Ayer tuvimos la oportunidad de charlar durante más de 20 minutos con el actor Mario Casas, algo muy complicado porque está en plena campaña de promoción de “Bajo la piel de lobo”, de Samu Sánchez, que llegará a los cines este viernes 9 de marzo, por lo que agradecemos su tiempo para atendernos.
Os dejamos con la primera parte de nuestra entrevista a Mario Casas donde le preguntamos principalmente sobre su trabajo en esta película pero, en breve, publicaremos la segunda donde nos contará también temas muy interesantes sobre su carrera y nuevos proyectos.
Puedes consultar la segunda parte de esta entrevista a Mario Casas en este enlace.
– Este personaje se aleja completamente a los que tu publico está acostumbrado, ¿por qué decidiste aceptar este guión?
– Bueno, al final porque es un personaje que me encandiló. Un género distinto, un personaje distinto, con un poso distinto, no comercial y sí de autor. Me interesaba ir un poco más allá en mi carrera con este personaje de las montañas, rudo, fuerte, solitario, parco en palabras, es prácticamente un animal que caza animales.
– Has protagonizado muchas películas pero creo recordar que es la primera vez que sales en la mayor parte del metraje.
– Al final es lo mismo. Uno no piensa en el metraje, en los minutos que estás en plano. “Bajo la piel de lobo” nos cuenta una historia con sólo 3 personajes (Irene Escolar y Ruth Díaz) y el cazador es el protagonista, en los primeros 20 minutos no hay diálogos sólo se ve a este personaje como trabaja, como caza, como vive, es una película de miradas, muy gestual. muy sensitiva, con poco texto, con pocos diálogos.
– ¿Qué fue lo más duro del rodaje porque tuviste que engordar, aprender a limpiar pieles, hacer cera con grasa de los mismos, rodar en la nieve…?
– El frío nada, voy muy bien abrigado (risas), más bien pasaba calor en cuanto realiza alguna labor del cazador. Y estas labores intentamos que parecieran verosímiles y por eso me enseñaron el oficio del alimañero, del trampero. Son cosas complejas: la manera de tratar la piel, de poner cepos, pero no me atreví a despellejar a un animal. Te cuento una anécdota, me llevaron a una matanza, creo que era de una oveja, y no me atreví, al final no fui capaz de ver como mataban al animal. Ahí no pude llegar, lo que me chocaba de la carne muerta es el olor, es un olor intenso, fuerte, y las personas que trabajan en las montañas tienen el oído y el olfato muy desarrollados.
– Para este personaje tuviste que engordar 10 kilos y para tu siguiente trabajo, “El fotógrafo de Mauthausen”, tuviste que adelgazar drásticamente, ¿cómo has llevado y sufrido este proceso?
– Engordar es mucho más facil: sólo hay que comer mucho y dejar de hacer deporte. Cuando leí el guión, me imaginé a un actor más mayor, animal, grande, como Bardem, Eduard Fernández o Antonio de la Torre, y por eso me dieron este aspecto en la película para parecer más mayor. Para adelgazar, que llegué a perder 12 kilos, una vez recuperado mi peso habitual, fue mucho más complicado. Empecé a hacer dieta a partir de agosto, y me mantuve con ese peso durante casi cinco meses comiendo verdura, un poco de pescado y poco más. Sinceramente, me llegó a afectar psicológicamente pero, bueno, creo que era fundamental para interpretar a Francesc Boix cuando estaba preso en un campo de concentración nazi y llegar a tener ese rostro, escuálido, y esa mirada para hacer verosímil este personaje.
Continuará…mientras tanto disfrutar del tráiler de “Bajo la piel de lobo”:
Puedes consultar la segunda parte de esta entrevista a Mario Casas en este enlace.