Apunten este nombre: Dani de la Orden.
En uno de los veranos más áridos y desoladores que se recuerdan en lo que a cine patrio se refiere, sin estrenos y con la moral derretida, surgió un refrescante trailer cuyo título era una provocación para una taquilla estival que rechaza todo lo que no sean blockbusters americanos: Barcelona, nit d’estiu.
Estas seis historias surgidas en un momento de romanticismo en la vida de su creador, se estrenará en proyecciones por distintas ciudades catalanas durante el mes de agosto -previo a su estreno convencional en cines en septiembre, simultaneo a las plataformas de internet- acompañadas de música, coloquios con su director o actores, o monólogos cómicos, en un concepto de “cine como evento” que Guillermo Groizard ya nos sugirió impecablemente hace unos días.
Mañana empieza la gira. De todo esto hablamos con Dani de la Orden (Barcelona, 1989).
Dani, gracias por traernos algo de cine local este verano dramático para nuestro cine. ¿Cómo surge tu proyecto?
Surge sobre todo desde la necesidad personal. Acabé de estudiar en la ESCAC, de donde surgen auténticos drogadictos del cine. Me diagnosticaron dos hernias discales y durante casi tres semanas tirado en la cama tuve muchísimo tiempo para pensar, entonces ideé estas seis historias de amor -que luego transmití a los guionistas- en un momento en el que estaba saliendo con una chica de la que estaba locamente enamorado y en mi sangre sólo corría dulzura.
Es algo muy típico… yo escribí esas historias de amor no ya hacia ella, sino por cómo me sentía.
Y en los tiempos que corren, ¿cómo logras llevarlo a cabo?
Una comedia romántica de situación es más barato que otras cosas. Yo quería que fuera plural, con cantidad de actores. Siempre me ha gustado el buen cine plural, pero eso implica conseguir muy buenos actores y por tanto no podía tenerlos mucho tiempo en el rodaje, porque además, nadie ha cobrado.
Todo fue una apuesta del equipo. Hemos currado gratis y si después hay ganancias ya se repartirá. Así se rodó en un 70%, pero después la presentamos a El Terrat, les encantó y me dijeron: “acábala”. Nos ayudaron a acabarla y sobre todo a hacer la post producción.
En tus historias hay una colección de actores super solventes, caras conocidas, desconocidos… ¿Cómo lograste que participara tanta gente sin cobrar?
Entré a los actores con la frase de “trasladar la filosofía del corto al largo; quiero que participes, pero no tengo pasta”. Creo que nadie dijo que no. Era agosto y casi todos estaban libres.
Probablemente lo que más les convenció fue que se trataba de algo diferente a lo hecho aquí, un rollo Love Actually que siempre nos ha parecido muy americano y nos ha dado miedo. Yo creí que Barcelona merecía su propia comedia romántica.
El director Guillermo Groizard nos habló hace poco del “cine como evento”, como una posible alternativa para atraer al público. Explícanos cuál es tu opinión, porque veo que la campaña veraniega de Nit d’estiu tiene algo de eso.
La peli inicialmente nació como algo diferente, de unos chavales que dijeron “voy a hacer lo que quiera y como quiera”, sin una productora detrás. El estreno debía ser así también. No podías dejar tu pequeña película ante los leones. El cine es una arena llena de bestias, Iron Man, Guerra Mundial Z..., y yo tengo una película de Barcelona, con pequeñísimas historias. Es un bebé que le tienes que dejar andar.
¿En qué consiste esa “gira veraniega”?
En agosto iremos por distintos pueblos. Como la peli nace de una canción muy conocida en Catalunya, Jo mai mai, y la banda sonora es de su compositor, que además actúa -es una especie de retro alimentación-, propusimos interpretar en piano seis temas de la banda sonora y además voy yo junto a algunos actores y hacemos un coloquio. Se trata de dar al espectador algo más. A mí me encantaría poder charlar con el director de una peli que acabo de ver.
Háblanos de su estreno “oficial” en septiembre.
En septiembre ya es más complicado porque se estrena en cines. A mí me gustaría seguir haciendo una especie de cine forum. Después se estrena en Internet. La gente en casa ya tiene pantallas gigantes y esta es una peli que no explota 3D, ni efectos ni algo que debas ver obligatoriamente en gran pantalla. Hay gente que no se puede permitir ir al cine con los niños y gastarse 50 euros entre palomitas, entradas, etc.
Quizá la historia más impactante sea la de Luis Fernández y Alex Monner. Me ha parecido muy arriesgada tu elección de actores típicos ídolos carpeteros. ¿Cómo valoras su trabajo?
Genial. Hacen un papelón y afrontaron su papel de una manera increíble. A mucha gente le parecía arriesgado coger a dos estrellas y darles un papel de homosexuales en una comedia, que se podía prestar a la risa fácil en plan de poner a dos locas histriónicas, y lo primero que me dice la gente tras verla es que “parece que estas dos personas lleven saliendo tres años”.
Ellos hacen un acting de sí mismos. Les pedí que no buscaran algo “gay”; son personas bastas, que dicen palabrotas, que se ríen ellos mismos de la homosexualidad y se dicen “va, ¡tira maricón!”… Unas coletillas más políticamente incorrectas pero que dan mucha veracidad. Y sobre todo, lo que transmiten es que están enamoradísimos.
Su historia aborda el miedo universal a perder al otro debido a un triunfo profesional. Escoger a esos dos arquetipos sex symbols ha sido muy interesante y cachondo a la vez.
¿Cuál es tu historia favorita de la película?
La peli a veces no parece algo de autor sino un “mini mainstream – blockbuster catalán”, pero las seis son muy personales y tienen cosas basadas en mis vivencias.
Mi favorita es la de Miki Esparbé y Bárbara Santa Cruz, que aborda los problemas que tenemos los tíos cuando la cosa se pone chunga y reaccionamos con evasivas, sin coger el toro por los cuernos. Juega mucho con la comedia y drama y tiene algo que me gusta mucho y es que él es catalán y ella madrileña, por lo que da una situaciones muy divertidas con el idioma.
Háblanos de ese uso del catalán y castellano.
Yo he rodado en catalán no por una cuestión ideológica, simplemente yo me expreso en catalán, así como la mayoría de los actores. Si había algún actor no catalán, le decía “pues habla en castellano”, y ese intercambio es lo que hace que sea muy real. Me produce mucha gracia el lío que se monta con eso. También hay una de “ses illes” (Menorca) -me encanta ese acento- que cuando habla con un madrileño es un cachondeo…
El factor del idioma da mucha vida, es una putada que se tenga que doblar al castellano.
Ese uso del catalán, la palabra “Barcelona” en el título…¿Te ha servido para lograr alguna ayuda autonómica?
En un primer momento renuncié a pasar por el lío de las ayudas. Una vez rodada se han solicitado, pero no tengo ni idea de qué se ha conseguido porque eso es tema de El Terrat.
Lo que está claro que el título e idioma no tenían una pretensión de obtener ayudas. Lo digo porque hay películas que usan el catalán con ese fin, muy torpemente, casi sin estar justificado.
No. Todo fue un impulso mío. Si yo me encuentro con mi ex, le hablaré en catalán. Soy un enamorado de mi ciudad y muy pocas pelis han hecho de Barcelona la ciudad mágica que es. Está Vicky Chistina Barcelona…pero a nivel “de nosaltres” no había nada, con la personalidad de la propia ciudad.
¿Has visto Una pistola en cada mano? Quizá hay algún paralelismo.
Es increíble esa peli… Hay paralelismos en cuanto a obra coral. Es una peli de guión perfecto, que a diferencia de la mía es mucho más “puñetera”, dejando fatal a los hombre como lo que somos. La mía busca la emoción. Digamos que en la mía hay besos bajo la lluvia…Busca más la sonrisa fácil y el tono es más amable.
Los carteles están geniales, ¿quién es el autor?
Jordi Rins, que también diseñó Blancanieves. Molan mucho. Hay un más en plan Noa, cuando están bajo la lluvia y otro como Gaudí, con un mosaico de corazón formado a trozos, que simboliza bastante bien las distintas historias; por mucho que nos enamoramos siempre recibimos alguna hostia, y ese cartel es muy bonito pero a la vez ácido.
¿Qué pelis españolas te han molado últimamente”
Somos gente honrada de Marzona me ha parecido muy emotiva y me encantó. También me encantó La Estrella, de Alberto Aranda, una emotiva historia de superación personal, tragicomedia en torno a la violencia de género. Dime títulos porque, ¡las he visto todas!
¿Menú Degustació (donde participa también Jan Cornet)?
Sí, la vi y es una coral bastante divertida.
¿Otras?
Déjame pensar… La de Cesc Gay ya he dicho que me encantó. Y hay otra que fui a ver al cine muy negativamente, Combustión, ya que el trailer me pareció rollo A todo gas (soy muy fan de esa peli). En principio no me gustó nada ese trailer porque la peli en realidad va por una vía totalmente diferente que es mucho más atractiva. Al final me encantó y es admirable la fuerza visual de Calporsoro para rodar escenas. De hecho, me ha gustado mucho más que la última de Fast and furious, que es una castaña.
Mamá también me gustó mucho.
Combustión acaba de estrenar en Rusia y se ha vendido bien por el mundo. ¿Crees que tu peli es exportable?
Es una historia universal aunque el acting y tipo de humor es muy local. No se entiende igual aquí que en Estados Unidos y tampoco es una comedia al uso. El humor entra sutilmente, más por el tono en sí que por un determinado gag de “aquí te tienes que reír”.
Eso precisamente podría resultar llamativo, además de que la “marca Barcelona” vende muy bien.
Sí. El amor funciona en todas partes. Barcelona no se ve en plan panfleto turístico, pero sí está muy presente.
Pinta bien y se agraden pelis frescas y que arriesguen en personajes. A ver qué tal está!
qué buena entrevista!!! y qué ganas de ver esta peli..