Sin duda tiene altas dosis de encanto ingenuo la historia de tres amigos “deseando amar”. ¿Quién no ido en búsqueda de una relación efímera con el único objetivo de sentirse vivo?
Esta pequeña pieza liviana es el mejor trabajo hasta la fecha de Jonás Trueba y logra plasmar el tono romántico de un viaje a la idílica Francia crepuscular del final del verano. Las circunstancias del rodaje se perciben, y es para bien.
El mayor acierto de ‘Los exiliados románticos’ es captar una de las esencias de la road movie: que el espectador viaje con los personajes, observando por el retrovisor su evolución a lo largo del trayecto.
Los muchos momentos contemplativos del film están correctamente dosificados y amparados por las melodías del grupo musical muy hipster y muy alternativo Tulsa. Esto jamás llega a saturar y es en parte gracias a la corta duración del film (¡cómo se agradece el gesto de humildad de un realizador que decide recortar metraje¡).
La corta duración también logra paliar cierta trascendencia pedante en los diálogos, pero en general el nivel del texto está a la altura, con momentos de brillantez y un buen lugar también para el humor. Sin embargo, esos retazos de impostura impiden que el espectador logre empatizar totalmente con los protagonistas, pese a que muchos nos podremos sentir identificados, especialmente con el retrato del fin de la juventud y la llegada de la madurez.
Si Richard Linklater logró que nos enamoráramos de los no menos verborréicos Ethan Hawk y Julie Delpy y convertir en obra magna una película hecha de la nada, Trueba vuelve a dejar rastros de su cinefagia, restando originalidad al conjunto y denotando demasiadas referencias cinéfilas. Aunque más allá de las evocaciones a Linklater, Rohmer o Garrel, hay una mirada indiscutible e inédita en el cine español.
Esa mitomanía, nostalgia e idealismo made in Trueba (parece algo genético) vuelve a dejar un regusto de artificio en un tipo de cine que me encantaría que me encantase, pero que -hasta ahora- no me llega a convencer plenamente.
Pese a todo, es una película agradable y con el encanto bohemio de estar creada artesanalmente, sin el soporte de una gran producción; con una sola cámara de fotos, rodando y durmiendo en casas de amigos de Francia.
El viaje a la madurez de sus protagonistas también lo es para el propio Trueba. Lo veremos, probablemente, en su próximo trabajo.
PUNTUACIÓN: 5,5
Buena crítica
Si, buena crítica, pero la nota parece baja, después de como la describe. Parece que le ha gustado más de lo que ha mostrado numéricamente.
La puntuación refleja exactamente mi grado de satisfacción. Pero reconozco los méritos de la peli y el hecho de que se trata de una valoración muy personal hacia al cine de Jonás.
Comprendo que haya gustado en términos generales. De todos modos me vuelve a parecer demasiado eufórica o como mínimo condescendiente la reacción de algunos medios tipo Prisa hacia Trueba. Ya me sorprendió con los Ilusos, muy susceptible a crítica.
Está bien que uno valore los aciertos de una película más allá del gusto personal. Además, teniendo en cuenta de que por tus comentarios, eres bastante poco afín al gafapastismo, en mejor lugar te deja como analista. Interesante opinión acerca de la euforia de la crítica hacia el menor de los Trueba, supongo que será igualmente una cuestión de afinidad cinematográfica.
¿Medios tipo Prisa? No lo pillo. ¿Estás diciendo que Jonás Trueba es famoso por Prisa?
Esta peli viene de competir, con buenas críticas, en el BAFICI (Buenos Aires), uno de los festivales de autor más prestigiosos del mundo. Y con la anterior ganó en Toulousse.
Que me parece estupendo que a uno no le mole un tipo de cine o un cineasta pero, por favor, conspiranoias absurdas mejor no. En primer lugar porque no me consta que Prisa ensalce a este chico, eso para empezar.
No. Digo que el apellido Trueba está muy asociado a Prisa y a veces se nota el amiguismo. No hablo de Jonás sino en general con los Trueba.
Por otro lado, no me he expresado bien. A mí este tipo de cine me encanta y por ello desearía que me gustara lo que hace Jonás (por ahora no sucede)
LOS EXILIADOS ROMANTICOS, de Jonás Trueba (España)
Esta simpática y por momentos encantadora road movie sigue las desventuras románticas y “sociológicas” de tres amigos españoles que emprenden un viaje en una casa rodante pequeña hacia Francia, todos con distintos objetivos amorosos que implican reencuentros. Uno de ellos se topará con una chica italiana en Toulouse con la que estuvo en pareja, otro lo hará con una chica suiza que vive con personas de distintas nacionalidades con quienes cenarán y un tercero, en París, se verá con un efímero amor de verano que fue muy importante en su vida. Todas las historias –que están, juguetonamente, acompañadas por shows en vivo de Tulsa– revelarán secretos, deseos y miedos de una generación con poco trabajo, temor al compromiso y esperanzas aunque sea leve de cambio, en especial en función del contacto humano y la empatía por el otro. De todas las escenas la mejor es claramente la confesion romántica en pésimo francés de uno de los amigos en París, un largo plano que pasa de patético a conmovedor, y algunas situaciones de humor entre los amigos que conviven en un espacio muy pequeño. Si la película tiene un pequeño problema es un cierto tufillo a versión indie/cool de filmes como PISO COMPARTIDO, aquella película de Cedric Klapisch sobre estudiantes de intercabio europeo en Barcelona, una suerte de esperanzado paneuropeismo que suena un tanto naive y clasemediero en función de realidades más sombrías de los países que el filme recorre. Pero la película, en cierto modo, es autoconsciente de esa posible mirada y la desarticula con su propia autocrítica y su forma de reconocerse, finalmente, como una especie de fantasía cinéfila que toma de la realidad para correrse hacia el lado del juego lúdico y el deseo amoroso.
DIEGO LERER
En filmaffinity Los ilusos tiene muy buena nota, y es una peli suceptible en una web donde las puntuaciones suelen ser a la baja, respecto a IMdB
Es Horrenda! aburridísima, con NADA de sentido, fui a entretenerme y volví vacía.