La ha liado.
Este entrometido de veintipico años se ha metido donde nadie le llamaba. Ha replicado a un célebre guionista. Ha metido la pata. Se ha disculpado. Ha captado la atención de analistas del cine de todo el mundo. Ha fascinado con su trabajo. Ha horrorizado.
Y sobre todo, ha tocado la fibra de una industria encorsetada, que ante la menor transgresión reacciona desconfiada.
Nicolás Alcalá prepara las maletas para su regreso a tierras soviéticas, donde presentará “El Cosmonauta” próximamente. También prepara el asalto a Festivales y mercados internacionales, con la misma pasión con la que mimó y acicaló durante cinco años “El Cosmonauta”.
Antes de eso, ha hablado con nosotros. Sin pelos en la lengua, como acostumbra.
-Nicolás, “El Cosmonauta” ha tenido una notoriedad en los medios superior a otros estrenos pequeños del cine español, ¿esperabas esa reacción?
Sí, está siendo bastante sonado y eso es muy bueno para una película como ésta que tiene unas vías de monetización mucho más complicadas que las tradicionales. Realmente el éxito o no de la película va a depender un poco de eso, de la prensa y del boca a oreja y de las ganas que le ponga la gente para que un modelo como éste pueda ser factible.
-¿Sientes que se está hablando más de las circunstancias que la rodean que de la película en sí?
Se está hablando mucho del proyecto, es cierto, pero creo que una cosa no existe sin la otra y, a pesar de eso, también confío en que poco a poco la película vaya despegándose del proyecto y teniendo su propia vida junto al resto de piezas transmedia. De todas formas, ya te digo, creo que todo es parte de la historia. Uno no puede ver Apocalipsis Now sin pensar en los avatares de su producción o ver con los mismos ojos Blade Runner si conoce un poco las diferentes versiones y las decisiones detrás de cada una.
-Más allá de ese escenario espacial, hay una poderosa historia de personajes. Háblanos de ese triángulo protagonista.
Alguien definió una vez la película como “Ciencia Ficción antropológica”. Tenía razón. La Ciencia Ficción que más me gusta (Lem, Ballard, Asimov…) utiliza el género como excusa para hablar del hombre en realidad. A mi lo que más me interesaba de esta historia eran los personajes… ese triángulo que forman durante más de diez años y que está basado en los recuerdos… y los deseos. Hay un tagline que usamos durante un tiempo que creo que lo define muy bien:
“Los recuerdos son un lugar al que volvemos. A veces son un lugar al que vamos, pero en esas ocasiones la gente los llama deseos”.
La historia de Andrei, Yulia y Stas es un mosaico. Un puzzle de recuerdos, deseos frustrados y extraños sueños realizados o irrealizados, durante el maravilloso contexto que provee la carrera espacial.
-¿Cómo fue el proceso de casting para encontrar a esos Andrei, Yulia y Stas, y qué valoración haces de su trabajo?
El casting fue como el de cualquier otra película: largo, complejo y lleno de decisiones. Hicimos 5 o 6 sesiones en Londres en varias tandas hasta encontrar a los actores perfectos. Con alguno de ellos fue amor a primera vista, con otros tardé más en decidirme, pero estoy feliz de que fueran mi elección final y del genial trabajo que han hecho en el filme, aunque he de confesar que por momentos fue realmente difícil trabajar con ellos. El idioma, el respeto que cuesta ganarse cuando eres un director primerizo con 23 años dirigiendo un largometraje de estas dimensiones y otros factores hicieron que no fuera la relación más fácil del mundo, pero todos pusimos de nuestra parte para que saliera adelante.
-Se nota un gran cuidado estético y hay una atmósfera “tarkovskiana” , ¿ha sido uno de tus referentes?
Es uno de mis directores preferidos. Podría decir que me inicié en el cine de autor gracias a él y que ha sido muy importante en mi concepción del cine, aunque tengo referentes que son más claros para mi, como Wong Kar Wai o Van Sant, la relación de cercanía con Tarkovski, al ser una película rusa, era evidente.
Estoy feliz de haber podido rodar imágenes tan hermosas gracias al tremendo equipo de fotografía y arte que tuve.
-¿Has percibido suspicacias entre las vías tradicionales de distribución ante un proyecto como “El Cosmonauta”?
Menos (o menos públicas) de lo que en un primer momento esperábamos, aunque es cierto que tampoco ha habido ningún apoyo directo (de palabra sí, y se agradece mucho).
Pero no les culpo, es normal. Nosotros hemos planteado un modelo completamente nuevo que le da la vuelta a todo lo establecido. Y nuestra pretensión no era romper el modelo antiguo y plantear uno nuevo que sirviera para todas las películas. No creemos en los extremos, pero sí plantear nuevas posibilidades, salidas, ideas.
Creo que El Cosmonauta quedará como una película pionera en muchas cosas, una locura necesaria en una época en la que todos estábamos intentando descubrir por donde iban los tiros…
-¿Crees que el crowdfunding es una moda pasajera o una realidad en las financiaciones del futuro?
Creo que es un poco de las dos cosas. Ahora hay mucho hype, acaba de nacer y todo el mundo lo ve como la gran salvación. Pero no todos los proyectos pueden (ni deben) ser El Cosmonauta.
Creo que a la larga el crowdfunding encontrará su lugar y se convertirá en una más de las vías para financiar (algunas) películas. Más como un elemento de marketing y para armar comunidades que como un método económico (aunque sí lo será para algunos proyectos).
-¿Qué películas españolas has visto últimamente y cuáles recomiendas?
La verdad es que es un poco cierto el dicho de que cuando estás haciendo cine es muy difícil ver cine. Tengo menos tiempo del que me gustaría pero entre el año pasado y éste he visto algunas películas españolas que me han fascinado. Me gustó mucho No habrá paz para los malvados. También me entretuvo Combustión, con todo lo que es… no está tan mal como pensaba.
Pero para mi hay dos claras ganadoras, que se han convertido en dos de mis pelis favoritas de muchos años: El mundo es nuestro, que me parece divertidísima, bien dirigida y genialmente estructurada (¡es una pena que no tuviera más repercusión!) y Diamond Flash, que para mi es, sin miedo a equivocarme, la mejor película española de los últimos cinco años. Extraña y bizarra como es, me maravilló.
-¿Qué te parece el trabajo de directores jóvenes como los hermanos Pastor, Jorge Torregrossa, Roberto Pérez Toledo u Oriol Paulo, que con pocos medios apuestan por un cine de género?
De los hermanos Pastor siempre he estado atento a su evolución. No he visto la última pero creo que todavía tienen que encontrar su voz personal. Tengo pendiente y con muchas ganas Seis puntos sobre Emma, que se me fue pasando… y no la vi al final. De los otros dos no he oído más que de rebote, les echaré un vistazo a sus pelis en cuanto pueda.
Creo que en España está habiendo una ola de nuevos directores bestial y es algo que se va a ver con perspectiva, pero lo que está pasando es absolutamente maravilloso.
-¿Qué les dirías a quienes critican el uso de actores extranjeros y del inglés en el cine español?
Que se vayan a casa a dormir. El cine es cine. Punto.
-¿”El Cosmonauta” estrenará en Rusia u otros territorios internacionales?
Justo en un par de semanas me voy a Moscú a estrenarla allí. Ahora comienza un largo y difícil camino para intentar venderla a televisiones y distribuidoras de cada país o para al menos intentar realizar estrenos en todo el mundo, moverla en festivales, etc.
Va a ser difícil por nuestro modelo pero vamos a quemarnos la piel hasta conseguir llevar la peli a la mayor cantidad de gente posible.
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