“Mindscape” es una de las producciones españolas del año 2014 que deberían funcionar bien en la taquilla porque el género de suspense suele ser del agrado de los espectadores.
Dirigida por Jorge Dorado y producida por Jaume Collet-Serra, director afincado en Hollywood que apuesta por producir películas de género de terror con vocación internacional en nuestro país, nos encontramos ante un film de suspense protagonizado por Taissa Farmiga y Mark Strong, que están arropados en el reparto por Bryan Cox, Sanny Van Heteren, Noah Taylor, Indira Varma y Saskia Reeves, entre otros.
La sinopsis de la película “Mindscape” es la siguiente:
Un hombre con la habilidad de entrar en las memorias de las personas se ocupa del caso de una adolescente brillante y problemática para determinar si ella es una sociópata o victima de un trauma.
“Mindscape” se estrenará en España el 31 de enero de 2014.
Buen trailer “a la americana”, que por otra parte es la identidad que respira la película por los cuatro costados.
Y su nacionalidad en términos de retorno de la pasta, la que queráis.
Pero se mimetiza con Hollywood que da miedo.
¿Acabaremos convirtiéndonos en una franquicia de su cine, como Canadá?
Me suena que el guión tampoco es español. Yo la pude ver la semana pasada en Sitges y, aunque es tramposísima, es una película entretenida.
Creo que es irrelevante que el guión lo firme o no un español, salvo para su economía personal y su posibilidad de trabajar en USA o para USA.
Sé que hemos tenido este debate mil veces y que no lleva a ninguna parte, porque el profesional lo que quiere es trabajar, para quien y donde le paguen. Eso va por delante de cualquier otra consideración.
Pero no dejo de recordar las palabras de Fernando Trueba, cuando le dieron la concha al mejor director por El artista y la modelo, sobre la necesidad de preservar el cine autóctono. Puso un ejemplo excelente: “Nader y Simin una separación” nos cuenta más sobre la realidad de Irán que mil telediarios.
Me pregunto que nos cuentan ciertas pelis que etiquetamos como españolas sobre la realidad de nuestro país. Ya, ya, hay productos con vocación global que tal y cual.
Serán “globales” en términos de explotación comercial. En términos de contenido me parecen “globalizados”. Es decir, anglosajones hasta la médula.
Ya, eso quería decir básicamente: que es un producto muy estadounidense, que de español/autóctono no tiene ni el guión siquiera. Durante la presentación dijeron que buena parte de la película se rodó en Barcelona (los interiores, entiendo, porque los exteriores son bien estadounidenses también). No sé, es otra película más con director español, banda sonora española (creo), algún operador de cámara español, catering y señoras de los limpieza españolas… pero todo lo demás, lo que el espectador ve a lo grande en la pantalla, bien estadounidense.
Y con español no hablo del DNI que tiene la película, sino del sabor que desprende. De ese “ser o no ser autóctona”.
Marañón, muy buena la distinción entre global y globalizado. Creo que ahí está claro. Por otra parte, Jorge Dorado me parece un talentazo. Espero que lo haya puesto al servicio de algo.
humm, y pregunto yo ¿no puede ser compatibles este tipo de películas con el resto más digamos “autóctonas”? parece cuando hablamos de este asunto que hubiera que tomar una dirección u otra como si no pudieran coexistir , como ahora mismo pasa, de hecho películas como “Blancanieves” Las Brujas de Zugarramurdi” o ésta misma “mindscape”
Estoy con Juan. Existe una manía a que el cine español sea monolítico. Es curioso porque luego queremos vender la idea de la diversidad. Sí, sí, pero luego se ataca que haya varias modalidades. Es como el cine de autor vs el cine comercial. Una dialéctica absurda porque cualquier cinematografía fuerte sabe que tiene que hacer buen cine en ambos aspectos. Pues con esto es igual. No se va a acabar la cultura española porque haya unos cuantos proyectos al año en inglés. Al contrario, a lo mejor gracias a esos proyectos en inglés pueden hacerse otros en español sin que todo se vaya a la mierda.
Rincewind: claro que no hay ningún problema en que convivan distintos modelos. El problema, bajo mi parecer, es toda esa gente que defiende el modelo imitación-anglo como el único. Cuando un detractor del cine español clama “haced películas que interesen a la gente” lo que está diciendo en realidad es “haced películas que no parezcan españolas, que parezcan norteamericanas”. Y a esa gente hay que decirle que Rec, siendo muy, pero que muy nuestra (ese final con las vírgenes y los santos en la azotea) hizo mucho más dinero que Tres 60, por ejemplo (y por poner dos películas del mismo guionista).
Voy a añadir otro apunte:
La diversidad es una cosa y hacer películas que pasan por ser de la competencia (que incluso tienen ese requisito como premisa) es otra bien distinta.
Ninguna de éstas se publicitará como el último alarde técnico producido en España, por decir algo. Y que Jaume Collet-Serra dirigiera el taquillazo USA Sin identidad, no la hace un poco española. Ni pizca.
Variar en los temas, los géneros o los planteamientos no significa vaciar la propuesta de identidad cultural o adoptar la del otro asumiendo que ese es el único molde que tiene y seguirá teniendo éxito global hasta el fin de los tiempos.
Cuando los chinos reclamen un territorio cinematográfico a la altura de su peso económico en el concierto mundial (y lo harán), ¿haremos películas ambientadas en China, con actores chinos e historias chinas, pero de producción y técnicos españoles y diremos que representan a nuestro cine?
Es ridículo. Una cosa es que esta fórmula dé ingresos o pueda reivindicar la valía y consideración que tienen nuestros profesionales en el mercado global, y otra bien distinta ligarla a la cultura autóctona.
¿O no habíamos quedado en que el cine era cultura?
Marañón, como bien sabes, el cine es cultura pero también una industria. Y si queremos luchar contra el monopolio americano no lo podemos hacer con películas como “Blancanieves” o “El artista y la modelo”, por muy buenas que sean éstas.
Películas como Mindscape no luchan contra el monopolio americano.
Lo alimentan.
Marañón, películas como “Mindscape” luchan porque no se lleven todo “el pastel” las películas americanas.
Creo que es un error. Como mucho, a medio plazo. Explicaré por qué:
Si las películas que se hacen con vocación de combatir la voracidad comercial norteamericana se ruedan con sus actores, en su idioma, y mimetizan sus escenarios, sus personajes, sus tramas y sus fórmulas narrativas, puede que la “industria” arañe una pequeña parte de la recaudación que genera esa clase de producto, pero estará cavando la tumba del otro cine, el “cultural”, al asumir que ese no tiene recorrido comercial suficiente.
Y pensar que el dinero que dan estas impecables imitaciones permite hacer las otras me parece ingenuo: si las subvenciones desaparecen (y tiene pinta), los productores deciden que lo que se vende bien es el sucedáneo y las televisiones priorizan también esta clase de película, para emitir y para producir, ¿quién coño va a rodar en español una historia próxima?
Piénsalo bien: significa resolver los problemas de nuestra marca planteando que la receta para gustar al público español es fingirse norteamericano.
(Aunque, para redondear la contradicción, luego pondremos el grito en el cielo porque el público prefiera cualquier”bodrio” o película adocenada que venga de aquella industria).