Hoy debemos lamentar una noticia dramática para el cine español, y para el cine en general. Y sobre todo, que contrasta con la visión triunfalista del cine español en 2014.
Lluís Miñarro, un productor de sensibilidad y libertad únicas echa el cierre de su empresa, Eddie Saeta, responsable de éxitos internacionales como En la ciudad de Sylvia, El muerto y ser feliz, Medianeras o Tío Boome recuerda sus vidas pasadas -Palma de Oro en Cannes-.
El productor y también director de la reciente inclasificable y necesaria ‘Stella cadente’ ha lamentado en declaraciones a El Confidencial que “el grueso del cine español me ignora, aunque reconozca mi labor. Es un cine que no interesa a los grandes industriales, y quizás por eso he podido hacerlo, porque no entraba en competencia con ello”.
La poca cultura cinéfila de nuestro país y el escaso apoyo institucional a un cine autoral han llevado al cierre de Eddie Saeta. Sin embargo, Miñarro tratará de seguir autoproduciendo cine por su cuenta.
Esta triste noticia pone de manifiesto la fragilidad de nuestra industria, cada vez más supeditada a la tiranía de los grandes grupos de televisión.
Recuerda nuestra crítica de Stella Cadente.
Fuente: El Confidencial
No puede ser, ostras… no puede ser…
Los grandes grupos de TV no ejercen ninguna tiranía. Primeramente, invierten obligados y a regañadientes, y en segundo lugar, sus proyectos no se entrometen con el resto de proyectos que puedan salir. Si ellos no invirtieran, el resto seguiría siendo el yermo páramo que es hoy.
El problema está en engañarse (o que nos engañen) al creer que la salud es buena porque un puñado de pelis soportadas por esos medios logren éxito. Hay que mirar a la mayoría productiva y ver que está en una situación crítica. Pero echarle la culpa a las teles de eso me parece ridículo. Las teles ya tienen bastante con sus propias mierdas para ser criticadas.
Lo de Miñarro es una gran pena. Es el productor más arriesgado que hay en España. Quiero creer que seguirá de manera independiente, como él dice, pero el panorama es triste.
Rincewind,eso era antes.Las televisiones,aunque abolieran esa ley,seguirían invirtiendo con gusto en cine porque han visto un filón,sobre todo Mediaset.Si una película no se publicita en televisión no existe para el 99,9% de los españoles.Es duro,pero es la verdad.También digo que la comercialidad o no de un producto es algo muy relativo.Interstellar es una película que el 99,9% del público no la entiende y ahí la tienes recaudando una millonada.La promoción lo es todo en el cine del siglo XXI.
Para entendernos, lo de “arriesgado” lo entiendo. Pero no lo entiendo. Es decir, arriesgado pero no tonto era Querejeta. Hacía cosas que se podían vender al público. Hacía cine que podía ser de vanguardia, reflexivo y hasta comprometido… pero no hacía cine anti-público. Miñarro hace cine anti-público. Su cine es la antítesis del cine. Y sus producciones… casi lo mismo, aunque tenga algún Guerín detrás. El tío Boonmee ya no resiste un pase, y apenas hace un lustro que se estrenó -y que cambiaría el cine, según Cahiers España. Aún estamos esperando-. Lo de “Stella Cadente”… pues para qué hablar. Todo Serra es un camelo, y esa no es excepción. Cómo se ligó a Miñarro??? Fácil. Diciendo “mira, tengo un guión para una película que no irá nadie a ver”. Y se la produjo, claro.