NIU d’INDI, la pequeña empresa de cine independiente con sede en Barcelona, triunfó hace un año con el reivindicable drama ‘El camí més llarg per tornar a casa’, ganador en los Premis Gaudí y, sin embargo, una de las más lamentables omisiones en unos Premios Goya 2015 que plasmaban las reticencias de la Academia a la hora de dar voz a un nuevo cine.
Siguiendo esa estela de películas dispuestas a abrir nuevos horizontes en la escena nacional, llega a la gran pantalla ‘Tots els camins de Déu’, una insólita road movie sucia, devastadora y finalmente conmovedora.
La debutante Gemma Ferraté revisa los tres últimos días de vida de un Judas contemporáneo, en un viaje desesperado en compañía de la culpa y de un inesperado individuo. Este último misterioso personaje -magníficamente interpretado por Oriol Pla, visto recientemente en Truman– irradia una pureza que contrasta con el tormento de Judas, al que no dudará en seguir durante su evasión por un bosque. Entre ellos se forjará una enigmática relación y entrarán en juego elementos expiatorios como la lealtad. También resulta muy interesante la difusa línea que se plantea entre la amistad y el romance, que jamás llega a plasmarse de forma explícita.
La evolución del personaje que interpreta Marc Garcia Coté se dosifica en sutilezas gracias al sólido guión firmado por la directora junto a Eduard Sola, y llega a su punto álgido en la mejor secuencia del filme, con el agua purificadora como elemento catalizador.
‘Tots els camins de Déu’ es una hermosa parábola sobre la redención y la dificultad de huir de nuestra propia mezquindad. Rodada con elegancia y talento, el filme invita a una interesante reflexión y de paso nos demuestra que existe un cine dispuesto a emerger desde la vanguardia patria.
Estreno en cines el 4 de marzo.
PUNTUACIÓN: 7,5