Anoche se celebró la 23º edición de los Premios José María Forqué en el Palacio de Congresos de Zaragoza con unos presentadores poco afortunados, sobre todo Boris Izaguirre, que desconocía el nombre de varios invitados de la noche y, como bien dijo Isabel Coixet “parece que no has visto mi película”, y con una gala donde parecía que las estrellas de la noche eran los “triunfitos” expulsados de la gala cuando el verdadero protagonista debería haber sido el cine español y sus artífices: guionistas, técnicos, actores, directores y productores.
En fin, pasando a los premios, ninguna sorpresa con la excepción de que por primera vez en la historia de los Forqué el galardón al mejor largometraje fue a parar a dos producciones: “El autor”, de Manuel Martín Cuenca; y “La librería”, de Isabel Coixet. Por lo demás, en el resto de categorías ganaron los favoritos: mejor actor, Javier Gutiérrez; mejor actriz, Nathalie Poza; mejor cortometraje, “Madre”, de Rodrigo Sorogoyen; mejor documental, “Muchos hijos, un mono y un castillo”, de Gustavo Salmerón; mejor película latinoamericana, “Una mujer fantástica”; y el Premio Forqué al Cine y la Educación en Valores fue para “Lo que de verdad importa”, de Paco Arango.
En un próximo artículo analizaremos lo mejor y lo peor de la gala de los Premios José María Forqué 2018.
Pa negre no ganó ni el Forqué (Buried) ni el CEC (También la lluvia) y luego arrasó en los Goya. Esa peli, Estiu 1993, ya ha tenido la bendición de ser la candidata por España en los Oscars, que aunque no signifique mucho ya es un buen síntoma de aceptación, además de tener un recorrido internacional brillante para ser una peli debutante (mejor que Tarde para la ira)
Que haya un empate me hace sospechar que los productores tampoco han votado mucho ¿como funciona el sistema de votación? Que nos pensamos que votan 100 y a lo mejor votan 30. Pero me parece muy raro ese empate.
Ya veremos.
Lo mejor fue la caída de los Salmerón