzar con la historia de Rosario, de cómo llega a Barcelona, presentar el personaje y después ir para atrás, que es lo que nos ha pasado a nosotros, así fuimos conociendo su historia de verdad, tirando del hilo.
J.L.P El making off es interesante y ahí apareces siempre al fondo.
Y.L Esto es curioso. Una de las personas que vino al curso de cine que te contaba antes, fue Carles Mestres, con el además hice mis primeras prácticas. Trabajar con Carles ha sido un lujo, es un gran director de fotografía, por eso en algunos momentos aparezco ayudándole, para conseguir sensación de movimiento, casi es un travelling (risas). Las 4 personas que más me han ayudado han sido Carles, Marisol, Roger Raventós y Kencha Onaga. En la rueda de prensa quise dedicarle unas palabras pero no pude porque estaba muy nervioso, pero quiero hacerlo desde aquí. Muchas gracias a los 4 por vuestro apoyo. Kencha es un catalán, con ascendentes peruanos y japoneses que fue quien me enseñó a utilizar la cámara. Recuerdo durante el rodaje que cuando le comentaba un plano a Carles, él lo hacía 50 veces mejor, es alucinante
J.L.P ¿Cuánto ha costado “Jacques Léonard, el payo Chac”?
Y.L No sé la cifra exacta, pero debe estar cerca de los 100.000 €.
J.L.P Vamos a hablar de la música del documental, que es un elemento fundamental, te engancha desde el primer plano ¿cómo conoces a Lisandro Rodríguez?
Y.L: Desde el principio tenía claro que quería huir del flamenco, porque es algo muy tópico y típico. A Lisandro lo conozco porque empecé a buscar la música que iba a ir en el docu y Carles Mestres me dijo que lo había conocido y que era muy bueno haciendo bandas sonoras, me dio su teléfono y entré en su página web. En su web había unos temas que en mi documental no iban para nada, pero que eran increíbles. Rápidamente nos pusimos de acuerdo y lo primero que le pedí fue una canción afrancesada y con piano que es un instrumento que me gusta mucho, cuando me la envió me emocioné, había dado con la música más apropiada. Todo lo hizo además muy rápido y solo descarté un tema que me pareció demasiado flamenco. Lisandro hace una música increíble, es muy bueno, estoy muy orgulloso de trabajar con él, si hago más cosas en cine quiero contar con él. Además como personas es fenomenal, un gran tipo. Estoy seguro de que hará carrera en cine.
J.L.P En el score hay 10 temas de Lisandro y al final hay un tema flamenco cantado. Háblame sobre esa canción.
Y.L Lo canta Susana Ribas, la letra es de una amiga que se llama Belinda Azorín, quería que el documental terminara con un tema flamenco, distinto al resto de la música. Creo que ha quedado muy bien.
J.L.P ¿Qué planes tenéis ahora con el documental?
Y.L: De momento se ha estrenado en Barcelona y Madrid, queremos presentarlo en festivales.
J.L.P Háblame de tus proyectos.
Y.L Tengo dos muy diferentes, en ambos casos estamos pendientes de que el I.C.A.A. los apoye. Uno es de ficción “Jacques y Rosario” que contará la historia de mis abuelos paternos, el otro es un documental sobre los gitanos en los campos de concentración nazis que es un tema del que se ha hablado muy poco, se titula “Háblame en cristiano”. Es un tema desconocido y que hay que explicarlo. Los dos los he trabajado con Nuria Villazán. En estos días en los que parece que rebrota la xenofobia, es un tema que me gustaría tratar.
J.L.P Vamos ahora a hablar de cinefilia. ¿Dónde ves tus primeras películas de niño?
Y.L: La primera película que recuerdo, que se me ha quedado grabada es “La escalera de Jacob”, de Adrian Lyne. Veía las películas en casa, que alquilaba mi padre. También iba algunas veces al cine, veía cine comercial como “Cortocircuito” (risas), concretamente en el cine Pedro IV, era un cine muy bonito, es una lástima que lo hayan cerrado, estaba a poco más de cinco minutos de mi casa
J.L.P Háblame ahora de películas favoritas o que son un referente para ti.
Y.L Me gusta mucho Terrence Malick, sobre todo “La delgada línea roja”. También Wong Kar Wai. De los directores españoles los que más me interesan son Amenábar y Almodóvar. Me gustan mucho “Carne Trémula”, “Todo sobre mi madre” y “Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón”. La que más me gusta de Amenábar es “Abre los ojos”.
J.L.P ¿Qué aficiones tienes?
Y.L: Lo que más me gusta es el cine, la música y leer.
J.L.P ¿Qué tipo de música escuchas?
Y.L: Soy muy ecléctico, me gustan muchos tipos de música. El piano. Soy un apasionado del grupo Piano Magic. Me encanta la música clásica. Me emociona Chopin
J.L.P ¿No te gusta el flamenco?
Y.L Sí, claro. Lo que pasa es que lo escucho menos, dado que lo escuché mucho de pequeño, con mi familia, pero me gusta gente como Ketama, Camarón o El Cigala
J.L.P Para cerrar me gustaría que hicieras un comentario o un chascarrillo sobre lo que quieras.
Y.L Bueno, la verdad es que lo que no me esperaba es que este documental se estrenara en cine, ha sido algo muy grande para mí, verlo en pantalla grande y que a la gente le haya gustado ha sido una sensación genial. Estoy muy contento.
J.L.P ¡Gracias, Yago!
Y.L ¡Muchas gracias a ti, Josep, ha sido un verdadero placer!
Nos despedimos con un fuerte abrazo.
José López Pérez
Fotos: José López Pérez
Gracias Yago por el documental. Lo vi en la tele y lo primero que sentí fue el amor con el cual está hecho. Gracias por transmitir esa belleza.